Pepa Aurora llegó temprano, antes de la hora. Quedamos a las 17:00 de una tarde fría de febrero. Yo llegué agitado, con prisas, como casi siempre. A veces pienso que ese ritmo al que la vida nos ha obligado no es sano, en muchas ocasiones tienes que correr porque los traslados duran más de la cuenta y tú quieres ser puntual y no ser un chaflameja impuntual. Ese día empezamos a grabar un nuevo programa, El Tirafondo. El Tirafondo es ese tipo de programa que siempre quise presentar, entrevistas en profundidad, con espíritu crítico y pedagógicas. Un programa, por cierto, que esperamos retomar más pronto que tarde. Mis prisas se esfuman cuando llego al Centro de Producción de Este Canal en Agüimes y veo a Pepa ya sentada, lista, con las manos cruzadas y con un aire muy relajado. Pienso en las miles de historias que salieron de su cabezas, en la sensibilidad de escribir para niñas y niños y en lo injusto que ha sido esta Canarias nuestra con una señora de la talla de ella.
Nos saludamos como si nos conociéramos de toda la vida, mientras Delia prepara el plató, y yo me pongo en situación. Cuando hago una entrevista me gusta romper el hielo antes, hablar con la persona entrevistada. Ella se relaja y yo me pongo en mi papel. «Comencé a enseñar a los niños lo que teníamos delante, lo más cercano», comenta sobre su etapa como enseñante en el inicio de la entrevista. Uno de sus rasgos principales es justamente ese, partir de la realidad más cercana, situar en montañas y barrancos nuestros y hacer protagonistas a lagartijas. «Los alumnos de hoy en día, si no andamos con ojo, perderán todo el apego a la tierra», lamenta. Sobre la labor docente se queja porque «han convertido a los maestros en funcionarios con tanta tarea burocrática».
Sobre el manido debate universalidad y canariedad recuerda que «Canarias está dentro del universo, cualquier cosa que suceda en Canarias es universal». Ese mismo día murió el artista Juan Hidalgo, a quien la autora cita. «Si queremos que un niño triunfe en la vida ha de tener profundas raíces», reflexiona. Sobre los cuentos de toda la vida, los de princesitas y príncipes azules, afirma: «ya no hay princesas en las casas. El príncipe de los cuentos se ha convertido en un machista insoportable». Pepa Aurora es muy guerrera con la condición de género. En su literatura ha hablado de las mal llamadas brujas. «Las mujeres brujas son más inteligentes que las otras», indica. En concreto, sobre Juana Catalina, la última bruja condenada por la Inquisición en Canarias y protagonista de una de sus obras, manifiesta: «Juana Catalina fue para mí un ejemplo de mujer canaria que quiere levantar la cabeza y no puede».
El discurso de Pepa Aurora, sereno, tranquilo, envolvente, encantador, es un peligro para el poder. Ella es consciente y cree que ese es uno de los motivos por los cuales sus cuentos no han llegado a Televisión Canaria, pese a los intentos. Pero eso no le preocupa. Mientras sueña con una posible Casa del Cuento, termina la entrevista. Su marido se acerca y le da un beso, a la vez que la felicita por la entrevista. En mi paladar un regusto dulce de haber conocido a una persona grande, una canaria de los pies a la cabeza y una mujer que reivindica su papel y de las que vienen detrás. No rehuye el debate, pero los embates los combate con su enorme sonrisa, adornada por su característico sombrero y gafas.
La entrevista fue muy vista y no son pocas las personas que se han acercado para comentarla. Cuando el Patronato de la Fundación Canaria Tamaimos repasó la trayectoria de la cuentacuentos y observó la respuesta de la entrevista, corroboró su decisión de otorgarle el Premio Tamaimos. La decisión fue muy anterior, incluso antes de la entrevista y en nuestra cabeza estaba casi desde que se abrió el 2018. Siempre fue la candidata perfecta por muchas cosas. El momento de la confirmación, cuando ya decidimos anunciarlo, tomé esa elección casi como si lo fuera a recibir yo mismo. Pepa Aurora, todo empatía, es un ejemplo a seguir para la construcción de una nueva mujer canaria. Mañana será un día especial para Pepa Aurora, para Agüimes y sobre todo, para la Fundación Canaria Tamaimos. Sumamos otro ejemplo dignísimo a la nómina de Premios Tamaimos, en la que también están Manuel Lorenzo Perera y Pedro Hernández Guanir. El listón lo estamos poniendo muy alto…