Siempre pensé que no era algo prioritario, que sería algo temporal. Pero pasan los años y Canarias continúa bajo un espeso manto de tierra y rocas. Es como si quién las sepultó quisiera hundirlas para siempre. Ahí siguen, sin que nadie las extrañe, ¿por qué? En todo caso es, sin lugar a dudas, una falta de respeto ante nuestros ojos.
Hablo del magnífico mosaico circular del mapa de las Islas Canarias ubicado a los pies del Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas. Desde su fundación en 1997, fue un elemento fundamental que formaba parte del entorno del Auditorio y que era apreciado cada año por miles de visitantes y turistas. Al asomarse desde el emblemático edificio podía contemplarse este homenaje a nuestro país abierto al Atlántico.
Situado en el centro del parque, entre el edificio y el monumento a Kraus, el mapa de Canarias era la cabecera de la legendaria avenida de Las Canteras, emblemático paseo de esta capital canaria. Sin embargo, hace bastantes años, en pleno apogeo institucional del PP en la isla, esta magnífica glorieta fue sepultada por una montaña de rocas sin sentido alguno, sin explicación lógica.
Lo absurdo del hecho hizo que me planteara si podía ser una medida temporal hasta arreglar algún desperfecto, pero no fue así. Un amontonamiento pelado de rocas volcánicas, tierra y basura cubre la antigua glorieta. Un amontonamiento rocoso del que nadie pueda explicarse la funcionalidad del mismo. Cuando te aproximas a este esperpento se puede apreciar las colillas, los restos de latas y botellas, así como el mal olor por ser un lugar confundido con un retrete público.
Conociendo el panorama político insular cabe preguntarse si pudo dañar este mapa la sensibilidad de algún nacionalista español del Partido Popular, hipótesis que no creo descabellada. Muy autocentrado de cara al visitante y extranjero «¡Qué exaltación nacionalista tan radical un mapa de las Islas fuera de un acuario a los pies de España!»
Pero quizás es más desalentador el hecho de que nadie protestara, certera analogía con la realidad de nuestro país. Será por ello por lo que no puedo evitar preguntarme si podría tratarse de una especie de vudú arquitectónico…