Ignacio Reyes García (Santa Cruz de Tenerife, 1962) es Doctor en Filología (2000) y Licenciado en Historia (1988) por la Universidad de La Laguna. Ha escrito sobre el desarrollo del movimiento obrero en las Islas o la lengua y cultura de las antiguas poblaciones amazighes (o bereberes) del Archipiélago. Junto a monografías (Guillermo Ascanio: La razón comunista, 2002), diccionarios (Diccionario Insuloamaziq, 2011), artículos y ponencias, ha escrito numerosos textos de divulgación (La Madre del Cielo: estudio de filología insuloamazighe, 2013) e impartido diversas conferencias acerca de los temas de su especialidad. Su última obra publicada es Diccionario intemporal del amaziq insular, de este mismo año, editada por Le Canarien Ediciones. En este nuevo volumen, Shet Atri: Las hijas de la estrella, Reyes juega con la credulidad del lector y su relato, aunque con pretensiones literarias, está justo entre los hechos reales y el criterio del receptor. Cuenta en esta entrevista que esta línea de historia oral «atípica» ha provocado que varias personas hayan tomado distancia con él. A otra parte, también importante, le atraen sus trabajos. «No comunico para convencer, sino para compartir. Pretendo acompañar a los lectores, a través de esta singladura literaria, por una canariedad que cultivó nociones, valores y recursos espirituales que quizá les resulten inspiradores o próximos», afirma. Aclara que siempre deja constancia cuando sus investigaciones son atípicas, pero su producción historiográfica está sujeta al método histórico científico. Con esta novela editada por Ediciones Tamaimos, relato de historia oral a través de fuentes «atípicas», Ignacio Reyes concluye que cierra el círculo, que ahora seguirá con sus investigaciones en el ámbito privado «salvo que surja algo de especial relevancia». Mañana se presenta la obra, y es una excelente oportunidad de debatir todos estos aspectos.
¿Qué contiene Shet Atri: Las hijas de la Estrella?
Relata, de forma novelada, la historia de una conmoción personal: un viaje de autoconocimiento a través de una realidad trascendente, donde diversas entidades del ámbito espiritual le dieron un significado muy concreto a un tema tan discutido todavía como la reencarnación. Una experiencia que he aprovechado para exponer al lector, por medio de enseñanzas impartidas en una escuela iniciática para mujeres que existió de verdad, lo que he podido rescatar e interpretar de la antigua cosmogonía amaziq del Archipiélago y su violenta desagregación a manos del colonialismo europeo.
¿Es ficción, son historias verídicas? ¿Cómo hay que leer la obra?
Lo substancial de esta pequeña novela, el proceso de comunicación con esas entidades del Otro Lado, gran parte de las vicisitudes de los personajes y el contenido de estas creencias, es por completo real. También hay aspectos y pasajes cuya veracidad se me presenta como una convicción interior, pero no puedo garantizar que esto fuera exactamente así. Aunque, por supuesto, todo ello se hace transitar a través de escenarios y recursos literarios, porque, al final, se trata de entretener a un lector al que no se le pide que acepte la autenticidad de hechos, situaciones o ideas, sólo que reflexione, esto sí, acerca de unos conocimientos (o figuraciones, como prefiera cada cual) que han acompañado siempre al ser humano.
¿El grado de implicación del lector con el libro está íntimamente relacionado con su nivel de credulidad o no tiene nada que ver?
Tal vez ahí haya un vínculo importante, pero me consta que nuestra historia antigua también suscita gran interés, aunque esta obra no esté concebida como una novela histórica propiamente. En cualquier caso, quiero pensar que habrá margen para que un lector más o menos neutro pueda disfrutar de una creación literaria sin pretensiones subliminales.
Tras trabajar los movimientos obreros y la lengua de los antiguos canarios, ¿cómo llegas al mundo de la espiritualidad?
Desde hace siete u ocho años, circunstancias de la vida que nunca busqué me han llevado a contactar con personas sensitivas o médiums que, con mayor o menor integridad y esmero, me han brindado informaciones muy interesantes al respecto, porque en algunos casos incluían datos personales que ignorábamos y que luego pudimos corroborar. A partir de ahí, hemos ido configurando un pequeño grupo de trabajo dedicado a explorar nuestra Antigüedad por medio de estos recursos extrasensoriales. No obstante, supongo que en este encadenamiento de los hechos ha tenido alguna influencia el ser conocido por haber investigado el mundo cosmogónico de nuestras sociedades ancestrales, una línea de estudio que abrí en 1997, ajeno por entero a lo que sucedería más tarde, para comprender una cultura, la amaziq (continental e insular), donde el influjo de la espiritualidad posee una impronta determinante.
Se afirma en la contracubierta que no tiene ninguna intención doctrinal. Todo se deja a elección del lector.
No comunico para convencer, sino para compartir. Pretendo acompañar a los lectores, a través de esta singladura literaria, por una canariedad que cultivó nociones, valores y recursos espirituales que quizá les resulten inspiradores o próximos. Pero en ningún caso se proponen postulados normativos. En esta era de integrismos, respetar la subjetividad crítica de los demás me parece una necesidad y un propósito indispensables.
«No comunico para convencer, sino para compartir. Pretendo acompañar a los lectores, a través de esta singladura literaria, por una canariedad que cultivó nociones, valores y recursos espirituales que quizá les resulten inspiradores o próximos»
¿Cuánto peso tiene el mundo extrasensorial en el trabajo de Ignacio Reyes?
Ninguno hasta que me encontré con esta realidad. Cualquiera que consulte mi producción historiográfica o filológica observará que las fuentes y la metodología empleadas son las propias de esas disciplinas. Ahora, en cambio, lo que he hecho es abrir una línea paralela de investigación con estos otros materiales esotéricos, a los que aplico el mismo tratamiento profesional, aunque ya expuestos de manera separada al resto de mis trabajos convencionales para que los lectores sepan en todo momento a qué atenerse.
«Cualquiera que consulte mi producción historiográfica o filológica observará que las fuentes y la metodología empleadas son las propias de esas disciplinas»
Lo espiritual atrae. En Agüimes, en el Foro Bucio 2017, llenaste el local de la Asociación La Salle. ¿Qué respuesta del público, en general, te has encontrado ante estas cuestiones?
Vivimos, a mi juicio, un tiempo de una artificiosidad cada vez más expansiva, poblada de ideales publicitarios que caducan casi con la misma urgencia que eclosionan. Pero, aun así, frente a este derroche de superficialidad y mistificaciones, no pocas personas persisten todavía en alentar una humanización que conjugue naturaleza y espiritualidad, racionalidad y trascendencia (o, cuando menos, mantienen la actitud intelectual de cuestionar sus prejuicios e indagar al respecto). A este grupo pertenecen los lectores que me han seguido en esta aventura, justo quienes no precisan que un libro les dicte aquello acerca de lo que deben pensar ni en qué dirección hacerlo. Sin embargo, no voy a esconder el hecho de que un porcentaje muy superior ha tomado distancia y hasta mostrado su rechazo de forma más o menos explícita (posición en la que yo mismo me habría colocado hace unos años, carece de sentido negarlo).
«No voy a esconder el hecho de que un porcentaje muy superior ha tomado distancia y hasta mostrado su rechazo de forma más o menos explícita»
¿Qué relación guarda esta obra con la última, Diccionario intemporal del amaziq insular?
En ese diccionario, compuesto igual que el resto de mis trabajos filológicos, es donde analizo gran parte de esos materiales atípicos que fueron obtenidos como se narra en la novela. Por supuesto, Shet Atri contiene un glosario, pero el detalle de los recursos lingüísticos y las hipótesis elaboradas para explicar ese caudal léxico requería, claro, una pieza particular.
Y los próximos trabajos de Ignacio Reyes, ¿irán en esta onda o retomará derroteros anteriores?
En principio, esto cierra mi actividad profesional. Seguiré con esta nueva línea de investigación, pero mi intención es hacerlo ya de forma privada (salvo que surja algo de especial relevancia).