
José Farrujia habla sin pelos en la lengua de colonialismo en la gestión del patrimonio cultural. El Doctor en Arqueología, autor de más de una decena de libros y miembro de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, de la History of Archaeology Research Network (University College de Londres) y de la European Association of Archaeologists, no rehuye la crítica sobre estos discursos, cuando probablemente lo más sencillo fuera abrazar lo que él llama «discurso del poder». Tampoco en Identidad canaria: Escritos en torno al patrimonio cultural y la divulgación del pasado, editado por Ediciones Tamaimos, que tiene justamente como espacio central estos temas, acompañados de otros más divulgativos. Farrujia, además, ha comandado varias jornadas, pronto Raíces en Tijarafe (La Palma) y ha comisariado exposiciones entre las que destaca Escrito en piedra (2015). Ahora es profesor a tiempo completo en la Universidad de La Laguna. Mañana a las 19:00 en la Sala MAC (Mutua de Accidentes de Canarias) de Santa Cruz de Tenerife, volverá a expresar su reputada opinión acerca del orillamiento del patrimonio canario más antiguo.
¿Qué contiene Identidad canaria: Escritos en torno al patrimonio cultural y la divulgación del pasado?
El libro es poliédrico, en el sentido de que aborda el patrimonio cultural canario desde ámbitos y frentes muy dispares, pero con especial énfasis en el patrimonio arqueológico. En este sentido, hay textos divulgativos, textos que persiguen generar opinión sobre temas controvertidos del patrimonio, artículos en los que se denuncian determinadas maneras de hacer patrimonio, e incluso algunas entrevistas con artistas destacados de la cultura amazigh, fuera de Canarias. La finalidad es poner en valor y divulgar un patrimonio que actualmente está infra representado en Canarias, tal y como se argumenta en el volumen.
Son artículos escritos entre 2005 y 2018, ¿cómo surge la idea de juntarlos en un volumen?
Consideramos que esta recopilación era necesaria, por un lado, porque reúne 13 años de reflexión sobre el patrimonio canario, y a partir de textos que estaban dispersos en distintos medios. Agruparlos en un volumen ha permitido ofrecer una especie de crónica contemporánea de la gestión del patrimonio en Canarias, pues, insisto, algunos textos versan sobre los conflictos políticos y sociales que se han dado en torno al patrimonio en estos años. Por otro lado, esta recopilación permite conocer cuáles han sido algunos de los temas en torno a los que se ha articulado el patrimonio cultural canario de estos últimos 13 años. Y obviamente, se incorporan textos de interés general para el lector no versado: sobre el problema de los orígenes, Tindaya, el uso del pasado en el presente, etc.
El libro está dividido en distintos apartados, pero todos tienen conexión. Conceptos como identidad o memoria están abordados desde un punto de vista crítico, ¿qué pretende cuestionar el libro?
El libro incide en el tema de la diversidad cultural, en tiempo y espacio; ayuda a entender cuál es la condición humana; construye lazos de identidad, tanto a escala local como global; y aboga por el consenso social para la protección y conservación del patrimonio. El libro, en definitiva, es una invitación sincera y coherente a superar un imaginario aún impregnado por el colonialismo.
Esta recopilación permite conocer cuáles han sido algunos de los temas en torno a los que se ha articulado el patrimonio cultural canario de estos últimos 13 años
En relación a ello, unir el proyecto de Chillida en Tindaya, el de Ibarrola en Garafía, el patrimonio cultural de La Laguna o una exposición de huesos en El Museo Canario, genera por sí mismo un discurso propio. ¿Eres consciente de las identificaciones entre los casos y de las conclusiones críticas que tiene el libro?
Claro. De hecho, esos ejemplos que comentas, que vertebran una parte importante del discurso del libro y del pensamiento que encierra, reflejan claramente cómo, a pesar de que no hay en Canarias una política patrimonial regional, sí que existen problemas que comparten varias islas. Es decir, el pensamiento único y la mirada colonial han causado los mismos estragos en distintos rincones del Archipiélago. En Canarias se ha marginado una determinada forma de hacer y entender el patrimonio, básicamente porque se ha patrimonializado el discurso del poder. Y sobre esto se reflexiona ampliamente en el libro.
El posicionamiento crítico en cuanto a las cuestiones patrimoniales y culturales, ¿te han granjeado algún problema?
Tu pregunta diríamos que es retórica. Es obvio que en un territorio tan pequeño como Canarias y muy fraccionado, no sólo geográficamente, el disenso tiene su coste. Pero las personas pasan y son las ideas las que perduran. A mí, personalmente, me preocupa que se mantenga vivo un discurso crítico que permita a la sociedad poder opinar sobre temas patrimoniales, que le permita a los canarios posicionarse sobre determinados temas y ver las cosas desde otra perspectiva. Pero siempre sin perder de vista el papel que desempeña Canarias no sólo a escala regional, sino también en el contexto internacional.
¿Ser crítico, en general, se paga en Canarias?
Hoy todo el mundo, de distinto signo político, habla de César Manrique con orgullo, sacando a relucir su labor artística y su defensa del medioambiente canario. Pero Manrique tuvo que superar muchos obstáculos y trabas, precisamente por su labor crítica en una época en la que el modelo desarrollista se empezó a imponer en nuestro Archipiélago. Con esto lo que quiero reflejarte es que, obviamente, ser crítico se paga. Una de las principales consecuencias de ser crítico es, sin duda, la exclusión de tu discurso de determinadas esferas. Sobre esto escribió mucho mi admirado Michael Foucault, es decir, esta problemática trasciende fronteras. Pero lo paradójico de un territorio colonizado como Canarias es que con el paso del tiempo se mitifican ciertos discursos pretéritos, como el de Manrique. Es decir, siguen teniendo actualidad esos discursos, pero paradójicamente, son utilizados desde las mismas esferas oficiales que apuestan por el desarrollo neoliberal de Canarias. Desde ciertas instancias se usa ese pasado, pero distorsionado, con una clara intencionalidad política. Por eso es tan importante que tu discurso, como también hizo Manrique, cale dentro y fuera de Canarias, se internacionalice. En Canarias debes dar antes media vuelta al mundo para que tu eco cale en tu tierra, desde la coherencia.
En Canarias se ha marginado una determinada forma de hacer y entender el patrimonio, básicamente porque se ha patrimonializado el discurso del poder
Tratas la influencia del colonialismo en las políticas patrimoniales, ¿cómo se materializa esta influencia?
Esta respuesta daría para una sola entrevista. Digamos que la herencia colonial ha condicionado la forma en que se ha venido gestionando el patrimonio canario desde el siglo XIX. Esto ha permitido recuperar determinado tipo de patrimonio, como el de las élites sociales de la etapa colonial, en detrimento de otro tipo de patrimonio, como el ligado al campesinado o al indígena canario. El estado de abandono en que se encuentran la arquitectura tradicional campesina y muchos yacimientos arqueológicos es fiel reflejo de cuáles son las prioridades en Canarias. Sin embargo, las ermitas, castillos, iglesias, catedrales, etc., gozan de una mejor protección. Un fiel reflejo de esto que comento es el catálogo de Bienes de Interés Cultural con que cuenta la Comunidad Autónoma de Canarias. La balanza está totalmente descompensada al respecto.
Eres muy crítico con la Ley de Patrimonio del Gobierno de Canarias. ¿Cómo debe gestionarse, a tu juicio, el patrimonio en un lugar como Canarias?
El Proyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Canarias que se discute estos días en el Parlamento supera en muchos aspectos a la vigente Ley de Patrimonio Histórico. No obstante, a mi juicio, el gran problema reside en el reparto de competencias. Este ha sido el gran hándicap, históricamente, en todas las leyes de patrimonio españolas. En el Proyecto de Ley se atribuye a los municipios toda una serie de competencias que superan con creces las capacidades municipales para gestionar el patrimonio. Los municipios, obviamente, deben ser parte activa en la gestión del patrimonio, tal y como se establece en el Artículo 17 del referido Proyecto, pero no en los niveles que propone una parte del articulado del Proyecto de Ley. Los ayuntamientos no tienen, a día de hoy, capacidad técnica ni solvencia económica para gestionar el patrimonio a esos niveles. No hay que seguir creando más islas dentro de las islas, es decir, no se debe atomizar tanto la gestión del patrimonio. ¿88 municipios, 88 políticas patrimoniales?
Lo paradójico de un territorio colonizado como Canarias es que con el paso del tiempo se mitifican ciertos discursos pretéritos, como el de Manrique. Es decir, siguen teniendo actualidad esos discursos, pero paradójicamente, son utilizados desde las mismas esferas oficiales que apuestan por el desarrollo neoliberal de Canarias
Y la exposición de los restos óseos en los museos, ¿cómo debería tratarse un tema tan delicado? ¿Qué medidas propondrías tú?
Pues es algo relativamente objetivo, si miramos cómo se hace en el contexto internacional. Basta con seguir las directrices que establece el Código Deontológico del ICOM para los museos, así como las distintas normativas y leyes que ya se han aplicado en otros contextos del planeta en los que también existen culturas arqueológicas indígenas. El problema en Canarias es que este tema, especialmente, se mira con orejeras. No ha interesado, históricamente, cambiar la “mirada museística” sobre los restos mortales del indígena canario, lo cual en el fondo es un claro ejemplo de esa herencia colonial a la que me refería antes. Sobre esto reflexionamos en el último apartado del libro.
¿Qué valor le aporta a la obra el prólogo de un Catedrático de Prehistoria como Gonzalo Ruiz Zapatero?
Gonzalo es experto, entre otros temas, en los usos del pasado por las sociedades del presente. Ha escrito mucho sobre este asunto. Por tanto, un libro como Identidad canaria, por la temática que aborda, entronca directamente con su línea de investigación. Su prólogo ayuda a contextualizar perfectamente mi trabajo. Además, considero que es bueno externalizar “lo canario” y llevarlo a universidades fuera de Canarias. Por eso, en buena parte de mis libros los prólogos los firman autores extranjeros o peninsulares con los que he tenido la ocasión de colaborar en proyectos de investigación. Debemos dimensionar siempre nuestra realidad canaria en relación con el contexto internacional. Sólo así podremos entender cuáles son nuestras especificidades y dónde reside nuestra riqueza.
Has publicado más de una decena de libros. ¿Cuáles son los retos profesionales de José Farrujia? ¿Estás trabajando alguna idea actualmente?
En estos días me incorporo como profesor a tiempo completo a la Universidad de La Laguna. Esto ya es un reto muy importante, pues me permitirá cultivar el talento de los estudiantes y darles las herramientas para que aprendan a cuestionar su realidad inmediata y a comprender el pasado. De forma paralela, estoy organizando varias sesiones en congresos internacionales, en los que tendrá cabida la temática canaria, y preparo también algunos artículos que verán la luz en breve en revistas especializadas. Queda cuerda para rato, espero.