
Publicado originalmente el 8 de abril de 2017
Llegamos tarde y, seguramente, lo que en este editorial proponemos a muchos les parecerá un disparate o simplemente imposible. Sin embargo, creemos que nunca está de más hacer propuestas si, como pensamos que es el caso, están orientadas a buscar el bien general de los canarios. Debe quedar claro que no tenemos en mente cantos a la unidad, procesos de unificación más animados por la aritmética que por la ideología. El nacionalismo canario, como otros, puede y hasta debe tener expresiones ideológicas distintas, que, entre otras cosas, reflejen los niveles de pluralidad de una sociedad madura como la nuestra. No van por ahí nuestras preocupaciones.
Ahora bien, ¿cabría pensar en mayores niveles de diálogo, entendimiento y hasta acuerdo entre las dos fuerzas nacionalistas, CC y NC, en sus actuaciones fuera de Canarias? ¿Podrían llegar a consensos, de mínimos si se quiere, para, por ejemplo, negociar los Presupuestos estatales con una mayor posición de fuerza? ¿Mantener las diferencias sin bloquear los posibles puntos de unión? ¿Negociar una agenda canaria que vaya más allá de los legítimos intereses de cada partido? ¿Y en Europa? ¿Cabe imaginar una política común, hasta donde se pueda, en todo este asunto de las Regiones Ultraperiféricas? ¿Impulsar la circunscripción única para las Elecciones Europeas? ¿Presentarnos ante el mundo como un pueblo capaz de unirse por sus intereses sin que eso suponga el que no puedan existir los proyectos alternativos y hasta enfrentados dentro de nuestro país canario?
Corresponde a los defensores del ir desunidos a todos los escenarios, cuando no la asociación con actores más lejanos, la carga de la prueba. Que demuestren ellos las ventajas de la total desunión y los inconvenientes de unir fuerzas ante quienes, principales beneficiarios de nuestra división, quieren mantenernos para siempre en el rincón de la Historia. Y si no son capaces de convencernos, instalados en la escenificación de las diferencias insalvables, a lo mejor es que a este pueblo le hacen falta otras organizaciones y otra clase política.