Todos hemos oído hablar alguna vez del banco pesquero canario-sahariano. Resulta que Canarias se encuentra en una zona con una gran riqueza pesquera debido a diferentes factores climáticos y oceánicos. La denominada corriente del Golfo sigue la circulación de los vientos alisios, por lo que uno de sus ramales viene a dar a estas ínsulas del Noroeste africano. Es decir, esta corriente marítima del Golfo, hace un recorrido circular, empujada por los alisios, atravesando con ello la costa Este de Norteamérica (desde Florida hasta Canadá), pasando por Azores, y llegando a virar al Sur debido a estos vientos, hasta pasar por Canarias y Cabo Verde. Una vez aquí, vuelve a tornar hacia el Oeste en dirección al Caribe. A este fenómeno marino que circula por Canarias se le ha denominado como Corriente Fría de Canarias.
Debido a esto, la Naturaleza nos ha regalado uno de los bancos pesqueros con más cantidad de peces del mundo. ¿Por qué? Porque las aguas marinas frías, son un criadero de peces inmejorable. Sin embargo, el factor crucial no es la corriente en sí, sino el fenómeno denominado como up-welling. Para que lo entiendan: las aguas de esta corriente marina son más frías de las que les corresponde por su latitud, porque los vientos alisios retiran hacia el oeste el agua más superficial, y con ello facilita el ascenso de aguas más profundas y más frías. Las aguas cuanto más profundas, son más ricas en microorganismos, por lo que el fitoplancton es abundante en esta zona. A más fitoplancton cerca de la superficie, más peces, puesto que tienen mayor disponibilidad de alimentos. Este fenómeno, es especialmente importante en las islas orientales, sobre todo en Fuerteventura y Lanzarote, ya que a medida que se avanza al Oeste, el agua se va calentando lentamente y disminuye el número de viejas, brecas, samas, sardinas etc. Aun así, toda Canarias es una región eminentemente rica en pescado.
Hasta aquí, nos podríamos congratular de haber nacido donde hemos nacido, pero nada más lejos de la realidad. A pesar de que este debería ser un recurso estratégico de Canarias, resulta que la desidia política impide que nos podamos abastecer de estos alimentos, con la cantidad de empleos directos que daría, y con la aun mayor cantidad de empleos indirectos asociados a las industrias conserveras y de transformación que proporcionaría. Y es que somos así de listos.
Desde que el Sáhara fuera ocupado por Marruecos en 1975, el Estado español, y por ende Canarias, ya no tienen el acceso que antes tenían a la pesca en este banco. Ahora ese poder y esa soberanía marítima la ejerce el Estado marroquí, con las enormes ganancias que saca por ello, expoliando de paso al Sáhara Occidental. Y eso que según un informe solicitado por el Consejo de Seguridad al asesor jurídico de las Naciones Unidas, el Sáhara seguiría siendo un territorio no autónomo de España. Así se recoge en el documento S/2002/161 en su párrafo sexto, el cual dice así:
“El 14 de noviembre de 1975, España, Marruecos y Mauritania emitieron en Madrid una declaración de principios sobre el Sáhara Occidental (el «Acuerdo de Madrid»), con arreglo al cual las facultades y responsabilidades de España, como Potencia administradora del Territorio, se transfirieron a una administración temporal tripartita. El Acuerdo de Madrid no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de Potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente. La transferencia de la autoridad administrativa sobre el Territorio a Marruecos y Mauritania en 1975, no afectó la condición internacional del Sáhara Occidental como Territorio no autónomo”
Esta cesión ilegal, antidemocrática, y chapucera de Franco y los Borbones, ha tenido consecuencias fatales para los saharauis en materia de violaciones de todo tipo de Derechos Humanos, incluyendo un muro de más de 2.000 kilómetros de longitud, del cual nadie habla. Y los pescadores canarios ya no pueden pescar con la libertad que antes hacían. Ahora, la pesca que le toca al Estado y al Archipiélago lo deciden la Unión Europea y Marruecos, o quizás Estados Unidos, porque uno ya no sabe si Marruecos es Marruecos o es yankee. En cualquier caso, y es aquí donde los políticos “vendepueblos” deberían mover ficha, existe una Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, más conocida como el tratado de Montego Bay.
Por esta Convención, resulta que si cambiáramos nuestro estatus político-jurídico, tendríamos una Zona Económica Exclusiva (ZEE) que nos daría derecho a pescar, extraer petróleo, gas o cuanto quisiéramos en nuestro propio mar. Sin tener que esperar por Madrid o Bruselas, y sin que ellos decidan por nosotros, como se intentó hacer con las prospecciones petrolíferas. Siempre, claro está, de forma sostenible, y teniendo en cuenta que los recursos son limitados. Existen dos opciones que nos llevarían a ello, tal y como veremos.
La ZEE se correspondería con 200 millas a partir de las líneas de base trazadas para nuestras aguas territoriales actuales, que comprenden sólo 12 millas alrededor de las islas. Este estatus lo poseen por ejemplo Madeira o Azores. Sin embargo, Canarias no. ¿Por qué? Se explica fácil. Cuando se aprobó esta Convención, la ONU dio un plazo de 15 años para que los países regularizaran sus situaciones, dando dos opciones posibles: conceder la Independencia (Estado Archipielágico) o la Plena Autonomía Interna (Archipiélago de Estado). Portugal cumplió y otorgó a Madeira y Azores la Plena Autonomía, pero España dejó pasar la fecha límite de 1997, y Canarias sólo tuvo derecho a las 12 millas perimetrales alrededor de cada isla. Todo ello con la connivencia de CC, PSOE y PP, los guardianes supremos de nuestra legislación desde hace más de 20 años, y también de nuestra pobreza estructural.
Por tanto existen dos opciones. Por un lado la Plena Autonomía Interna, y por otro lado la constitución de un nuevo Estado canario. La Plena Autonomía Interna nos daría el mismo régimen jurídico que a Madeira o Azores, pero tendría que ser aprobada por el Estado español, cosa poco probable viendo como le regalaron el Sáhara a Marruecos, y teniendo en cuenta que la ZEE de Canarias entraría en conflicto con la de Marruecos.
Por otro lado, está la constitución de un Estado canario. Este Estado puede ser asociado a España o a la UE (como Puerto Rico con EE.UU.) o totalmente independiente. A efectos legales, sería reconocido exactamente igual por el Derecho Internacional del Mar, y al ser un Estado Archipielágico, tendría pleno derecho a la Zona Económica Exclusiva de 200 millas.
Ambos casos se recogen en el artículo 305 de la Convención, en el cual se otorga capacidad de firma a:
c) “Todos los Estados asociados autónomos que hayan optado por esa condición en un acto de libre determinación supervisado y aprobado por las Naciones Unidas de conformidad con la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General y tengan competencia sobre las materias regidas por esta Convención, incluida la de celebrar tratados en relación con ellas”;
d) “Todos los Estados asociados autónomos que, de conformidad con sus respectivos instrumentos de asociación, tengan competencia sobre las materias regidas por esta Convención, incluida la de celebrar tratados en relación con ellas”;
e) “Todos los territorios que gocen de Plena Autonomía Interna reconocida como tal por las Naciones Unidas, pero no hayan alcanzado la plena independencia de conformidad con la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, y que tengan competencia sobre las materias regidas por esta Convención, incluida la de celebrar tratados en relación con ellas”.
La pesca agoniza
La pesca en Canarias se ha visto mermada en un 90% en los últimos cuarenta años. No lo digo yo, lo explicaba José Juan Castro, doctor del Departamento de Biología de la ULPGC.
Pero lo peor de todo no es eso. Lo peor es que de esa sobreexplotación del banco pesquero, hemos sacado apenas las migajas del pastel otorgadas por el Estado español y la UE. O sea, que nos han robado literalmente el pescado entre todos. Aquí pescan españoles, portugueses, rusos, alemanes, franceses… de todo menos canarios. Pero es que encima tenemos que soportar que el Estado nos otorgue unas cuotas para la pesca del atún rojo que son de risa, teniendo en cuenta que un solo barco de la flota pesquera vasca o andaluza tiene la misma asignación que toda la flota pesquera canaria con todos sus barcos. Para más inri, Ani Oramas se va al Congreso a llorarle a los partidos españoles, rogándoles que por favor, asignen una cuota digna a los canarios.
Es decir, un partido nacionalista, pidiendo las migajas en Madrid, cuando tenemos el derecho legítimo de reclamar nuestra propia Zona Económica Exclusiva, por cualquiera de las vías antes explicadas. Digno de Coalición, como no. Pero claro, ante el 49% de paro juvenil, ante los datos de pobreza alarmantes, y ante la dependencia alimentaria y energética del exterior, a Oramas y CC, con el beneplácito sistemático de PP y PSOE, solo se les ocurre para mejorar la situación del país una nueva Ley del Suelo que nos condena aún más a seguir importando comida, turistas y petróleo. Porque según Clavijo, “la construcción en Canarias no se va a acabar nunca”.
El despropósito para con el pueblo canario de esta casposa clase política que lleva en el Parlamento varias décadas, es para estar en las calles manifestándonos pacíficamente como mínimo. Pero no contentos con esto, lo que hacemos es votarles aún más. ¿De verdad que a lo único que puede aspirar este pueblo es al binomio construcción-turismo? ¿Sólo podemos construir el monocultivo que dicte la oligarquía canaria en cada siglo?
Vista la realidad, está claro que no, pues posibilidades hay muchas. La de la soberanía marítima para acceder a la pesca, o a cualquier otro recurso que en nuestro mar se encuentre, es sólo una más. Pero está claro que será el pueblo canario el que tenga que pelear para conseguir alcanzar esas otras posibilidades, si es que quiere pelear por ello. Si no, la condena está clara: dependencia exterior, destrucción de nuestros recursos territoriales y marítimos, pobreza y paro fluctuantes, y el tener que jugarnos a una carta la apuesta por el turismo de masas más bestia, con el peligro de caer en una de las tantas crisis del monocultivo que este pueblo ha padecido a lo largo de los últimos cinco siglos. Pero ya se sabe, pueblo sin memoria, pueblo que repite su Historia.