Vamos a retrotraernos en el tiempo y recordemos la cantinela de los defensores del petróleo en Canarias. Dependencia energética, alto coste de esta energía y posibilidad de que con el petróleo canario se pudiera abastecer a todo el Estado. Aparte de ser un riesgo y una apropiación por la que nosotros no recibiríamos más que otros lugares, aunque ponemos el territorio en juego, no deja de ser un anacronismo histórico. El petróleo es la energía del pasado, cada día hay más evidencia de ello. El oro negro, así como el resto de las energías fósiles, son finitas y un atentado contra el planeta. Hay alternativa y cada vez más voces e iniciativas lo refrendan. Picaron finalmente en Canarias, pero la energía no era comercializable. Recuerden que lo hicieron a pesar de la oposición manifiesta en las calles y del rechazo de la mayoría de instituciones y técnicos del Archipiélago.
La solución al problema energético comienza en el nivel local, en los Ayuntamientos, en las administraciones más cercanas y hasta en los detalles más pequeños. Consciente de ello, el ICEACAN reunió a expertos en este ámbito en su Jornada Ecoolocal, enmarcada en su Semana de la Energía Limpia de Canarias. El Facilitador del Pacto con los Alcaldes del SEYN, Dirk Knapen, presentó una tabla en la que aparecen las posibilidades climáticas de los municipios canarios para instalar energías renovables, atendiendo a las radiaciones, fuerza del viento, etc. Conclusión, desde Santa Mateo hasta Frontera, pasando por Adeje, La Laguna o Las Palmas de Gran Canaria, cuentan con condiciones climáticas para autoabastecerse energéticamente.
Normalmente las excusas para no arrancar con este tipo de energía es el coste de las infraestructuras. En esto llegó el turno del Proyecto Rubí Brilla, un municipio barcelonés líder en ahorro energético. Ángel Ruíz, Coordinador cuando comenzó este proyecto municipal, comenzó su intervención con una declaración contundente: «si quieren, mañana mismo pueden empezar a ahorrar y a coste 0», afirmó delante de un público repleto de técnicos municipales y concejales de ayuntamientos grancanarios. Lo explicaron luego con más detenimiento. En administración, colegios, comercios, fábricas y viviendas, el Ayutamiento asesora o lleva a cabo medidas para un menor gasto energético, con acciones tan simples como apagando las luces a unas horas, quitando aparatos inútiles o cambiándolos por otros más eficientes. Con esas acciones simples, han conseguido un ahorro de casi 2 millones de euros en apenas unos años.
Los datos del coste de la energía son demoledores: el crecimiento económico va aparejado a un aumento del consumo energético, por lo que se llama el «efecto precio». A nivel mundial, el 30% de la población consume el 80% de la energía, por lo que hay un mundo que gasta energía y otro, generalmente, del que esa energía se extrae a un precio muy barato. A nivel estatal, los ingresos económicos totales generados por el turismo se usaron para gastarlo en energía. Hablamos de unos 50.000 millones. Tenían razón en este sentido los popes del petróleo, pero la solución no pasa por seguir exprimiendo al planeta, sino por apostar por otro modelo. Como en Rubí, primero el ahorro y luego la inversión en energías renovables. Knapen ofreció un dato: en Canarias tenemos 18.617 TWh (teravatios a la hora) de media anual de radiaciones y solo 61 TWh, o lo que es lo mismo, un 0’33%, se usa para el consumo de energía. Esto unido al dato de que Canarias solo instaló un aerogenerador de energía eólica en 15 años, siendo precursora en sistemas de este tipo en los 90, nos resuelve bien a las claras que hablamos de apuestas y no de costes.
Los técnicos y concejales presentes se fueron con una cartera de soluciones si quisieron tomar nota: su municipio sí cuenta con energía natural para instalar renovables, sin inversión pueden comenzar a ahorrar y por si fuera poco, Juan Manuel Revuelta, director de Finnovaregio, Fundación destinada a la Innovación con fondos europeos, ofreció asesoramiento para la obtención de esos fondos. Si le faltaban ejemplos, Íñigo Bilbao explicó el proyecto de Vitoria-Gasteiz, Capital Verde Europea 2012, ciudad donde el 100% de la población vive a menos de 300 metros de una zona verde. El sobrecoste energético tiene solución. Dejar de exportar tanta energía fósil a precios altos, es posible con un plan detrás. El resto ya depende de la voluntad de desarrollar un plan efectivo, que empiece en lo local y que se refleje en todas las Islas, para que El Hierro no sea una anécdota.