
Canarias recibió el año pasado un total de 13.114.574 turistas llegados de diversos puntos del planeta. Una cifra récord que aspira superarse en el presente año, y cuya tendencia fija un ascenso que no visibiliza fin a corto plazo. En este artículo observaremos las situaciones económicas de los turistas que vinieron a Canarias en 2016, en función del lugar de origen así como del gasto que poseen.
Descartando la presencia de destacadas personalidades como Alexander von Humboldt como el inicio del turismo, podemos decir que los comienzos están relacionados con la salud. Tuvo su importancia económica, no tanto ambiental tal y como lo conocemos actualmente. Una segunda etapa la podemos localizar en el franquismo, cuando el Mando de Canarias se da cuenta de la importancia económica del turismo, y ayuda a la creación del Hotel Mencey y a la reapertura del Hotel Santa Catalina. Pero siempre se centró en un turismo de élite. Hasta llegar a la etapa en la que nos encontramos actualmente, un turismo de masas.
Aquí se diversifican un poco más los perfiles económicos que llegan al archipiélago, tal y como se representa en la siguiente gráfica:
Como podemos observar, las personas que con más frecuencia vienen de turismo a Canarias son aquellas que ocupan posiciones altas en la jerarquía laboral. Desde grandes propietarios de empresas, pasando por funcionariado de alto nivel o empleados de cargo medio.
Las personas jubiladas también representan un sector importante de las visitas, en conjunto con el resto de trabajadores y trabajadoras de menor nivel jerárquico. En última instancia estarían estudiantes, parados o el ámbito del trabajo doméstico no remunerado. Veamos los datos desglosados por países a ver si sucede lo mismo indiferentemente del lugar de origen.
Esta gráfica se diferencia de la anterior en varios puntos. Para empezar, porque se divide en tres países: Alemania, Reino Unido y España. He escogido éstos debido a que son los Estados de origen con mayor afluencia en el archipiélago, además de por mayor facilidad de acceso a datos que hay para estas regiones. Y, por otro lado, que no está expresado en valores absolutos, sino en porcentajes. Esto quiere decir que cada barra hace referencia a la proporción de personas de un perfil económico concreto respecto al total de turistas de su país.
Aquí ya empezamos a notar diferencias bastante notables. Mientras el Reino Unido se caracteriza por una presencia especialmente importante de empresarios y trabajadores de alto nivel, Alemania se centra fundamentalmente en el segundo perfil, acompañado de personas jubiladas. El registro histórico no presenta, a priori, cambios sustanciales en los últimos años.
El caso del Estado español es particular. Si bien se aprecian disimilitudes, podemos decir que es el conjunto de asalariados y asalariadas los que mayor presencia disponen en Canarias, indiferentemente de su rango.
Sabemos que son las personas jubiladas las que más suelen gastar de media en turismo. Si bien es cierto que suelen ser los que más consumen “packs” que ya compran en sus lugares de origen. Por lo tanto, cabría esperar un mayor volumen de gasto por turista por parte del Reino Unido, pero veamos si es así con la siguiente gráfica:
En líneas generales, se aprecia una mayor inversión económica en los lugares de origen que en Canarias. Esto incluye desde gastos en compañías aéreas, hoteleras, alquiler de coches, etc. En el sitio de visita también aparecen estos costes, pero son de menor importancia respecto a los de origen. En el archipiélago cobraría importancia los gastos en hostelería, supermercados, compra de souvenir etc.
El comportamiento responde a lo normal, un 70%-30% aproximadamente de la distribución de los gastos turísticos. Aunque no se aprecie con nitidez en la gráfica, hay que destacar al turismo español en el gasto en las islas, que es similar a los otros dos países a pesar de que tiene una media de gasto total significativamente inferior a Alemania y Reino Unido.
Era esperable un mayor gasto en origen de los británicos por la destacada presencia de personas jubiladas, hecho que no se da de manera especialmente visible. Los alemanes son los que más gastan en total respecto al conjunto de los tres países.
Estos resultados nos da origen a muchas preguntas. Es cierto que cuando el franquismo empieza a analizar la importancia económica que genera el turismo (a pesar de sus reticencias por posibles contagios ideológicos), invierte en empresas de transporte. Iberia es claro ejemplo de ello, nacionalizada en 1944, aunque privatizada después por el gobierno de Aznar. Pero no invierte en tour operadoras, espacio que aprovecha especialmente el capital alemán.
El turismo británico siempre fue el tradicional, el alemán no busca su hueco hasta principios del siglo pasado, con fuertes inversiones hoteleras. A modo de hipótesis, se puede decir que el alemán atrajo su propio turismo acorde a sus necesidades empresariales. Mientras que el británico es más habitual encontrarlo debido a las relaciones comerciales que siempre han existido entre ambos territorios.