En 1984, George Orwell crea una sociedad al revés: el Ministerio de la Paz hace la guerra, el Ministerio de la Verdad difunde la mentira, el Ministerio de la Abundancia reparte la pobreza y el Ministerio del Amor promociona el odio y la desconfianza. Todo ello en una sociedad sórdida, sometida y asfixiante, donde Winston es una máquina que modifica titulares a conveniencia del régimen. Si algún habitante de Oceanía cede a sus impulsos, es acusado de crimental, el peor de los crímenes posibles, y de estar instigado por el malvado Goldstein.
El lenguaje tiene mucha importancia en todos los aspectos de la vida humana. Cuando alguien esquiva intencionadamente un término exacto para rodearlo o evitarlo, hablamos del uso de eufemismos. El lenguaje tiene vericuetos varios, pero es intencional. Lo es cuando lo usan los vencedores de una guerra, también cuando se somete a otro pueblo. Pasa en Canarias, sí, donde se da la circunstancia terrible de que dos municipios canarios tienen los nombres troqueados: donde perdieron los canarios, se llama La Victoria; donde ganaron los nuestros, en una batalla contra la lógica de la potencia militar, se llama La Matanza. En los dos lugares hubo vencedores y vencidos, asesinados y sangre. En una ganaron los naturales, en otra perdieron.
Tras la Primera Batalla de Acentejo, las tropas castellanas se reorganizan. Con muchos más efectivos y recursos, a finales de 1495 aniquilan a los guerreros guanches, entre 6.000 y 12.000 perecen. La derrota canaria en esa batalla fue determinante para la conquista final de la isla y de todo el Archipiélago.
¿De qué lado estás? Porque el lenguaje no es neutral, no cabe quedarse en medio. El municipio entero se podría haber llamado Acentejo, quizá de arriba y de abajo, y obviar la historia. Pero no, se llaman La Victoria y La Matanza, siendo discutible la terminología de uno y otro municipio. ¿De qué lado están nuestras instituciones? El Ayuntamiento de La Victoria lo tiene claro: “La Victoria, el corazón de la conquista”, es el lema para promocionar el municipio en FITUR 2018. Por lo visto la intención es explicar y contextualizar la historia del municipio y sus rutas gastronómicas, a través de este letimotiv.
Dice el alcalde de Coalición Canaria, Haroldo Martín, que quieren “promocionar un acontecimiento histórico cultural único en el mundo y enaltecer un pueblo de raza guanche”. Seguramente la mejor forma de enaltecer la “raza” judía es promocionar el holocausto. “Nuestras actuales y futuras generaciones, así como el mundo entero, tienen todo el derecho de conocerla, es nuestro deber transmitir la historia y la cultura en estado puro y no con cortapisas como algunos erróneamente pretenden aludiendo a comentarios politizados y malintencionados, intentando manipular y contar solo una parte de la historia que la desvirtúa y la convierte en engañosa”, continúa. La concejala de Turismo, Dulce Gutiérrez, comenta: “no se puede hacer política con la historia, es bueno que se conozca esta parte del pasado y que nos dejemos de una vez, de tantos complejos por eso que ocurrió en el siglo XV”. Por un lado, también promocionar un suceso de aniquilación de personas, no deja de ser política. Por otro, señora Gutiérrez, los crímenes de lesa humanidad no prescriben, lo dice el Estatuto de Roma, elaborado por la Corte Penal Internacional.
Aquí se agolpan las preguntas. ¿Quién gobierna en La Victoria? Coalición Canaria con el apoyo del Partido Popular. Sí, los nacionalistas, lo que defienden lo nuestro y los mismos que ya se alinearon claramente en la defensa del Pendón de La Laguna, con Ana Oramas en la alcaldía, y con la policía agrediendo y persiguiendo a los jóvenes que protestaban por tal afrenta. ¿Qué necesidad de ahondar en la herida? Porque La Victoria podría destacar otra cosa, pero, ¿por qué la derrota de los canarios? Allí las espingardas castellanas acabaron con la resistencia canaria de décadas y décadas, ¿cuál es la intención?
¿Se imaginan a La Matanza destacando la victoria canaria? Ningún pueblo celebra su derrota, dice el lema, pero en Canarias celebrar la victoria, ¿estaría permitido? Imaginen: “Acentejo, la victoria de los canarios”. Ya estoy viendo los titulares: “Apología de la violencia”, “Desenterrando la historia”, “Fomentando el odio”, “Cogiendo el testigo del nacionalismo radical”, “¿Una matanza para atraer turistas?”… También alguna publicación podría recoger una entrevista a un ciudadano de Valladolid, del municipio, muy ofendido por la campaña. Por lo tanto, ¿el lenguaje es neutral? ¿El lema del stand del municipio tinerfeño es un simple recuerdo histórico? ¿No estamos ante el regodeo del discurso fácil, hegemónico y de los vencedores? ¿Qué hace un partido nacionalista promocionando, tolerando o usando estos lemas cuando hablamos de una herida del pueblo originario, al que dicen enaltecer? Todo ello, por muy criollos y españoles que se sientan.
Mis conclusiones son sencillas: el lenguaje tiene una intencionalidad clara, y como tal en esta ocasión el Ayuntamiento, por acción o ignorancia, se está regodeando en una herida grabada como pueblo. El mensaje es claro: “aquí ganaste, allí perdiste”. Pero Canarias, amigas y amigos, no es Cabo Verde, Madeira o Azores, territorios despoblados ocupados por colonos, en estos casos, portugueses. Aquí había un pueblo que se aniquiló, etnocidio, que trataba en otro artículo. La pervivencia genética de ese pueblo en los canarios actuales, está demostrada, pero, sin quedarnos en estudios de ADN, un pueblo siempre remite a los habitantes primigenios. Y el nuestro ganó en La Matanza y perdió en La Victoria. Confundir es difamar con mala intención y querer imponer una historia que solo está en la imaginación de algunos. Por cierto, la historia también es intencional…