
Cae la tarde en Telde. Acordamos vernos en un bar céntrico de San Gregorio y a la hora en punto allí, apoyado en la barra, está Ado Santana. Está como en casa porque está en su ciudad natal. Esa ciudad que el grupo Skachaos, cuyo miembro David Peña participa en la producción y realiza la música junto a Germán López, calificó como «de viejos». Ado Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1984) regentó un videoclub por la zona. Cuenta que a algún usuario que se dejó aconsejar le recomendó la película coreana de Park Chan-Wook «Old Boy». «Si no te gusta te devuelvo el dinero» exclamaba con seguridad. Dice que nadie le pidió la devolución. Casi al final del mítico film está escrita en un papel la frase «ríe y el mundo entero reirá contigo, llora y llorarás solo».
Tengo muchas cosas en común con Ado. También nací en 1984, soy teldense y adoramos el cine. Él lo hace, yo lo disfruto. Se aplica la frase de «Old Boy», es consciente que las masas se te pegan cuando estás en lo alto, como moscas a las heces. Cuando estás abajo, buscando proyectos, financiación, sin ideas, todo el mundo, salvo los imprescindibles, te dan la espalda. Reconoce estar tenso ante el estreno de su documental “Alzados: Historia del nacionalismo e independentismo canario”. Empezó a trabajar en este documental en el año 2011, y desde entonces hasta el anuncio del alumbramiento, ha sufrido críticas, objeciones y presiones desde distintas esferas. Asume que el tema es polémico, aunque no entiende por qué. Sus palabras denotan que su única pretensión es divulgar un tema poco conocido de la historia de Canarias: “cuando yo estudié nadie me habló del movimiento independentista canario, me hablaron de la Historia de España, de la Revolución Rusa, de la Revolución Francesa, pero no de lo que había pasado aquí”.
Producido por AS Producciones, Un Cacho de Canarias y Asociación Cultural Alcorac 1968, expone que esta producción ha sido fruto del esfuerzo colectivo de varias personas que deciden hacer el documental tras percibir una laguna en cuanto al conocimiento de esta parte de la historia reciente de Canarias. Sorprende su postura ante las subvenciones públicas: “me parece un error pedir una subvención. Si yo hago eso, no puedo cobrar una entrada por ver una película, porque al final el espectador está pagando dos veces”. El resultado de este trabajo colectivo son 90 minutos donde personajes de la política, la empresa, la cultura, la educación o la Iglesia hablan sobre el pasado, el presente y el futuro del nacionalismo canario, desde las teorías independentistas primigenias hasta la irrupción del nacionalismo de Coalición Canaria. Santana asegura no tener pretensiones ideológicas, el documental tiene como misión la objetividad y la divulgación sin posicionamientos. Un recurso didáctico que sirva para conocer lo que opinan una serie de personas sobre un tema desconocido y polémico a la par, algo así, salvando las distancias, como «La pelota vasca» de Julio Medem.
No están todos los que son, pero son todos los que están
Pero no lo he citado solo para que me cuente por qué hace el documental. Es consciente que la nómina de entrevistados es polémica, que faltan algunos militantes históricos y que pueden sobrar varios. Primero justifica la elección que ha hecho el equipo de guionistas: «se ha intentado contar con diferentes puntos de vista de personas que además pertenecen a distintos sectores de la población”. La primera pregunta sobre los entrevistados es esa, que todos son entrevistados y no hay ninguna entrevistada. “Contacté con dos mujeres, me dijeron que sí iban a participar y después no lo hicieron. Creo que es una carencia del documental”, señala sobre la ausencia de mujeres.
Algunos le han afeado que se pregunte a Antonio Cubillo, personaje que él considera imprescindible para el tema en cuestión, a otros les sobra Luis Morera, otros en cambio, no entienden la presencia del showman televisivo conocido como Padre Báez: : “me hubiera gustado que estuviera Paco Bello, que además fue profesor mío, pero no conocía otro cura con estas sensibilidades (…) Yo creo que el Padre Báez dice cosas muy interesantes, lo que choca es cómo las dice”. A golpe de insultos, apostillo yo. Santana afirma que no se puede contentar a todo el mundo, como tampoco pudieron incluir a todas las personas que hubieran tenido que estar, unas por falta de espacio, otras porque no quisieron y otras por desconocimiento de los responsables. “Varias personas nos han dicho que no, pero tampoco podemos frustrarnos por ello. Es un tema polémico e incómodo, lo cual no entiendo”, indica sobre la ausencia de personajes históricos que podrían haber ofrecido otras visiones. Sin embargo, destaca la presencia de profesores de Historia como Juan Francisco Santana y Gregorio Figueras, socio de Santana y guionista del proyecto.
Un enamorado del cine de terror
Es el primer documental que firma Ado Santana, cuya carrera tiene películas de terror, dramas sociales y comedias. Dos de sus obras más importantes son «30 monedas» y «Amarillo», pertenecientes a su género favorito, el terror. “Intento que las ideas cinematográficas sean lo más frescas posibles, aunque bebo de muchas influencias”, señala. Actualmente está trabajando en un libro y un largometraje, aunque asegura que es muy visceral, si se le ocurre una idea, quiere desarrollarla sobre la marcha. Es crítico con el boom de grandes producciones cinematográficas que están viniendo a Canarias, sobre lo que opina que “pese a lo positivo de que vengan, veo negativo que no creo que veamos nunca un cabeza de equipo canario, cuando aquí hay mucho talento”.
Estreno en Multicines Monopol
Volviendo a la producción objeto de la entrevista, los primeros pases serán entre el 27 y el 30 de mayo en Multicines Monopol de Las Palmas de Gran Canaria. El 3 de junio se proyecta en el Espacio Cultural Aguere en Tenerife. Ahí no se acaban las proyecciones, ya que también se quiere presentar en La Palma. Ado Santana se marcha tras tres horas de conversación, que conste que yo solo le pedí media hora. Una charla agradable, en la que el director dejó claras sus buenas intenciones con esta producción. El muchacho del videoclub, amante del cine y que cumplió su sueño dirigiendo películas, ahora se embarca en un espacio difícil. Los ataques están garantizados desde ambos extremos, pero los cainismos no son distintos a los que se pueden observar en el silbo, en el folclore, en las vestimentas o en el juego del garrote. Sospecho, pese a lo poco que lo conozco, que Ado seguirá riendo, aunque el mundo no ría con él.