Sabemos que existe una necesidad urgente de analizar y profundizar en estas cuestiones, ya que somos conscientes de la complejidad que entrañan. Pero qué quieren que les digamos, creemos que antes de que caigamos en la más profunda de las depresiones sociales, es necesario, por salud, proyectar nuevas dosis de energía.
Creemos que es el momento de dar pasos hacia delante y pensar con ilusión sobre lo que podemos llegar a ser y a hacer. Porque incluso las que están en las situaciones más desesperadas saben que con eso de fustigarnos lo único que hacemos es perder vida y la vida está muy cara, aunque todo el rato se nos olvida. Además, para las que quieran, si todavía no tienen con el calvario del día a día, hay otras fórmulas más placenteras de practicar el sadomasoquismo.
Mejor desbordar toda esa energía, ese cabreo cotidiano, alimentando los espacios de transformación social o por qué no creando otros nuevos. Cada una desde su realidad más inmediata, desde aquellos lugares en los que se sientan más cómodas. Volvamos a casa, miremos pa’ abajo, pa’ local y sigamos tejiendo redes. Hablemos mucho y con todo el mundo. Sentémonos en el banco del pueblo, en la plaza de la ciudad, en el bar de toda la vida, escuchemos a la gente. Quizás así entendamos por qué, quizás así ellas entiendan por qué. Y la que piense que todo esto ya se ha hecho, es que no ha entendido nada.
El capitalismo es más que un sistema económico, es un sistema cultural impregnado de valores que han calado en lo más hondo de nuestra sociedad. Mira bien tu equipaje, seguro que también lo llevas en la mochila. La clave parece que no está en seguir separando entre ellas y nosotras. Entre las que votaron una cosa o la otra, entre las que votaron y no votaron, entre las que creen esto o aquello. Al final todas estamos en el mismo barco y tarde o temprano todas acabamos donde mismo. Todo lo que es cultural, solo con más cultura se combate. Así que para dar paso a una transformación social hace falta mucho más que ganar una batalla electoral, que también es necesario, pero no es lo único. Necesitamos saber, necesitamos saberes que alimenten nuestras ansias de derechos, de igualdad, de libertad.
Hay palabras que guardan sueños de futuro, únicas, capaces de diluir la cultura capitalista del miedo y sobre todo del individualismo. Cooperemos, más y mejor. Hablemos de movimientos, hablemos de cosas nuevas que están por venir y también recordemos aquellas luchas, aquellas vidas… Usemos toda la capacidad creativa posible, sin miedo a cambiar. Sí, sin miedo a cambiar y sobretodo sin miedo a hablar desde nuestro PAÍS CANARIO, desde casa, desde abajo. Sin miedo a “hacer” y a “hacerlo” todas las veces que hagan falta.
Estrella Monterrey
Yurena González
Creando Canarias