
Club Baloncesto Gran Canaria y CB Canarias – Iberostar Tenerife están en la élite del baloncesto ACB. Ambos clubes han logrado colocar a Canarias en el mapa del baloncesto FIBA. Con mucho trabajo, organización y sacrificio. Sólo hay un pero: ¿Qué pasa con la cantera? ¿Por qué no hay jugadores canteranos en el primer equipo?
El CB Canarias – Iberostar Tenerife no sólo está disputando el título de liga, sino que acaba de ganar la Champions League de baloncesto. Esta gesta merece nuestra más sincera felicitación. Aún en fase de consolidación en la liga ACB, el Canarias ha conseguido un importante título, premio al trabajo coherente de la última década. Este importante hito, sin embargo, no debe hacer olvidar al club que está en deuda con la cantera. No se han creado aún las estructuras necesarias que apoyen y acompañen a los talentos de las categorías inferiores en el período crítico que va de los 18 a los 23 años.
Tras haber logrado este título, el club aurinegro está ya en condiciones de empezar esta tarea tan posible como necesaria. Hablamos no de trabajar la cantera (algo que ya se está haciendo) sino de posibilitar espacios y dinámicas que permitan a los canteranos de hoy ser los profesionales del Canarias del mañana. El acuerdo con el Náutico es un buena base, pero algo insuficiente para lograr el objetivo que aquí planteamos.
En el caso del Gran Canaria, club plenamente consolidado en la liga ACB, hace algunos años el entonces Director Deportivo del Club, Himar Ojeda, apostó por crear estructuras destinadas a promover por fin la llegada de canteranos al primer equipo. Se necesitaba un espacio altamente competitivo que permitiera a los jóvenes de entre 18 y 23 años superar ese difícil período en el que los talentos necesitan madurar lo suficiente como para dar el salto a la ACB con garantías. El acuerdo de colaboración con el CB La Palma fue la modalidad elegida. De aquella experiencia salieron jugadores profesionales que hoy están compitiendo al más alto nivel.
Una sucesión de despropósitos durante el mandato del entonces consejero de deportes del cabildo grancanario, Lucas Bravo de Laguna, truncó el proyecto del entonces director deportivo, que fue cesado, y terminó con un CB La Palma herido de muerte.
Hoy el club tiene una nueva oportunidad de relanzar un proyecto similar, pero es evidente que desde la actual dirección deportiva no se está trabajando en este sentido. Las viejas inercias dominan y se prefiere contratar a un crack ya cocinado antes que apostar por un trabajo que se sancocha a fuego lento.
Los profesionales provenientes de la cantera no nacen por generación espontánea. Ni en Canarias ni en ningún sitio. Los talentos locales sólo tienen posibilidades de consolidarse como profesionales si cuentan con las estructuras y el apoyo necesario, tanto en clubes modestos como potentes.
Ambos clubes reciben importantes cantidades de dinero público, dato que casa mal con la nula presencia de jugadores canarios en el primer equipo. Estamos convencidos de que CB Gran Canaria y CB Canarias – Iberostar Tenerife pueden convertir a los talentos de la cantera de hoy en el núcleo del primer equipo del mañana. Para ello hacen falta voluntad, tiempo, confianza, paciencia y, sobre todo, las estructuras necesarias que permitan a los jóvenes que terminan su etapa junior foguearse en un entorno altamente competitivo antes de pasar al primer equipo. Sólo así los dos representantes canarios en la liga ACB podrán convertirse en ejemplos de motivación y de vertebración social. La apuesta vale la pena, y no solamente por lo deportivo.