
La caldera de Tirajana fue testigo de los últimos pasos de Joni López Duarte. Cuentan los viejos del lugar que si Joni se enteraba de que en una casa iban a recoger papas un fin de semana y necesitaban a alguien para echar una mano, aparecía Joni dispuesto a ayudar a cambio de una conversación.
En un país como Canarias, acostumbrado como estamos a sufrir gobernantes que creen que las papas vienen de Israel, que llaman a la tierra suelo y hacen leyes para transformarla en solares, Joni representa todo lo contrario: la tierra es vida y no podemos maltratarla, y los agricultores y pastores no pueden ser expulsados de la tierra por burócratas que se mueven al dictado de los que se enriquecen poniendo cemento sobre Pachamama.
Con la intención de reconocer a toda esa gente que ha trabajado y vivido vinculada a la tierra nació en 2006 la Jurria Humiaga. Además de recorrer los barrancos de la isla practicando el Salto del Pastor, la gente desinquieta que acompañó a Joni en la jurria organizó hasta nueve “Encuentros Caldera de Tirajana”, en los que se habló de las tradiciones vinculadas a la cultura del pastoreo: el trabajo de las pieles, las marcas en los animales, la aportación de las queseras, el estudio de topónimos o la recuperación del silbo.
El notificador que por las mañanas llevaba los avisos del Ayuntamiento a los vecinos y vecinas de Santa Lucía de Tirajana, por la tardes o en el fin de semana, en el tiempo que no estaba con la familia, se convertía en un investigador que realizaba trabajos de campo de etnografía. Con Jacinto Ortega Ramírez (Pastor de la Gloria) comenzó hace unos años a elaborar el Mapa de Marcas de la Isla de Gran Canaria. Así recorrió las zonas de pastoreo para preguntar directamente a los pastores más viejos (el propio Jacinto había pasado los 80 años) sobre las marcas en las pieles como elemento identificativo de nuestra cabaña.
Durante el año 2013 vivió en Euskadi y estuvo recibiendo un curso en la Escuela de Pastores del País Vasco. Esa experiencia lo animó a seguir por el camino de la investigación y la divulgación. Fruto de aquella estancia en Euskalherria nació el encuentro que se vivió la semana pasada en Gran Canaria, 16 pastores y 4 pastoras de Euskadi estuvieron una semana en Gran Canaria, conociendo las prácticas ganaderas de esta isla y visitaron algunas queserías. El principal impulsor de este encuentro fue Joni, al que los vascos entregaron en el Aula de la Naturaleza de Las Tederas una txapela y una makila (bastón de los pastores) en reconocimiento por su trabajo a favor del pastoreo. La gente de Euskadi valoró la integración de los pastores canarios en nuestro territorio. En el mismo acto la alcaldesa de Santa Lucía, Dunia González, entregó a Joni un ídolo de Tirajana, como reconocimiento a su trabajo en defensa del sector primario.
El sábado pasado regresaron a Euskadi los pastores felices y contentos. Este miércoles Juan Bautista Otaegi, Coordinador de la Escuela de Pastores del País Vasco, y José Pablo Larrea, de la Escuela de Pastores de Arantzazu, volvieron a Santa Lucía a despedir a Joni. A la bienvenida de los canarios en la misma puerta de la iglesia respondían “este viaje es mucho más triste que el de la semana pasada”.
En la plaza de la iglesia de Santa Lucía sonaron los bucios y tambores para despedir a Joni. Más de una decena de pastores saludaban con el palo firme y el regatón clavado en el suelo. Entre lágrimas Rubén abrazaba a Irene, la hija de Joni y proclamaba: “Joni, tú eres el pastor de pastores”. Durante la misa el cura Vicente Santana también definió a Joni como pastor de pastores, y alabó su trabajo. El sacerdote recordó otras muertes inesperadas como la de Paco Bello o Manolo Sánchez, y recitó una proclama rebelde que parecía una palabra sagrada de Joni: “todos debemos servir al pueblo, los gobernantes deben servir al pueblo, los pastores deben servir al pueblo, hasta los obispos deben ser como Pedro Casaldáliga en Brasil y servir al pueblo”.
Un familiar leía un texto escrito por un amigo que podría ser la despedida de Joni: “Ahora estoy donde soy, pastoreando en las estrellas. Solo he tenido que renunciar a mi cuerpo y ya estoy aquí nacido al otro lado. Formando parte de nuestro universal paisaje. No lo duden, estaré en el amoroso eco de barrancos y senderos. No sufran, no hay razón para ello. No estoy perdido ya que si intentan pegarse una especie de Salto del Pastor y vuelven a mirar para a adentro me encontrarán en la intimidad de su silencio. Amaneciendo en la libertad del pleno horizonte de mi Paraíso”.
¡Cuánta tristeza colectiva vivimos este miércoles en la plaza de Santa Lucía! En el barranco de Tirajana algunos seguirán practicando el Salto del Pastor con la esperanza de encontrarse a Joni pastoreando entre las estrellas. Sus compañeros de trabajo echaremos de menos la sonrisa o el comentario socarrón en las mañanas. Pero a toda la gente amante o curiosa de las tradiciones nos queda su legado.