Jorge Rodríguez Padrón (Las Palmas de Gran Canaria, 1943) es autor, crítico literario y docente, ejerciendo desde 1984 hasta su jubilación como Catedrático en el Instituto José Luis Sampedro de Madrid. Como autor, participa con sus poemas en la histórica “Antología Poesía Canaria Última”, que está cumpliendo 50 años de su aparición. “Geografía e historia”, de 1968, es su entrega poética en solitario. Ha sido un reconocido crítico literario, labor en la que ha desarrollado la mayor parte de su vida. Escribió ensayos claves de literatura canaria como “Una aproximación a la nueva narrativa en Canarias” (1985), “Lectura de la poesía canaria contemporánea” (1991), “Primer ensayo para un diccionario de la literatura en Canarias” (1992) o “Narrativa en Canarias: compromiso y dimisiones” (2002). También ha publicado sobre aspectos de la creación latinoamericana, europea y española. Sus últimos dos libros datan de 2013 y 2014. Se trata de «En la patria perdida» y «Algunos ensayos de más». Hablamos de un crítico indispensable, con una producción extensa. En «Variaciones sobre el asunto. Ensayos de literatura insular», de Ediciones Tamaimos, incluye textos inéditos y de difícil acceso, que aportan aspectos interesantes sobre la creación canaria. La obra está editada por Miguel Pérez Alvarado, que ya publicó en 2009 «Hilo de tres puntas», en las que incluye conversaciones con Rodríguez Padrón.
PREGUNTA: Con una dilatada trayectoria, y tras haber escrito una extensa cantidad de libros, muchos de ellos de relevancia para entender la creación literaria moderna en lengua española, ¿todavía le hace ilusión a un autor como usted el alumbramiento de un nuevo libro?
RESPUESTA: Bueno, un nuevo libro es siempre motivo de satisfacción. Pero también produce un cierto temor; y a mayor experiencia, más temor. Al menos, en mi caso; porque cada día se tienen menos certezas; y se asumen más riesgos al escribir. Pero «Variaciones sobre el asunto» tiene para mí la satisfacción añadida de ser una selección de ensayos de épocas diferentes, pero vistas desde la mirada de otro; de alguien, además, de otra generación, lo que me ha permitido reflexionar sobre mi propia trayectoria.
P: ¿Cuál es el asunto de los textos recopilados en su último libro y por qué le ha sido necesario volver a nombrarlo, aunque sea en variaciones sucesivas, a lo largo de las últimas décadas de su trayectoria personal?
R: Creo que lo indica el subtítulo: la literatura insular. No fue mi necesidad, en este momento; pero me pareció interesante la propuesta que me hizo Miguel Pérez Alvarado: su ánimo y su voluntad de volver sobre esos ensayos consiguió -como ya le dije- que me viera a través de la mirada y el criterio de un escritor más joven y a quien respeto mucho.
P: ¿Qué le ha hecho más feliz, la creación propia o la crítica sobre la obra de los demás?
R: Feliz no creo que sea la palabra. El oficio de la escritura puede ser apasionante; pero se sufre mucho, quizá demasiado. Me parece que yerran aquellos que escriben desde la seguridad, desde la creencia de que lo saben todo. Si alguna virtud tiene la literatura es colocarnos cada día frente a nuestras propias carencias; y vernos así en el trance de superarlas. Por otro lado, ¿qué es la creación propia y la crítica sobre los demás? En mi caso, al menos, no existe diferencia…
«¿Qué es la creación propia y la crítica sobre los demás? En mi caso, al menos, no existe diferencia»
P: Si le dieran a elegir una de sus obras, ¿cuál de ellas salvaría?
R: Es algo que nunca me he planteado. La verdad es que, ante lo que escribo y publico, siempre me asaltan dudas de si he hecho lo debido, o simplemente lo que quería cuando me puse a escribir… No sería capaz de elegir una entre todas. Podría decirle, y no es broma, que salvaría la que tengo entre manos; la que todavía me da un margen para creer en ella sin reservas. Después, ya vendrá la realidad y me hará poner los pies en la tierra.
P: Hablando ya de literatura canaria, su obra crítica ha trabajado siempre tratando de dilucidar las aportaciones de sus principales autores y obras, pero puede decirnos, ¿cuáles son los creadores canarios que más le transmiten a nivel personal?
R: Me resulta muy difícil dar nombres. Tendría que improvisar una nómina de urgencia, que lo mismo podría ser otra, y me «transmitiría» lo mismo que la primera… Más que nombres, sí le podría decir que me interesan aquellos escritores insulares que no se ven sometidos a la dictadura de hacer una literatura canaria. Que escriben con una perspectiva más amplia (lo canario está en lo que escriben, en su voz, porque son insulares; nunca en su literatura porque quieran que ésta lo sea). Y así introducen una personalidad diferente en la literatura de lengua española. Eso, desde el mismísimo Cairasco en adelante. Otra cosa es que haya habido un empeño en canarizar cuanto aquí se haya escrito. Algo con lo que estoy en completo desacuerdo.
«Más que nombres, sí le podría decir que me interesan aquellos escritores insulares que no se ven sometidos a la dictadura de hacer una literatura canaria. Que escriben con una perspectiva más amplia (lo canario está en lo que escriben, en su voz, porque son insulares; nunca en su literatura porque quieran que ésta lo sea)».
P: Poemas suyos se incluyeron en la Antología Poesía Canaria Última, de cuya publicación celebramos este año el medio siglo. De hecho, está a punto de ver la luz un libro suyo que trata de analizar en perspectiva la trascendencia de aquel evento. ¿Puede decirnos qué ha aportado esa Antología a la historia de la literatura canaria contemporánea, y la obra de los allí antologados a la creación insular?
R: Esto es lo que he intentado explicar en esa memoria y lectura que acaba de editarse, sí. Los poetas reunidos en aquella antología (de los que me excluyo, porque sus responsables fueron demasiado generosos al buscar un hueco en ella para unos poemas míos que, ni siquiera en aquel momento, creí que podrían llegar a algo; como así ha sido)… Esos poetas, decía, entraron en la vida pública en un momento en que el agotamiento de la poesía social y la obra diferente de los poetas del medio siglo los pusieron ante la evidencia de que era imprescindible escribir de otra manera. Y ésta se caracterizaba, ante todo, por recuperar la memoria (que no es el pasado, que no son los recuerdos) y entender la poesía como una forma de escritura en sí misma: ni para contar lo que pasa (más bien, para pensar lo que sucede); ni para dar lección, con un lenguaje asertivo y rotundo: escribir desde la incertidumbre y desde la consciencia de las carencias del ser… Algo que no ha habido en toda la poesía española, desde aquel momento hasta hoy.
P: ¿Es imprescindible la obra los críticos para que exista re-conocimiento literario?
R: Sí. Siempre que se tratara de una verdadera obra crítica. En absoluto de esas reseñas habituales, en las que torpes reseñistas -en la prensa o las revistas- se limitan a dar cuenta de las novedades editoriales: sólo aplican una «falsilla» y, con cambiar nombres y títulos, les basta; porque dicen exactamente lo mismo y hablan de toda clase de libros y autores, tengan o no el menor interés. Eso que hoy se dice -tan alegremente- crítica literaria es una forma de publicidad editorial encubierta. No interesa.
«Eso que hoy se dice -tan alegremente- crítica literaria es una forma de publicidad editorial encubierta»
P: ¿Alguna anécdota de algún autor descontento con una crítica suya?
R: Puede parecer petulancia; pero no tengo ninguna que contarle. Aunque también debo decirle que, durante los años que dediqué a ese trabajo, procuré hablar siempre de libros y autores dignos de ser conocidos. Ante los que no lo son, siempre me ha parecido mejor callar. Pero insisto: hace ya más de veinte años que dejé de hacer crítica de esa manera.
P: ¿Cómo ve el panorama de la crítica literaria, que usted ha cultivado profusamente, en Canarias?
R: Creo que faltan escritores que asuman ese compromiso de una forma regular; atentos, además, no sólo a lo que se publica en las Islas. Al menos, las noticias que tengo al respecto me llevan a pensar eso. Puedo estar equivocado.
«Creo que faltan escritores que asuman ese compromiso (el de crítico) de una forma regular»
P: Tamaimos, como sabe, tiene varios de sus miembros residiendo fuera del Archipiélago. Usted lleva viviendo en Madrid desde 1984. ¿Cómo lleva un canario como usted residir fuera de su Archipiélago? A nivel creativo, ¿cambia la perspectiva? ¿le confiere esa distancia unas características nuevas a su pensamiento?
R: No sé si porque, ya en mis años universitarios, me trasladé a Madrid, o porque he sido muy novelero, siempre me he encontrado bien al residir fuera. Por otra parte, eso que dice del cambio de perspectiva me ha sido fundamental para entender qué es la insularidad literaria, y cuáles son sus verdaderas peculiaridades.
«El cambio de perspectiva me ha sido fundamental para entender qué es la insularidad literaria, y cuáles son sus verdaderas peculiaridades»
P: Para concluir, ¿se atreve a convencer a nuestros lectores de que Variaciones sobre el asunto es una obra en la que encontrarán “provecho”?
R: Ésta sí que es buena pregunta. Porque, como dije al principio, siempre tengo dudas con respecto a lo que hago. En este caso, si este libro propone algo que tal vez fomente debate o discusión sobre «el asunto», podría decir que no se ha publicado en vano.