Corren tiempos de cambio, innovación. En una sociedad globalizada como la actual, Canarias no puede quedarse atrás. Máxime teniendo en cuenta que vivimos del turismo y tenemos que estar constantemente adaptándonos a las demandas de nuestros exigentes clientes y capataces, llegados todos de lejanas tierras. Es por ello que me comprometo aquí a compartir una modesta proposición, ahora que precisamente se celebra FITUR 2018, y que busca hacer de Canarias un lugar atractivo para foráneos, que se sientan impelidos a visitarnos y dejar en las arcas de los touroperadores la práctica totalidad del dinero que han ahorrado para la cosa vacacional.
Allá voy: propongo a las autoridades competentes, o a quien sea, la creación del primer Museo de Restos Humanos del mundo. No es que no haya ya otros museos de restos humanos pero ninguno con este carácter inclusivo, atemporal y, sobre todo, como debe ser todo en Canarias, enfocado al turismo. Me explico: estoy pensando en un Museo que no se limite a exhibir restos de indígenas sino cuya vocación exhibicionista llegue a nuestros días y que tenga además consideración global canaria. Para ello, nada mejor que vehicular las donaciones de los distintos cementerios insulares y/o municipales para que cedan a fondo perdido restos de paisanos fallecidos no sólo durante nuestra Historia Antigua sino en los siglos venideros y hasta nuestros días. De hecho, los restos más recientes podrían ser objeto de exposiciones temporales organizadas en torno a temáticas concretas, por ejemplo, muertos por accidente de tráfico, cáncer, apnea del sueño, accidente laboral, etc.
Sin embargo, limitarnos a Canarias, como es bien sabido, nos hace perder coeficiente de universalidad a pasos agigantados, lo cual no deja de ser un perjuicio para nuestra apertura al mundo, o sea, al turismo. Es por ello que se hace necesario conseguir donaciones de cementerios de las principales naciones que nos visitan: Inglaterra, Alemania, países escandinavos, Francia,… Estoy seguro de que gustosamente nos cederían esqueletos y/o fragmentos óseos de sus connacionales para mayor realce del Museo y disfrute pedagógico de la visita por parte de los turistas llegados de esos países. Sería sin duda una adquisición extraordinaria para el Museo de Restos Humanos. Y, como soñar es gratis, ¿por qué no imaginar un día una exposición de esqueletos de gente ilustre? Después de todo, no todo van a ser ciudadanos más o menos anónimos. Una exposición con los restos de Winston Churchill, Agatha Christie, Alfonso XII, Ibsen, el General Moscardó, Marie Curie,… sería un atractivo internacional de prestigio irrepetible.
En cuanto a la ubicación, nada mejor que el istmo de Las Canteras y, previo pago de entrada combinada, posterior visita al Acuario “Poema del Mar”. Todos tenemos derecho a ver los huesos de todos y no sólo los de los indígenas. ¡Que llegue por fin la democracia ósea! ¡Huesos para todos! No nos demoremos más a la hora de dar un nuevo impulso al turismo de calidad. Demostremos que estamos comprometidos hasta el tuétano.
P.S: No hay que descartar que los Amigos del Museo, pagando una cantidad, puedan ver cumplido su sueño de ser exhibidos post-mortem en alguna salita del Museo. Es lo que muchos hubieran querido.