«Un país, una civilización se puede juzgar
por la forma en que trata a sus animales», Mahatma Gandhi
Leo estos días en la prensa que Kiessling ha inaugurado una atracción nueva en el «Loro Parque» en Puerto De la Cruz (Tenerife), que consiste en exhibir el encierro de tres leones africanos en una jaula de cristal de solo 18 metros de radio. La que escribe ha dejado bastante claro en diversas ocasiones su firme oposición a que en pleno siglo XXI algunos desaprensivos sigan enriqueciéndose y haciendo negocio a base de mantener a animales salvajes cautivos. También he denunciado públicamente que ese mismo empresario esté construyendo un mamotreto en pleno istmo de Las Palmas de Gran Canaria para cobijar una pecera gigante que contradice el modelo de ecología sostenible al que tienden las sociedades del presente.
He manifestado, ademas, la sorprendente -por inexplicable- complicidad del Ayuntamiento del Tripartito, que no contento con eximir al empresario del 90% del impuesto de construcción, ha tenido a bien «regalarle» una plaza, un aparcamiento y una pasarela, subvencionadas con dinero publico.
En este texto, hablo de algunas de las personas que aparecen en las fotografías que acompañaban a la noticia, todos ellos animales racionales, pero que en ocasiones hablan o actúan de una forma más salvaje que los propios leones africanos.
Fíjense en la imagen seleccionada y que acompaño a este texto: Es una foto captada el día de la inauguración de la «atracción» de los leones africanos, y en ella aparecen dos conocidos personajes. Por un lado, Wolfang Kiessling, a la sazón Cónsul Honorario de Tailandia, país conocido por ser un paraíso para los pederastas. No en vano una de las principales fuentes de ingresos en dicho país que él tan honorablemente representa es la prostitución infantil. Y por otro lado, envuelto en sotana blanca, aparece monseñor Bernardo Álvarez, Obispo de Tenerife, más conocido por haber dicho aquella barbaridad de «hay menores que desean el abuso, e incluso te provocan.» (La Opinión de Tenerife, 24.12.2007).
Sin duda, lo mejor de cada casa.
Y ahí los tienen: al uno inaugurando el cautiverio de las fieras, y al otro bendiciéndolo.
Lo mas triste es que en cualquier otro lugar, estos individuos avergonzarían a cualquiera que tuviera algo de sentido común, no así en Canarias, donde se les ensalza y se les subvenciona. Tejido empresarial, que le llaman.