Hablaba hace unas semanas de la nueva tendencia a la viralidad en la sociedad actual. Con la obsesión de generar contenido viral en Internet, vale grabar un accidente, fomentar la violencia o grabar un ataque de un perro a otro. La búsqueda del contenido mil veces compartido no se ha de quedar en la sociedad sino que debe trascender a la política. De forma gratuita, sin ningún ánimo de lucro y con el único interés de aportar mi granito de arena a los políticos que están en campaña, ofrezco una serie de consejos a la candidata o candidato que quiere representarnos en las próximas elecciones. Nada de vídeos bien hechos, con mensajes claros y nítidos, que denuncien lo que se presente eliminar y que exalte las líneas rojas que se pretenden defender. Eso está pasado de moda. Ahora hay que ir más allá y entrar con acciones más espectaculares.
Para empezar puede elegir un lema que llame la atención. Si se presenta en Tías, puede jugar con el aparentemente machista pero no intencionado, «Centrados en Tías». El juego de palabras inofensivo, que no llamaría la atención si fuera «Centrados en Tinajo», por ejemplo, puede hacer que a algún showman televisivo le llame la atención, lo incluya en su monólogo y… ¡bingo! publicidad en televisión gratuita. Si usted se presenta en Firgas puede usar algo así como «Agüita con Firgas» y poner cara de mala leche o si es al Cabildo de La Palma «yo me llevo La Palma» y una mano en el pecho. Eso es un arranque tremendo. Luego el vídeo. Tiene que hacer el payaso, aunque quede ridículo. Se puede poner a bailar, fuera lemas, propuestas y todo lo que atiene a la política, esto es puro espectáculo. Otra opción es columpiarse en un remo infantil, aunque esté prohibido y quede raro. Ya si dice algo como «yo apunto a caballo ganador», ya se lleva la palma, aunque no se presente al Cabildo de la isla bonita. Sugiero otras cosas que nunca se harán, como aparecer en medio de una conversación sobre usted y sonreír con cara de chulo de barrio o bobalicón, como se precie. También puede cantar un rap, un bolero, un punto cubano o una polca majorera. «Los políticos majoreros son todos una basura, por eso vengo de Galicia, ser canario tiene cura». Primero exaltar el ego, las propuestas para los debates. Y si no se los prepara da igual, siempre puede interrupir, sacar fotos, marcos, gráficos falsos, libros o comida en tupperware, «ve, señor Clavijo, este potajito no lo comerá usted nunca porque no apoya como nosotros el sector primario, usted es más de Hiper Trebol, ¿o a lo mejor es un traidor a la patria y compra en Mercadona?».
Las redes sociales tienen un impacto importantísimo en campaña, no obstante las cifras de publicidad en redes son un gasto recurrente y cada vez mayor para los partidos políticos. Un género importante son los vídeos casuales. En él usted aparece denunciando justo en el lugar de los hechos. Algunas sugerencias. Puede estar midiendo un carril bici con un traje del mismo color que la pintura del carril, puede estar hablando con los vecinos sobre lo mal que va todo (que nadie identifique que ese vecino es militante de su partido, muy importante), puede sacarse un vídeo en un nicho de votos importante, por ejemplo en un barrio muy poblado como Jinámar, luego puede pasar de todo durante cuatro años o incluso podría llegar como si nada a un mercado a preguntar por los problemas de las personas de los puestos. También están los vídeos en redes medidos. Su partido puede tontear con la extrema derecha o estar a favor de los vientres de alquiler que usted sin embargo estará legitimado para salir en un vídeo con una reducida representación de una minoría, ya sean inmigrantes o personas LGTBIQ.
Queda muy bien también denunciar censura. Aunque un debate establezca unos criterios claros de participación, da igual, usted denuncie censura. Si no tiene representación está siendo censurado en un debate, aunque sepa que no le corresponde estar. Queda muy bien denunciar ataque a su publicidad electoral o denuncias a la Junta Electoral sobre la actuación de otros partidos. Cuando se quite la cara de mala leche de la censura, una vieja táctica, las comilonas. Regale cerveza, bocadillos de chorizo, mortaleda o jamón serrano, dependiendo de su orientación política, organice potajes, asaderos o chuletadas o incluso paellas. Todo eso con colectivos muy concretos, jóvenes, taxistas, pensionistas o empresarios. Siempre ha de haber alcohol, pero usted no beba, salvo que sea muy tímido o tenga menos carisma que un consejero de Obras Públicas y Transporte no electo. Cuando estén medio adormecidos por el calor de la bebida y la comida, ¡pimba!, ahí va el discurso. «Mi equipo y yo tenemos claro que vamos a defender con uñas y dientes los intereses de los (pensionistas, jóvenes, taxistas o emprendedores)», para concluir con un «si el 26 de mayo somos elegidos para gobernar (Gobierno de Canarias, Cabildo, nombre del municipio) vamos a trabajar por el incremento de (pensiones, puestos de trabajo, oficinas de emprendeduría, fomento del transporte público)», todo ello con voz vehemente. Le aplaudirán al menos los suyos en primera fila mientras los de atrás, jartos como cochinos, preguntarán «¿qué dijo?». Meta en su discurso palabras clave, inclusivo, tolerancia, desarrollo o igualdad.
El fin de campaña tiene que ser espectacular (aviso de spoiler). Debe dejarse el resto, pasear en parapente, en globo, en el avión del cambio o en el helicóptero de la alegría. Otra opción en tierra son las luces y usted aparecer en plan estrella, como Ricky Martin, los camiones con televisores con su cara, la cabalgata de candidatos a modo de Reyes Magos o los discursos desde lugares céntricos y concurridos como quien no quiere la cosa. En la jornada de reflexión meta cizaña y denuncie lo que haga el contrincante a eso de las 20:00, así la gente se acuerda cuando vote. El 27, sea cual sea el resultado, de las gracias por su victoria. Si gana, porque gana, si pierde votos, porque siguen habiendo no sé cuántos votantes de su partido pese a la división del voto, si tiene un concejal en Valleseco, porque ese va a ser clave en la labor de oposición contra la apropiación del equipo de gobierno de la manzana reineta, si no tiene representación, debe dar tantas gracias como su número de votos (10.000, 1.000, 100…). No me den las gracias por las ideas. Son gratis. La política es puro espectáculo, son los nuevos tiempos.