Por motivos laborales nos desplazamos a Ecuador durante tres meses (1), en pleno periodo electoral, concretamente nuestra estancia como investigadores allí se alargó desde el 9 de febrero y finalizó el 15 de mayo.
Hemos de reconocer que nuestro conocimiento sobre la política local en el país que nos acogía no era elevada, más allá del seguimiento que podíamos hacer de cuando en cuando mediante conexión con la web de TeleSur, o por medio de algún que otro diario español, al cual no haremos publicidad, y de los que siempre tienes que contrastar en el desarrollo editorial de sus noticias y las fuentes y veracidad, (más bien intencionalidad) de las mismas. No nos extenderemos más, todos sabemos de esos diarios.
En clave, nuestra información era claramente positiva, Alianza País (confluencia de fuerzas de izquierda) de la mano del presidente Correa (2007-2017), había obrado el milagro de la transformación social de un país, al cual precedían toda una serie de ineptitudes políticas, reprobadas por el pueblo, en lapsos de meses, y una herencia migratoria, la cual conocíamos por nuestras líneas de investigación, que protagonizaron hacia países europeos, los residentes ecuatorianos a partir del año 2000.
Visiones sobre la política local: la academia
Nuestra información, además, era que el economista y profesor de universidad Correa, había junto a un ávido equipo de Ministros, logrado transformar aspectos claves de la educación, el transporte, las infraestructuras, y la gestión de los recursos naturales, entre ellos con el control del petróleo como fuente de ingresos para el Estado.
Los primeros días de estancia tuvieron como fondo de conversaciones con otro profesorado universitario, los aciertos y desatinos de 10 años de Correísmo, como de manera positiva y negativa, se dirige la mayoría de intelectuales al gobierno de Alianza País.
Entre los aciertos, rápidamente salían a la palestra los anteriormente citados, sumados al impulso que ha promovido el Ministerio de Educación a las universidades del país, mediante la creación de un sistema de garantías educativas denominado Senescyt(2), además de toda una serie de becas de postgrado que buscaban atraer conocimiento, mediante el programa de intercambio de profesores internacionales Prometeo(3), o la potenciación de estancias de postgrado para profesorado universitario, con holgadas becas, para obtener lo que coloquialmente se denomina el Doctorado, un Máster o definitivamente el título en anglosajón que tanto se entona de PhD o Doctor.
Evidentemente en estas conversaciones uno lo que hace es escuchar y pensar; «!oye! pues ni tan mal el Correísmo este». Intentaremos dejar al lector las valoraciones, pero disculpen nuestros deslices durante este artículo; igualito que a nosotras en Canarias.
En las tertulias universitarias la crítica también estaba servida; un gobierno, el del Correísmo, que ha llegado para no soltar el poder, un líder carismático que abusa de su ironía y roza la ridiculización de sus adversarios. Un gobierno este, que ha atraído a gran cantidad de profesionales externos que han saqueado las arcas del país, apoyado por una creciente deuda externa dependiente del capital chino. Un presidente que si algo ha logrado es dividir al país entre defensores y detractores, y para el que no hay más alternativa que su modelo. Aquí es donde unos como interlocutores externos hacíamos una pausa, levantábamos la mano, y desde esa primigenia ignorancia del panorama político interveníamos comentando: «pero, Correa no se presenta, ¿no?…». Se hacía el silencio y empezaba la descripción de las alternativas al actual gobierno. Efectivamente, el candidato de Alianza País era el que fuera vicepresidente de Correa en su primera legislatura, Lenin Moreno.
Las alternativas que se han ido construyendo en estos diez años tiene que ver por un lado con la izquierda rebotada del movimiento Alianza, muy crítica con lo que denominan el giro a la alfombra roja de los gobiernos de Correa, y el embebimiento de poder al más puro estilo de lo ya descrito por Montesquieu o Rousseau .
Luego aparece toda una amalgama de partidos de lo que, para mayor profusión en nuestra descripción, llamaremos de centro-derecha, aunque hemos de reconocer claramente alineados con el gran capital neoliberal, la ultraderecha, o en el mejor de los casos con un modelo de cristianismo que resulta sospechoso se halle presente en el panorama político, pero de larga tradición en el caso latinoamericano.
Por parte del Partido Social Cristiano (PSC) la cabeza de lista era Cynthia Viteri, Paco Moncayo por ANC, Abdalá Bucaram por FE, Iván Espinel por FCS, Patricio Zuquilandia por PSP y Washington Pesántez por UE, entre otros(4).
Finalmente, aparecía el exultante banquero Guillermo Lasso, conocido por haber creado otra especie de alianza, en este caso representante de la derecha del país, denominada CREO-SUMA (en adelante CREO) y con una más que clara defensa del librecambio y las políticas neoliberales del gobierno de los banqueros, o de lo que el intelectual Boaventura Sousa Santos denominaría como doctrina de la educación bancaria, para el control de las instituciones públicas.
Los debates en el ámbito académico eran caldeados, a pesar que muchos intelectuales con los que tuvimos ocasión de hablar criticaban el perfil de la fuerza con más posibilidades en la contienda electoral, el partido CREO, optaban, también, por una defensa de esta opción ante los publicitados casos de corrupción que en esos momentos iban contra Alianza País y el caso de la constructora Odebrech de Brasil, con el cual al parecer había conexiones de algunos de los altos cargos del gobierno de Correa, y las obras de grandes infraestructuras contratadas a la brasileña, con supuestos sobornos y pagos de comisiones. No obstante, a fecha de publicación de este artículo no se han logrado demostrar tales acusaciones, y Correa sigue solicitando al Ministerio Fiscal del país la lista de implicados en la trama para el caso de Ecuador.
En conclusión, los debates ponían sobre la mesa. con insistencia, los supuestos casos de corrupción gubernamental y la alta tasa de endeudamiento de las dos legislaturas del presidente con China. La alternativa, el ávido banquero Lasso, que forma parte del principal grupo nacional denominado Banco Guayaquil, y al que se le atribuye el milagro bancario entre los principales bancos de reputado reconocimiento internacional, entre otros el Pacífico, Pichincha… y la proyección internacional y latinoamericana del sector financiero ecuatoriano.
Sobre las espaldas de Lasso, según supimos, recae la sombra de una depreciación de moneda local, la cual se denomina coloquialmente el feriado bancario, y, para que el lector entienda, fue la gran fiesta de los banqueros en conexión con el gobierno de turno a finales de los noventa. Con la finalidad de ser escuetos en la explicación, supuso la retirada de grandes fondos a paraísos fiscales por parte de los grandes bancos de Ecuador, y la depreciación de los ahorros de la gran mayoría de la ciudadanía, en el proceso de dolarización de la economía ecuatoriana.
La visión de la ciudadanía
Como no todo iba a ser quedarse en la academia, y muy conscientes somos nosotras del riesgo que ello entraña al profesorado e investigador universitario, buscamos un sustrato popular, en el que seguir con nuestras informales tertulias. Visitamos múltiples iniciativas de turismo comunitario, agroturismo y de turismo costero vinculado a las actividades náuticas (objeto de nuestras líneas de investigación), en ellas tuvimos ocasión de hablar con la gente del pueblo.
Llamó en nosotras la atención la polarización de la publicidad de las elecciones, lo cual nos hacía recordar al bipartidismo del Estado Español, y cómo las pequeñas comunidades que visitamos estaban en igual cantidad decoradas por publicidad de Alianza País y/o CREO. Hablando con la población salía rápidamente la aireada y supuesta corrupción del gobierno de Correa, amplificada por los medios de comunicación, y la alternativa que suponía el exitoso banquero, que a pesar de no tener estudios superiores, y proceder de una familia numerosa de clase media no adinerada, había logrado ser un ejecutivo financiero con un alto capital. Todo un esfuerzo de superación, decían, frente al discurso del presidente que sábado a sábado, en lo que se denomina la Sabatina de Correa, se esforzaba por defender el alcance de la revolución ciudadana.
Entre las gentes del lugar, pululaba en aquellos momentos lo ocurrido en Colombia con el sufragio en pro de la paz y el desarme de las FARC, o la solución tomada por el presidente Maduro en Venezuela, de disolver momentáneamente las competencias del Senado, con el fin de reorganizar las incertidumbres legislativas que no tenían solución con una concatenación de errores no resueltos por dicha cámara.
En el pueblo ecuatoriano, no obstante, lo que aterrizaba muchas veces en su discurso, sobre estos y otros fenómenos políticos del área latinoamericana, era que al final la tecnocracia argentina era la que estaba abordando los problemas del pueblo, o que el ambiente político de Venezuela, lo que había logrado era sacar a las calles a la oposición para reclamar nuevas elecciones, ante un más que maleado internacionalmente Presidente, hechos que, de nuevo, amplificados por unos medios de comunicación de masas interesados en una versión normalmente sesgada, afectaban a las elecciones en Ecuador.
Quito (Ecuador), 14 de Mayo de 2017.
Adrián García Perdigón y Yurena González González (Creando Canarias).
(1) Nota de los autores: Este artículo de opinión está redactado desde la libertad de expresión y la vivencia de los hechos como una crónica. Cualquier error detectado por el lector o inconsistencia en el relato, esperamos sea tomada con benevolencia y atribuida al estilo mismo del texto.
(2) Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Ver: https://www.senescyt.gob.ec
(3) Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Ver: https://prometeo.educacionsuperior.gob.ec
(4) Para más información sobre candidatos ver Consejo Nacional Electoral Ecuador: https://cne.gob.ec