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Es fácil engañarse con arcadias ideales. Países con ciudadanos con pensamiento crítico y propio que saben discernir entre unas citas electorales y otras, que analizan su voto de manera comedida y que no mezclan sentimientos. No sé si esa arcadia sería mejor o peor que una ciudadanía que mezcla ideología, prejuicios, intereses personales y un grado importante de seguidismo. Finalmente no se dio el superdomingo que en Canarias hubiera generado la esperpéntica situación de tener delante siete urnas. Finalmente serán «solo» cinco porque las otras dos (Congreso y Senado) estarán disponibles en los Colegios el 28 de abril.
No subestimo la capacidad crítica de la ciudadanía canaria pero no somos indemnes a las influencias externas y a seguir las corrientes que se generen desde el Estado. Si en el día a día somos influenciables a los discursos exportados, ese discurso será vital en los resultados finales que se den el 26 de mayo. Para empezar la precampaña de las locales, que ya se empezaba a atisbar, estará marcada por la más inmediata cita estatal. No es difícil adivinar que Asier Antona, Ángel Víctor Torres, Vidina Espino o Noemí Santana tengan un ojo en los debates que estén marcando sus líderes desde Madrid. En el bando nacionalista los primeros discursos son claros. Protagonismo para Ana Oramas en Madrid, dolida con el PSOE por los incumplimientos en los Presupuestos Generales propuestos para 2019. Esa campaña es como un salvavidas para una Coalición Canaria que venía tocada por el Caso Grúas y la Nueva Ley Electoral. Pedro Quevedo y Nueva Canarias centrarán su campaña en los logros arañados a Madrid y no es descartable una alianza con PSOE, más probable que con CC. El discurso será el de seguir cosechando logros para Canarias, pese a los últimos incumplimientos, y en apartar el fantasma de la derecha.
La campaña se presenta caliente. La política estatal está tremendamente polarizada y la polarización, evidentemente, llegará a Canarias y a la precampaña aparcada de las municipales. En este sentido, se pueden dar varios escenarios que relato, en base a los resultados en los comicios del 28 de abril.
Un primer escenario, probable según diversas encuestas, es un «pacto a la andaluza» entre PP, Ciudadanos y Vox, siempre que sumen al menos 176 escaños. Estas encuestas coinciden en el derrumbe del PP, pese a lo cual sería el más votado de los tres, en una subida no tan grande como la augurada hace meses de Ciudadanos y en una entrada de Vox, que podría obtener en torno al 10% de votos, en condiciones de exigir agenda a la otra derecha, como ya sin representación está haciendo. La influencia en las Municipales será mayor o menor dependiendo de varios factores: primero, si pactan antes de que llegue el 26 de mayo o siguen negociando en esa fecha y segundo, si la reacción en Canarias es rechazar ese pacto o si es visto como una opción. No auguro un gran resultado de Vox en Canarias salvo en algunas plazas concretas, pero entrarán. El efecto puede ser la repetición, casi automática del pacto de las derechas, con lo que el votante, si así lo percibe, reaccionará apoyando esa entente o combatiéndola. Clave puede ser el papel, nuevamente, de Coalición Canaria, ante una nueva Ley Electoral pero considero que beneficiado por la nueva polarización política.
Un segundo escenario es la reedición del pacto que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa, en el que entraría Podemos y los partidos independentistas catalanes entre otros. Las encuestas sitúan los 176 escaños cercanos a ese posible pacto, pero dependerá mucho de la campaña y del juicio al Procés. Si el PSOE es la fuerza más votada y reedita pacto, puede salir reforzado de cara a Canarias, aunque una nueva negociación con independentistas puede generar un rechazo de los votantes por la marea informativa. Si Podemos cae demasiado, algunas encuestas así lo afirman, el derrumbe puede llegar a Canarias y eso puede arrastrar por mareas y coaliciones forzadas. Auguro que Podemos, en bajada y con muchos problemas internos, sufrirá mucho tanto en Canarias como en el Estado, pese a que cale el mensaje de contención a la extrema derecha, que creo que beneficiará principalmente al PSOE, vuelve la época del voto útil que aupó a Zapatero a la Presidencia en 2004.
Un tercer escenario es la ingobernabilidad, que ningún pacto de los antes mencionados se pueda dar. Pese a que Ciudadanos ha anunciado que no pactará con el PSOE, no lo descarten, pueden disfrazarlo de responsabilidad democrática. La política estatal tendería al centro, pero pocos, desde la derecha y la izquierda, entenderán que unos y otros se arrimen tras tirarse los trastos a la cabeza y con episodios como la manifestación en Madrid anti Sánchez. Lo interesante de este acuerdo, que ahora parece lejano, es que el efecto del mismo, con los dos partidos cercanos a la traición, es que ese pacto se podría reeditar en el Gobierno de Canarias. Nadie sabría augurar, a falta de encuestas y de los estragos que cause la cita estatal, quién gobernará en la Comunidad. Lo que veo lejano es que Coalición Canaria salga del Gobierno salvo que sumen dos pactos: el pacto progresista, PSOE, Nueva Canarias y Podemos, o el pacto centrista PSOE y Ciudadanos. Si PP y Ciudadanos sumaran dejarían fuera a Coalición Canaria, pero de ser necesaria la formación nacionalista no creo que tengan remilgos en sumarlos y cederles la Presidencia, al estilo de las dos últimas décadas. Más complicado es ver al PSOE con CC tras tanto trasto a la cabeza, pero está claro que la rosa en Canarias mira a Madrid y al dedo del emperador Sánchez.
En plazas importantes como los Cabildos, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna o Las Palmas de Gran Canaria, hay muchos factores que evaluar. Primero, el efecto Vox, hasta dónde llegarán, y si PP, Ciudadanos y hasta Coalición Canaria tendrían el estómago de sumarlos a tareas de gobierno. CC no ha mostrado problemas, al menos algunos líderes como Bermúdez. Segundo, hasta dónde llegará la caída de Podemos y sus partidos satélite-aliados (Sí Se Puede, Unid@s Se Puede o Las Palmas de Gran Canaria Puede). Si tuviera que dar un pronóstico diría que van a sufrir mucho, pero dependerá del calado de la caída de Iglesias en Madrid. Tercero, si Coalición Canaria es capaz de mantener el Cabildo de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna y el coste, en forma de pacto, que ello tendrá. Cuarto, si Antonio Morales es capaz de mantener el Cabildo de Gran Canaria, si suma con el PSOE, dado que también en este caso preveo una caída de Podemos, que además está enfrentado al gobierno grancanario. En este sentido, habrá que ver si Marco Aurelio Pérez o, en menor medida, José Miguel Bravo de Laguna, son rivales para Morales. También, por último, si Luis Ibarra está dispuesto a actuar como lo ha hecho Ángel Víctor Torres en estos cuatro años y si la opinión pública se acordará, tras las Generales, de la venta de los terrenos de Amurga a la familia de Román Rodríguez.
Por lo tanto, hay muchas preguntas en el aire en relación a las Elecciones Municipales y Autonómicas. El análisis de estos comicios no se puede desligar, indefectiblemente, de lo que pase en las Generales. Todo está más abierto que nunca y las certezas son menos en un panorama de incertidumbre, polarización y con una anunciada desaceleración económica en el horizonte. 2015 fue la cita que debía ser la confirmación en la política más cercana de la irrupción de Podemos y en menor medida de Ciudadanos (nadie lo diría observando el peso desmedido que tienen los naranjas en los medios). En 2019, reitero, siempre con un ojo a lo que suceda el 28 de abril, la situación parece inversa, Ciudadanos es una amenaza por la derecha que pretende arrastrar a votantes del PP, Coalición Canaria y sin ideología definida con su ambigüedad centrista y su discurso ultra nacionalista, mientras que Podemos y por ende algunas de sus confluencias, viven arrastrados por las crisis internas, la falta de frescura y la preferencia ciudadana de las posiciones más cercanas al PSOE, quien sabe si por voto útil o por incoherencias de los lilas. El nuevo actor, Vox, es una amenaza a derechos consagrados, a las peculiaridades canarias y a los avances sociales. Con un panorama así, estos tres meses van a ser de vértigo.