Uno de los géneros folclóricos más curiosos y peculiares de Canarias (hoy día en La Palma), es la Danza del Trigo o Cho Juan Pereñal. De su origen sefardita no cabe la menor duda. Lo atestiguan trabajos como el publicado en 1955 por el investigador palmero José Pérez Vidal en un trabajo en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, haciendo referencia a que una danza semejante existía entre la comunidad sefardí de Tetuán (Marruecos).
Con el nombre de Biba Ordueña, Vivardueña o El Gran Vivar, aún se conserva esta danza entre los sefardíes de todo el mundo, principalmente en el Norte de África y el Sureste de Europa, como danza nupcial y con un claro símbolo de fertilidad para la pareja que contrae matrimonio. Grupos de música sefardíes como Gerineldo (Canadá), Luis Delgado en su trabajo Halilem, Etti Ben Zaken y otros, dan diferentes versiones de esta danza.
Un gran estudioso del folclore sefardí, Samuel Armistead lo describe fielmente:
“Baile de bodas del Este y Norte de África, donde se gesticula miméticamente en la danza los procesos de producción del pan: sembrar, regar, cultivar, segar, cosechar, cernir, moler, amasar, moldear y cocer. Se baila en las bodas y con un claro énfasis de fertilidad y donde se correlacionan la agricultura con la sexualidad. Históricamente está comprobada la existencia de esta danza desde el medievo entre los campesinos judíos de la península ibérica”.
Cia Sautter en su libro Baile de bodas de la mujer sefardí señala:
“Viva Ordueña es un muy antiguo ritual después de la boda, la canción es casi exactamente igual en las diferentes comunidades sefardíes del mundo, por lo que su origen deriva de la España medieval”.
De la similitud con la actual danza que se conserva en la Isla de La Palma, nos da una clara muestra esta letra de Vivardueña que recogen Samuel Armiestad y Joseph Silverman:
“Vivardueña lo siembra en su arenal / y así lo siembra Vivardueña, y así metiera sus pies en la mar / y así me enseñaron a bailar”.
En La Palma:
“Cho Juan Pereñal tiene un arenal / con grano de trigo lo quiere sembrar;
Lo siembra en la cumbre, / lo coge en la mar;
Ansina ponía su pata en la mar, / ansina me enseña su danza a bailar”.
Luego, en ambas versiones, se va narrando los diferentes procesos que coinciden en su gran mayoría (escardar, segar, enfejar, cargar, cernir, tostar, moler y comer). Todo esto no nos debe resultar extraño si tenemos en cuenta que en 1492 al expulsar los Reyes Católicos a los judíos de la península ibérica, muchos de ellos se trasladaron a Canarias a través de la Isla de Madeira, y de cuyo asentamiento existen muchas referencias históricas y culturales (Romances, refranes, etc.).
Francisco Rodríguez Marín en sus “Cantos Populares Españoles”, nos dice que en Cuba y recogido por Pichardo en su “Diccionario Provincial de Cubanismos”, había una danza semejante a la nuestra y que tuvo gran auge en la segunda mitad del siglo XIX (1875), y que llevaba el nombre de Juan Perillán, y que Pichardo describe:
“Mi Juan Perillán, baile campestre cantado entre muchas parejas colocadas en danza:
Mi Juan Perillán tenía su arenal y así le sacaba la arena al mar.
Todos alzan la pierna derecha haciendo con el pie la demostración iniciativa y repitiendo:
Así se sacaba la arena del mar.
Mi Juan Perillán tenía su arrozal y así le aventaba mi Juan Perillán.
Brinca entonces, repitiendo a coro lo último:
Mi Juan Perillán tenía su mamá y así la abrazaba mi Juan Perillán.
Todas las parejas se abrazaban, y a este tenor seguían un baile y canto, que principiando, tan sandiamente, solía acabar con acciones, movimientos y libertades bien deshonestas.”
Curiosa descripción que nos hace Pichardo y da lugar a la posibilidad de que nuestros emigrantes llevaron esta danza a Cuba.
En Canarias la Danza del Trigo o Cho Juan Pereñal también existió en otras islas, aunque hoy sólo pervive en la Isla de La Palma, tenemos referencias de su existencia en Tenerife por el Romance de Juan Perejal, recogido por Francisco Montesdeoca en la zona norte de dicha isla en 1900 y la que oyó Estanislao González en el barrio de Tigaiga en Los Realejos. También, en Fuerteventura Castañeyra, ilustre memorista de la isla, recogió a principios del siglo XX una versión de este género folclórico. En La Palma existen diferentes versiones recogidas en casi todos los municipios de la Isla (Tijarafe, Barlovento, Los Llanos de Aridane…) y que hoy representan la mayoría de sus grupos folclóricos.
Bibliografía
Armistead, Samuel y Silverman, Joseph. “Poesía, Amor y Agricultura. Romancero Sefardí´”. Seminario Menéndez Pidal. Madrid 1982.
Rodríguez Marín , Francisco. “Cantos Populares Españoles”. Tomo V. Ediciones Atlas. Madrid 1981.
Sautter, Cia: “Baile de Bodas de la Mujeres Sefardíes”. Universidad de Illinois. Chicago 2010.
Manuel Hernádez Cabrera (Colectivo Etnográfico Echentive), para Creando Canarias