El año pasado contamos con un total de 26.349 accidentes laborales, lo que nos sitúa en la séptima Comunidad Autónoma con más registros, tal y como observamos en la siguiente gráfica.
Si los datos los ponemos en relación al valor absoluto de la población ocupada, es decir, la totalidad de las personas que actualmente trabajan, se da la cantidad de accidentes esperables por el volumen de trabajadores. De hecho, a nivel estatal poco variaría la gráfica. Esto quiere decir que es normal que a mayor población ocupada haya un incremento de la probabilidad de accidente laboral y viceversa. Por lo tanto, ocupamos el puesto que cabría suponer por el número de población ocupada que tenemos. Habría que descifrar los datos por sectores, pues estamos al mismo nivel que País Vasco, Galicia y Castilla la Mancha cuando nuestra economía es completamente diferente.
Aunque aquí hay que añadir una advertencia. Podemos tener los datos aproximados de la población ocupada y el nivel de siniestralidad laboral. Pero no en todos los sectores se declaran de la misma forma ni el número de trabajadores reales ni, por consiguiente, sus propios accidentes. Esto hay que tenerlo en cuenta sobre todo para poblaciones eminentemente rurales, o con tasas de población de personas migrantes alta. Esto último es importante para personas provenientes de países con menor nivel de IDH, pues se ha observado un mayor riesgo accidental.
En la siguiente tabla vemos dos tipos de clasificación. En primer lugar, en función del nivel de gravedad del accidente, de más leve a mortal. Y, en segundo lugar, el espacio donde se produjo dicha eventualidad. In Itinere se refiere en los trayectos de ida o vuelta del trabajo.
Como podemos observar, el dato más destacable es el número de fallecidos por motivos laborales, que asciende hasta la cifra de 17 personas. O las 162 que tuvieron percances graves, algunos de ellos dejando algún tipo de discapacidad de por vida en las personas que lo sufrieron.
Si desglosamos los datos por provincias, nos da los siguientes resultados:
Lo que es fácilmente apreciable es que la provincia de Santa Cruz de Tenerife destaca especialmente por los accidentes leves, mientras que en Las Palmas es por la gravedad. Tal es así que, cuando nos referimos a los fallecimientos, del total de 17 muertos 14 son en la provincia de Las Palmas. Si bien es cierto que los datos provinciales varían mucho según el año, no parece que con los datos que disponemos podamos concluir el porqué de esta inmensa diferencia.
El número total de personas fallecidas ha variado mucho a lo largo de los años. Es real que hemos dejado atrás ya datos que llegaban a los casi 50 muertos, pero eso no quita para que sigamos teniendo cifras relativamente altas. La evolución es la siguiente:
Como se aprecia, la línea presenta altas variaciones. Sobre todo a raíz del inicio de la crisis (2008) que tiene un pronunciado descenso hasta el 2012. Esto puede deberse a varios motivos. Para empezar, que la población ocupada se reduce significativamente y, con ello, el número de personas que sufren estos infortunios. Por otro, que uno de los sectores principalmente atacados fue el de la construcción, actividad en la cual siempre se han registrado cifras altas de siniestralidad. O sencillamente que después de la crisis la conciencia al respecto haya aumentado y se hayan incrementado los protocolos de seguridad, todo pudiera ser.
En cualquiera de los casos, la mayor parte de accidentes laborales ocurridos en Canarias se los lleva el sector de la hostelería y el comercio. Era de esperar debido al inmenso volumen que ocupa esta actividad en nuestro PIB. Una de las noticias más sonadas del pasado año fue el de un trabajador electrocutado en un hotel en Lanzarote.
Pero aunque el mayor nivel de siniestros se los lleve este sector, las personas fallecidas se reparten entre más. Desde la muerte en una embotelladora de aguas en Gran Canaria hasta por el aplastamiento de una plancha de hormigón en Agüimes o una excavadora en Tías.
Por lo tanto, Hostelería, Comercio y Construcción son los que más accidentes protagonizan. Y es lo que especialmente marca la diferencia en cifras absolutas entre una provincia u otra, siendo Las Palmas la que más sucesos contabiliza. En lo que llevamos de año son 3 el número de personas fallecidas, 2 para la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
También hay que tener en cuenta que existen muchos núcleos rurales ligados a la agricultura cuyos datos pueden ser algo diferentes, si bien es cierto que es predominante el sector servicios.
Hasta donde sé, no contamos con análisis que relacionen el tipo de contrato con la siniestralidad laboral en Canarias. Pero sí podemos ver como hipótesis inicial que sectores con mayor volatilidad laboral (empleos poco remunerados y sin estabilidad) como los tres citados anteriormente, son los que más índices presentan de siniestralidad. Por lo tanto, espero que sirva para dar pistas del sendero a recorrer en futuros estudios.