En el año de 1999 comenzaron las emisiones de la Televisión Canaria con un partido entre la U.D. Las Palmas y el C.D. Tenerife. Parecía que podía convertirse en una herramienta para potenciar el auto-conocimiento de la población canaria y la difusión de una perspectiva autocentrada. Hemos tenido la ocasión de comprobar, en estos casi 20 años, que no ha sido así. Salvo algunas excepciones, hemos visto como se banaliza la cultura canaria, como se ridiculiza a las clases populares canarias y al habla canaria, así como la potenciación de elementos culturales que asocian religión, ejército y representantes políticos alejados de los intereses de las mayorías.
Después de todo este tiempo en el que, además, otras políticas que podían haber sido desarrolladas por un partido que se autodenomina como “nacionalista” no las han implementado sino al contrario, debilitando la educación pública, ignorando los contenidos canarios y favoreciendo formas dialectales ajenas a Canarias. Se podría haber pensado que ese era el tope, que difícilmente podría ser superado.
Hace pocas fechas se ha podido constatar el error. El Gobierno llega a un acuerdo con el Gobierno de la Comunidad de Madrid para que se atrase el reloj de la Puerta del Sol de Madrid y que den las campanadas en la hora canaria. Parecía que el esperpento no daba para más pero sí. Se dan las campanadas desde una ciudad situada a 1700 km de distancia del Archipiélago y se trasladará un equipo allí para su emisión y transmisión en Canarias. Ya resulta el colmo del descentramiento y, desde luego, pocos podrán pensar que se trata de la casualidad o simplemente la estupidez. Se trata claramente de diseño, entre otras acciones, para diluir cada vez más nuestra identidad.
Esto mismo se da con otro programa de esta televisión que es “Noveleros”. Aparece anunciada una nueva versión que es “Noveleros por la Península”. Podríamos preguntarnos, legítimamente, en cuál, ¿la escandinava?; ¿la de Jutlandia? ¿la del Peloponeso? Parece que debemos tener claro que es la ibérica, pero, ¿incluye a Portugal, a Gibraltar y a Andorra?.
En fin, no bastaba con ridiculizar a las clases populares sino que ahora se suma al descentramiento y la dispersión. Una buena señal sería dejar la televisión la noche de fin de año. Si se está en familia poner un despertador a medianoche y celebrarlo o bien salir a nuestras plazas a vernos con nuestra gente. Si nos quieren separar, unámonos.