Publicado originalmente el 14 de febrero de 2012
Se acaba de reunir Carlos Alonso, vicepresidente del Cabildo de Tenerife y Consejero de Turismo de la institución insular, con representantes de la compañía Iberia en Madrid. Como telón de fondo de la reunión, la desaparición de Spanair y la pérdida de conectividad de la isla con España.
La élite política está viendo todo esto exclusivamente como un problema. La oportunidad de negocio que se ha creado les está pasando por encima, ni la están viendo. Decía el otro día Paulino Rivero que «estamos más aislados”. Más retórica lacrimógena para intentar que algo caiga al estirar la mano. Todo un ejemplo de cómo hay que gestionar una crisis. ¿Y reunir a las compañías aéreas canarias y trazar con ellas un plan para ocupar ese espacio de negocio? ¿Y reunir a las entidades financieras canarias -que, al fin al cabo, son la capitalización de la que disponemos hoy por hoy en nuestro país- para animarlas a que inviertan en un proyecto como ese? De eso nada, por lo visto.
No me extraña que Carlos Alonso se esté montando la guerra por su cuenta. No parece haber una planificación a nivel del GobCan en lo que a conectividad aérea se refiere. Les falta imaginación. Les faltan agallas.