Si adaptamos el chiste de El Cabezudo de Pepe Monagas a la marcha de Clavijo y Antona al Senado, saldría algo así:
– Señora, no deje que se le meta el Senado en la cabeza.
– ¿Por qué no dejo que se le meta el Senado en la cabeza? ¿ehh? ¿Por qué no dejo que se le meta el Senado en la cabeza, chiquill0 malcriao? Quita pa’ lla, no me lo pierda.
– Porque si se va al Senado, nos quedamos sin oposición, cristiano.
Uno por un motivo, otro por otro, unas sospechas por aquí, unas certezas por allá, y nos quedamos sin los líderes de la oposición en el Gobierno de Canarias, dado que tanto Asier Antona como Fernando Clavijo van a parar al Senado por designación autonómica. Las situaciones son distintas pero el resultado el mismo. Ambos van a parar a Madrid, cuando hace un mes cabía la posibilidad de que fueran presidente y vicepresidente, y hasta algún agorero hablaba de la posibilidad de que a mitad de legislatura marchitaran las flores y pusieran a los gomeros en el bando en el que estuvieron desde 2015 a 2019.
Pero no será así. Los dos se borran del mapa y se van a Madrid, la oposición es dura y genera amargura. Todavía más dura es la eliminación de los aforamientos prevista en el artículo 40.2 del nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias. Convirtiéndose en senador puede ser juzgado por el Tribunal Supremo y no por el Juzgado de La Laguna por el Caso Grúas, según lo que determina el artículo 71.3 de la Constitución Española. La jugada de Clavijo pone la sospecha de nuevo sobre su cabeza. Una maniobra política injustificada y deshonrosa que vuelve a coronar al ex presidente como un político de dudosa limpieza. Es así, se pongan como se pongan en Coalición Canaria y aunque lo justifiquen como «impulso del nacionalismo canario desde Madrid», «donde se debatan cuestiones importantes como el REF o la financiación autonómica».
Desde el retraso en la causa (malicioso o no) del Juez César Romero Pamparacuatro en el Caso Corredor, un caso oscuro, Clavijo se ha ganado la fama de, como mínimo, poco limpio. El Caso Grúas lo sigue acechando y desde el partido lo consideran «una causa política». Por la presunta trama no salió el pacto con PP, ASG y Cs, dados los reparos éticos del partido naranja. Ahora con su marcha al Senado ya no habrá intervención del Juzgado de La Laguna y pasará, como la ley indica, al Tribunal Supremo. ¿Qué gana Clavijo con ello? Al menos tiempo y la sospecha de su falta de limpieza aumenta. Fernando Clavijo es, a priori, un cadáver político, cuya designación recuerda irremediablemente a la de Miguel Zerolo, condenado años después por Las Teresitas.
El caso de Asier Antona es distinto y no tiene pinta de ser voluntario. Al palmero lo intentaron puentear para hacer presidenta, en una pirueta épica, a María Australia Navarro. Él se negó y se ganó la enemistad de la dirección del partido, en especial de Pablo Casado y Teodoro García Egea. Ahora lo destierran a Madrid. Qué curioso, el destierro solía ser Madrid-Canarias, así ocurrió en los casos de Unamuno o Franco. Antona inaugura una suerte de destierro de Canarias al Senado, donde no moleste, donde no haga ruido, donde no pueda pactar con quienes no quiere la dirección estatal.
Así son los partidos cuyas centrales están en Madrid. Antona, nos guste o no, se mantuvo con dignidad en Canarias pese al descenso generalizado de su formación. Se enrocó en no facilitar las cosas a Coalición Canaria. Primero reclamándose como posible presidente y no nadie de su partido. En segundo lugar, dando la puntilla a CC en Lanzarote o La Palma, dando la presidencia de los respectivos Cabildos al PSOE. Esa gran coalición Antona la vio como nadie, no entro a valorar el componente nacionalista que tiene porque ya lo he tratado en la parte que nadie señala desde el progresismo, el nacionalismo militante del PSOE. El del PP, bandera en muñeca, cuello o solapa, es notorio y no se oculta.
Ahora Antona y Clavijo podrán reunirse a la salida de las sesiones del Senado y recordar viejos tiempos. «¿Te acuerdas cuando bajamos el IGIC?», «fue por sugerencia mía, ¿eh?», replicará Antona. Mientras tanto, la oposición en Canarias perderá a sus líderes electorales, uno por una cosa y otro por otra, pero así será. Los recambios, es posible, serán dos mujeres, María Australia Navarro y Rosa Dávila. Más claro en el caso de la primera, portavoz del Grupo Popular. En el caso de Dávila, hablamos de la vicepresidenta 2ª de la Mesa del Parlamento, por lo que el encaje sería complejo. Sin embargo no se vislumbra otro candidato con enganche. ¿José Miguel Barragán? No parece por la labor. ¿Pablo Rodríguez? Ahora que se habla tanto de relato, el del teldense es cansino e insulso, con poca garra para la labor opositora. Los miembros del pacto de las flores se está frotando las manos, sus enemigos más fuertes estarán lejos, muy lejos. Lo de menos es el aforo o el destierro…