Publicado originalmente el 8 de septiembre de 2017
Siete chicas palmeras, de El Paso, están en mi lista de personas a seguir. Soy una follower en todas sus redes, pero sobre todo en la vida real.
Ellas, desde los espacios más cotidianos en los que se relacionan, están contribuyendo a una transformación social en pro de la igualdad. A sus 18 años ya están conquistando esferas tradicionalmente relegadas a los hombres, rompiendo los estereotipos negativos que normalmente se le atribuyen tanto a la juventud como a las mujeres y, matizo, sobre todo contra las mujeres jóvenes en un contexto rural de isla no capitalina. Con todo esto muestran que las mujeres en La Palma también podemos darle duro al balón, hacer rock, estudiar japonés y a la vez alzar nuestras voces orgullosamente palmeras, orgullosamente canarias.
Las chicas somos fútbol
De espacios en los que a fuerza de mucho entrenamiento hay que irse haciendo un hueco sabe bastante Irene Hernández Pedrianes, que juega al fútbol desde que aprendió a caminar. Una amiga de mi generación siempre me recuerda: “yo quería jugar al fútbol, pero en casa me dijeron que era cosa de chicos”. Menos mal que otras sí lo hicieron y ahora chicas como Irene pueden darle al balón con orgullo. Sí, ya sé, todavía hay trabajo que hacer. Entre otras cosas, se necesita mucha de la pedagogía que Irene aprenderá en sus estudios para explicarle al mundo que las chicas también son futbolistas. Alguien me dijo una vez que lo que no se ve no existe, pero hay tantas cosas que no se ven y sí existen, ¿verdad Irene? Me pregunto dónde estarían nuestras deportistas canarias con más apoyo y visibilización. Más lejos seguro.
Las chicas somos rock
Marta Gómez León es una aspirante a graduada en Traducción e Interpretación de Idiomas que a sus dieciocho años es una de las pocas mujeres palmeras que tocan instrumentos y, probablemente la única, a día de hoy, que saca música al bajo en una banda de rock, Lady Barbuda. “Cuando vamos a un bolo me preguntan si yo canto, cuando les digo que toco el bajo, me dicen: ¡qué pena!”. Marta es muy joven, pero ya es consciente de lo mucho que nos cuesta ver mujeres tocando instrumentos en la escena underground en Canarias, donde nosotras somos siempre demasiado pocas. Lo mismo que nos pasa en el cine, aquí también faltamos.
Las chicas somos voz
Necesitamos la canción de autor, esa que nos llena el alma. Eso es lo que apasiona a Isabel García Iglesias, una futura trabajadora social, cuya voz es tan completa que podría emocionarnos en los registros y estilos que ella quisiera. Isabel es un ejemplo de las grandes voces de mujeres que tenemos en Canarias, nunca suficientemente reivindicadas. Desde el folclore hasta el jazz, pasando por la ópera, estas islas son un hervidero de sonidos vocales bien afinados. A ver si nos damos cuenta y nos queremos un poquito más. Raspa duro la guitarra y alza fuerte la voz Isabel, hay tanto por lo que cantar…
Las chicas somos economía
No solo de música y deporte podemos vivir, alguien tendrá que controlar los dineros. “Eso es lo que me gusta a mí”, dice Elisanda Francisco Fernández, a quién vi literalmente embobecida después de acudir a las Jornadas de Puertas Abiertas de la ULL, tras escuchar a una de las profesoras de Administración y Dirección de Empresas. Ella quiere dirigir una empresa, “yo sí, yo sí”. No se sabe si fue por ayudar a su padre a contar los dineros de su trabajo de comercial o por la arepera que regentó su abuelo, pero hace ya un par de años que se encarga de hacer la declaración de la renta de la familia. Por ahí se empieza. Otras ya han roto el techo de cristal que nos dificulta colocarnos en los puestos de administración de las medianas y grandes empresas. Son pocas, así que hay mucho hueco para que tú, Elisanda, estés ahí.
Las chicas somos cultura
A las chicas de La Palma también les gusta el anime (cine y series de dibujos animados de Japón), faltaría más. Y no solo eso, dicen con mucha pasión las gemelas Ainoha y Samira Yanes Casimiro. “Nos gusta todo lo que tiene que ver con la cultura oriental”, comentan. Se puede vivir en las cuestas de El Paso y tener un interés por otras culturas e idiomas del mundo. No está reñido con nuestra identidad, no. Aquí, además de ir a la playa o las romerías, nos gustan muchas otras cosas. Así que las gemelas emocionadas empiezan los Estudios de Asia Oriental. Las esperamos de vuelta para que nos cuenten de otros mundos, otras culturas.
Las chicas somos ley
La sexta de mi lista, la dejé para el final por razones obvias, es familia. Mi hermana Irene Monterrey Viña o como la llaman sus amigas, “la defensora del pueblo”. Es, compréndame ustedes, una de mis grandes musas. Se acaba de matricular en Derecho con una gran vocación social y política. Ya lo demostró organizando las manifestaciones contra la reválida en La Palma y lo hace todos los días como feminista y canaria convencida. Como ella dice, “con acento canario, siempre”. También sabe que las mujeres en los espacios de poder político en esta isla y en este país canario no son suficientes. Estamos gobernadas por lo que un neologismo muy reciente enuncia como ‘pollavieja’. No solo se trata de una cuestión de edad biológica, sino mental con tufo ‘viejuno’ y rancio. Vamos, machista, y ya son tiempos de fragancias más frescas.
Ellas no son representativas de la mayoría, son chicas privilegiadas que además tienen la oportunidad de empezar a estudiar en la universidad. Sabemos que hay otras tantas que en el pasado, o a día de hoy, no pueden o no quieren hacerlo y han emprendido otros derroteros igualmente dignos. Pero sí, más allá de lo académico son referentes que ya pisan fuerte en ámbitos en los que las mujeres todavía, por desgracia, estamos en minoría y estigmatizadas. Por eso digo, las chicas son guerreras. Y que así siga siendo.
Estrella Monterrey (Creando Canarias).