Este año, la celebración de las Fiestas del Cristo en La Laguna estuvieron cargadas de polémica, sobre todo por las declaraciones de Antonio Alarcó, el 2 de septiembre, precriticando la actuación de Abubukaka “Caribe Mix 2”, donde aparecía una batalla entre la Virgen del Pino y de Candelaria para elegir el patronazgo del país y, en otra escena, la aparición de Jesús crucificado junto al Comandante Nelson y Aquiles.
Me imagino que el Señor Alarcó se refería a los sentimientos religiosos que podrían sentirse heridos y no a los sentimientos de posesión o los de adoración, puesto que la Biblia, el libro de Dios para todas las comunidades cristianas, dice “no te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen” (Éxodo 20, 4-5).
Cualquier cristiano con conocimientos bíblicos podría decirnos que, a su vez, Dios manda a realizar a Moisés el Arca de la Alianza con dos ángeles labrados en oro y también una serpiente de oro y el profeta Ezequiel describe con detalle la decoración interna del Templo de Jerusalén con seres alados y palmeras. Dentro del conjunto de los cristianos, los católicos se aferran a estas últimas palabras para decir que, en los templos, es perfectamente viable la existencia de imágenes de toda la parafernalia celestial. Así pues, no sólo Dios (como Padre, Hijo, Espíritu Santo en sus diversas apariciones), sino todos los ángeles, arcángeles, vírgenes, santos, patriarcas y un largo etc. pueden estar esculpidos y pintados en los templos (o fuera cuando salen en procesiones y romerías) para que puedan ser admirados y venerados por el pueblo.
Si seguimos rebuscando entre capítulos y versículos, al llegar a la Carta a los romanos 10, 16-19; se explica: “Pero no todos aceptan la Buena Noticia. […] Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? […] ¿Es posible que Israel no haya comprendido? […]”. Y buscando referencias cruzadas nos saltamos a la Carta a los gálatas, donde en todo el capítulo 3 se le llama la atención a los nuevos creyentes en el mensaje de Jesucristo:
“Gálatas insensatos, ¿quién los ha seducido a ustedes, ante quienes fue presentada la imagen de Jesucristo crucificado? […] Es el caso de Abraham, que creyó en Dios, y esto le fue tenido en cuenta para su justificación. Reconozcan, entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe. […] En efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición, porque dice la Escritura: «Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley […]”.
Las celebraciones del Cristo de La Laguna se enmarcan en la adoración de una específica imagen ubicada en el su Real Santuario. Los devotos van a pedir favores personales a una preciosa y antiquísima obra de arte que, en caso de concedérselos, los transforma en fieles devotos de su celebración anual. Por tanto, como cristiano me pregunto muchas cosas, ¿puede una obra de teatro cómica ofender los sentimientos religiosos de una sociedad católica e hipócrita que no cree en el propio mensaje de su Señor? ¿Serán otro tipo de sentimientos los que se sienten ofendidos? ¿Debemos callarnos cuando vemos a una sociedad religiosa, y no de fe, vulnerando sus propias creencias? ¿No será que cuando ven desmoronados sus dogmas la única reacción que les queda es la de sentirse ofendidos? ¿No será que no gusta la crítica?
Como canario y como cristiano sí tengo claras varias cosas. Creo en un país libre, en el que el respeto religioso, semirreligioso o antirreligioso no suponga una ruptura social que, en vez de crear, destruya. Y, por eso, con un gran silbo lanzo al viento: ¡Que viva Canarias libre! ¡Y que corra la voz…!
Fran Medina (Creando Canarias)