
Batata News. El tinerfeño Bentor Marrero murió anoche abrazado a un inglés que hacía ‘balconing’, informó ayer el Gabinete de Comunicación del Cabildo de Tenerife. Dice la nota remitida a los medios que «el valeroso Bentor, se desrriscó por el balcón, y callaron los ingleses y enmudecieron los clavicordios». El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, destacó que «dio su vida por una isla 10, donde se defiendan a base de abrazos los más de 1.000 millones de euros que dejan en la isla». Testigos presenciales aseguran que mientras caía, el gran Bentor sonreía y cantaba «Tenerife tiene seguro de sol».
Todo esto forma parte de la campaña «Abraza a un británico» iniciada por el gobierno insular. Nació con polémica y no por el coste de 100.000 euros de la campaña, sino porque los británicos rechazaron los abrazos en un primer instante, por «tratarse de africanos». Gordon Eagles, representante de la comunidad británica en la isla, se quejó de lo pegajoso de estos abrazos y señaló que eran abrazos africanos, por muy blancos que sean, y que ellos tienen a bien rechazar todo contacto con africanos desde el XIX, que no sea bajo el yugo inglés. Los gibraltareños, por su parte, denuncian que nadie los abrazaba en Tenerife, algo que no entendían.
Cuando se inició la campaña, miles de hooligans ingleses que habían estado en Francia en la última Eurocopa, mostraron su intención de viajar a Tenerife a devolver el cariño. Su intención era abrazar, en primer momento, a Carlos Alonso, que seguidamente desapareció de los actos públicos o aparecía escoltado. Los hooligans querían agradecer la hospitalidad canaria, no como en Francia, donde «los chovinistas y provincianos franceses», según ellos, los recibieron fatal. «Nos sorprendió mucho que hubiera un lugar en el mundo donde aún nos vieran como semidioses, tras la pérdida de la India. No sabemos muy bien la causa, pero allá iremos con nuestros bates de baseball», afirmó Peter Brown, representante de la hinchada, que añadió que «acudiremos también con nuestras navajas filipinas y puños americanos, prueba de nuestro cosmopolitismo».
Bentor solo era uno de los 25.000 tinerfeños que se calcula que están abrazados a turistas ingleses. Estos tinerfeños ponen crema solar, llenan las copas a sus huéspedes y tiran sillas en peleas de discotecas para defender a sus británicos. Los hoteleros han comenzado a alojar a sus inquilinos británicos en plantas altas para que puedan disfrutar de sus aficiones. Todas las medidas son pocas para amortiguar el impacto del Brexit.