Publicado originalmente el 4 de noviembre de 2009
Seguramente ya habrán oído hablar de la Operación No Winter Blues, la reciente campaña de promoción turística del gobierno de Canarias. Se trata de que esta vez los propios canarios sirvamos de embajadores de nuestra tierra y seamos los que contemos de primera mano las maravillas del archipiélago a potenciales turistas. Para ello se seleccionó mediante un casting a 100 jóvenes isleños, a los que se llevó posteriormente a Islandia, acompañados de varios medios de comunicación, donde se organizó una serie de actos para promocionar Canarias como destino turístico entre los islandeses.
La idea en sí no parece mala, un proyecto así de innovador bien llevado podría dar muy buenos frutos. Bien llevado, repito, porque esta iniciativa ha estado trufada de despropósitos desde un principio, que le han granjeado críticas duras en varios medios de comunicación. Mucho se ha hablado de la idoneidad de gastarse en los tiempos que corren 300.000 euros en una visita a Islandia, país de sólo 320.000 habitantes (Alemania sola proporciona más turistas que habitantes tiene la isla); se ha criticado igualmente que el proyecto (la visita a Islandia es sólo la primera fase) cuente con un presupuesto de 7 millones de euros nada menos, mientras campa la crisis, el paro está por encima del 26% y se hacen recortes en sanidad y educación; y también se han cuestionado los criterios mediante los que se seleccionó a los medios que cubrieron la campaña. La consejera del ramo, Rita Martín, prefirió no responder a una pregunta en ese sentido.
Sin embargo, la cosa no queda ahí. A poco que profundice uno en los entresijos del proyecto, empiezan a salir todo tipo de cantinfladas y tomaduras de pelo que lo dejan a uno debatiéndose entre la vergüenza ajena y la irritación:
1.- La campaña incluye una semana de vacaciones en Canarias con todos los gastos pagados para 100 islandeses. Lo pueden escuchar bien clarito (en inglés) en las entrevistas que realiza a jóvenes islandeses y canarios una bloguera británica que fue invitada a sumarse a la visita a Islandia. ¿Están las arcas públicas tan rebosantes como para que entre todos le paguemos una semana por todo lo alto a 100 extranjeros? ¿Tan desesperado está el gobierno como para pagar a los turistas para que vengan? Me permito recordarles el recorte en sanidad y educación, además de las indemnizaciones millonarias que penden sobre el gobierno.
2.- Los “embajadores” canarios demuestran ser verdaderos conocedores de las islas y estar a la altura de la tarea que les encomiendan. Desde el que exhibe como mérito hablar inglés (¿?) porque su padre, irlandés, no habla una palabra de español, a pesar de que regenta un bar en Puerto de la Cruz (muy canario, en efecto), hasta la que asegura que los islandeses estaban tristes hasta que llegó la comitiva canaria para alegrarles la vida (por fin llegaron los canarios, ¡evohé!, pensarían los islandeses), pasando por la que afirma que “allí son medio sositos, y tal”. Claro, hasta que llegaron los canarios a enseñarles cómo se disfruta de la vida, se entiende. Éxito total. Y no me extraña, viendo las imágenes del casting. Como dice la locutora “en ese casting valía todo”, juzguen ustedes mismos las imágenes. Da la impresión de que lo que buscaban no eran “embajadores”, sino otra cosa.
3.- Después de varias actividades de promoción en Reykjavik durante el día, se montó una fiesta en un local a la que se invitó a asistir a los islandeses que se iban encontrando, por ejemplo, en el campus universitario, donde al parecer se repartieron invitaciones. En esa fiesta se empezaría a escoger a los 100 afortunados ganadores de una semana con los gastos pagos en Canarias. No está mal como reclamo, ¿verdad? Pues bien, aquí pueden observar el poder de convocatoria de la iniciativa, que no consiguió ni llenar la sala. El vídeo se lo debemos a la bloguera británica, que por cierto recibió su invitación a sumarse a la comitiva menos de una semana antes, tal y como ella misma cuenta. Desde luego, no parece lo normal en un proyecto bien estudiado y planeado, más bien suena algo a improvisación.
4.- De unos años para acá se ha hablado mucho de la necesidad de enriquecer la oferta turística canaria para mantener su competitividad, en lugar de estancarse en el turismo de sol y playa. Pues bien, esta campaña se centra exactamente en eso: Canarias igual a sol y playa. En los vídeos se pregunta a islandeses por qué les gustaría ir a Canarias, y la respuesta no deja lugar a dudas: “buen tiempo, cerveza y comida baratas, juerga”, “sol, relax”. Este es el resultado de enviar 100 “embajadores” a Islandia.
Pero no queda ahí la cosa, vean el anuncio para promocionar Canarias como destino. Volvemos a lo mismo de siempre: sol y playa. Además de usar el discutible recurso del oso polar: muchas veces oí a finlandeses quejarse de que en el exterior muchos se creyeran el tópico de que en Finlandia campaban osos polares, y es un tópico que creo extensible a Escandinavia. Habría que preguntarle a la empresa responsable si es prudente montar un anuncio en torno a un estereotipo que puede crear cierto malestar precisamente entre los destinatarios de ese anuncio.
5.- Échenle un vistazo al blog oficial de la campaña y el modo en que está redactado: “vosotros”, “vuestro”, “os animo”… Todo muy canario, que para eso promocionamos Canarias. Todo muy chupi guay. No vayamos a escribir “ustedes”, “los animo”, que queda muy… bueno, ya saben. A ver qué se van a pensar por esos mundos. Sobre este fenómeno ya hemos escrito y hablado, conque no me extenderé.
Lo que sí merece punto y aparte es uno de los últimos anuncios. La protagonista del mismo, con un marcado acento castellano que la delata, exclama “chacho chacho chacho” (¡!) ¿Se está burlando de nuestra forma de hablar?
Un poco más adelante la protagonista exhibe varias tarjetas en las que sale cada una de las islas. Fuerteventura aparece boca abajo. Toda una carta de presentación y profesionalidad de la empresa realizadora. Esto es lo que ocurre cuando se pone uno en manos de empresas externas (siempre se desconfía de la capacidad de los canarios, siempre se confía en peninsulares y extranjeros, por chapuceros que sean, como es el caso) sin ningún tipo de conocimiento del producto que venden, Canarias, ni profesionalidad como para conocerlo antes de cagarla con tanta desvergüenza.
6.- Y de postre, la traca. Hasta hace no mucho había en Youtube un vídeo que mostraba a tres periodistas peninsulares invitados a cubrir la campaña en Islandia saltando en calzoncillos en un glaciar, al grito de “el verano como en Islandia en ningún sitio”. En un momento se oye a alguien con acento castellano decir algo así como “había que promocionar Canarias”.
Supongo que Islandia estará agradecida por la promoción que le hacemos los canarios con nuestro dinero, gratis total. Es que los canarios somos así, ellos no lo entienden porque son sositos. Pues bien, el vídeo duró online dos días. Su autor lo retiró misteriosamente, imaginamos que por voluntad propia y sin recibir ninguna presión de nadie, faltaba más.
Comparte tu fortuna, dicen. Lo que no sabíamos es que lo de fortuna era en sentido literal, vamos a repartir dinero a manos llenas, que por lo visto a los canarios nos sobra. El resultado está a la vista. Haría palidecer al propio Groucho Marx.