RUEGO A LOS VIENTOS ALISIOS
Llegar a la feliz frontera
La quintaesencia del país amigo
Atravesar la vidriera de los ojos
Allá afuera ser libre dejando atrás el vuelo lento de las mariposas
Y avanzar hacia mí
Ser cuchillo del aire como ala de vencejo
Saltando sobre las nubes
Rasgando el aire para herir el tiempo
Sin desfallecer en el caracol de las nebulosas
La dulce espuma del cielo la falsedad de las antiguas
Luces el engañoso espejismo de una ciudad de promisión
Ni otra cosa me detenga
Nauta de los siglos
Perdido en el inevitable viaje
Hasta la frontera del universo
Fuera ya del normal calendario que vivimos
Lléveme Dios y los buenos alisios
Hacia ti que eres mi querencia
Allí donde mi soledad termina
Y da comienzo tu piel.
Del libro «Poliedros del mar» (2008). Extracto de la web de la Academia Canaria de la Lengua.