Publicado originalmente el 25 de julio de 2014
En algún lugar de cuyo nombre no consigo acordarme, leí que uno de los fenómenos asociados a la aparición de Podemos era el cuestionamiento de la tradicional división entre izquierda y derecha. Ahora, esa división habría resultado tocada, con el inesperado efecto de dejar a la vista de todos el que en nuestras sociedades postindustriales -¿es Canarias una sociedad postindustrial? ¿se puede ser postindustrial sin haber sido industrial? ¿Y postcolonial?- la verdadera división se da entre los de arriba y los de abajo, los que tienen privilegios y los que no. Cabe preguntarse, desde mi punto de vista, dónde acaba un privilegio y dónde empieza un derecho, además de dónde está la frontera exactamente entre el arriba y el abajo, a riesgo de parecer uno un personaje de Barrio Sésamo.
A mí todo esto me parece muy pertinente. Especialmente, cuando uno lee noticias como la de que el Cabildo de La Palma va a recuperar el convenio de atención médica privada para su personal funcionario y laboral, por una cantidad de 453.000 euros para los dos próximos años. Haciendo memoria, tenemos que recordar que hablamos de un convenio firmado con la Clínica de Navarra y que fue suprimido en el 2012 -en el marco de otros recortes- por Guadalupe Taño, Presidenta del Cabildo de La Palma en aquel entonces por Coalición Canaria. Se dijo en aquel momento que en un contexto de crisis no se justificaba un convenio así. Sindicatos, Partido Popular y Partido Socialista se opusieron a la medida, que va dirigida exclusivamente a enfermos de cáncer. Hoy, tras la moción de censura que envió a CC a la oposición, se vuelve a sacar a concurso la póliza en cuestión. ¿Quiénes son los de arriba y los de abajo en este caso? ¿Quién defiende el interés general? ¿Estamos ante un derecho o ante un privilegio? ¿Quiénes serían aquí la casta canaria? ¿Ustedes qué piensan?