Nos tiramos piedras de pequeños,
seguimos haciéndolo, a pesar de sus empeños.
Porque en el pasado los isleños
tuvimos que protegernos de los sueños
de unos machangos que se creían nuestros dueños.
Y con teniques aplastamos a los españoles,
supuestos amos y señores,
de nuestras vidas y dolores.
Aguantamos tanto a los invasores.
Te cuento.
Antes la tierra era respetada,
la cultura hablada, la curiosidad trabajada.
Luego colonizaron: y el agua envenenada, la tierra machacada,
la realidad engañada, creyendo que ya no era nada. Pero,
las canarias hicieron manada.
Pedrolos nos tiramos porque con pedrolos contraatacamos,
está en nuestro ADN; venga, digan que guanches no quedamos.
Pero claro ¿cómo era? La historia la escriben los amos
y dicen que guanches no quedamos.
Aunque
¡Hai tu catanaja!
¡Seguimos alzados!
Casi 100 años para 7 islas ¿y lo llaman victoria?
Y los mismos ¿con la misma gloria?
Hace falta contar los hechos y no fantásticas historias.
Nos tiramos piedras. ¿Por qué? Hagan memoria.
Nos gusta el escondite en el barranco. ¿Por qué? Hagan memoria.
Te cuento.
Así fue como nos protegimos:
silbándonos los sorprendimos
con armadura de drago los enfrentamos
y en los barrancos nos escondimos,
conocimos su posición, en ocasiones les vencimos
y les gritamos, les dijimos,
que aunque fueran divinos
no somos perros ¡somos dignos!
Desde pequeños con ajó, supimos.
Con piedras combatimos durante 100 años.
Esos pollabobas no entendieron. ¡Eh! ¡No somos rebaño!
Ser nosotras no es un sueño tacaño,
ser canario es ser aborigen ¡déjense de apaños!
Te cuento.
Aguantamos tantos crueles invasores
que en vano, con la biblia en la mano, venían con Cristo a educarnos.
Franceses y españoles
que venían con Cristo a matarnos,
todos sobrenaturales, venían a salvarnos.
En los riscos nos suicidamos
y algunos guanches, a los que nunca derrotaron
nuestras costumbres conservaron.
Eso, es la conquista,
no pierdan el punto de vista,
todavía queda una larga lista
de abusos y tronistas,
de alcaldes, hambre y turistas,
de paros, petrolíferas y escolares fracasos,
de piches, pistas, y libertades a plazos.
Te cuento.
Radazul era pesquero,
ahora los bloques parten el risco entero,
Santa Cruz huele a petrolero,
en el monte recalifican los terrenos, los llaman suelo,
y hacen de la playa un vertedero.
Y el colono nos dice que irnos debemos,
que fuera de nuestras casas, para dejárselas a déspotas hoteleros
que suelen ser supuestos mafiosos, supuestos representantes del pueblo,
supuestos amigos de perversos maderos,
que dejan que algunos supuestos puteros,
se rían en la cara de la supuesta ley, los primeros.
Aunque cansa, te cuento.
Aguantamos mucho a los invasores
que todavía se creen dueños y señores
de nuestras vidas y dolores,
de nuestra tierra y nuestros temores, sobre el empleo que da el turismo,
y sus razones
pa’ destrozar la vida de las islas
y sus generaciones.
Tengo que contarte
por qué nos dejan aparte,
para que puedas revelarte.
Levantemos los que queremos decidir en libertad,
las que queremos vivir otra realidad
y tumbar el derecho a destrozar
lo que en millones de años la tierra logró formar.
Somos siete islas y sus islotes,
somos importantes. ¡No dejemos que nos exploten!
Si luchamos tenemos tanto que perder,
lo sé.
Pero, si no luchamos más vamos a perder.
Organízate. Muévete. Álzate.
aunque sea mínimamente,
pa’ que pueda ser masivamente.
Deja de comerte la mente que se nos están comiendo el presente.
Isora (Creando Canarias)