Pongamos que una familia tiene un dinero limitado, porque lo que entra en la casa es poco, aunque se haya quejado de la situación. Ese mismo que paga poco, exije un límite de endeudamiento. La familia, en vez de atender las necesidades primarias (comida, sanidad, educación…) se limita a pagar impuestos y a satisfacer el tope impuesto por ese mal pagador. Para las cuestiones básicas nunca hay dinero. Toda la economía se destina a saciar la voracidad del cuasi prestamista. Ahora cambien la familia por una administración, que recordemos que no es una empresa que tenga que ganar dinero, sino un servicio público destinado a cubrir las necesidades básicas de la población. Sustituyamos la administración por el Gobierno de Canarias. Ahora sí podemos entender esta historia de prioridades.
Cuenta Enrique Bethencourt en su blog La Tiradera que Canarias se queda en el 0,54% de déficit en 2015, por debajo del tope establecido por el gobierno, marcado en el 0,7%. A Canarias le sobraron 0,16%, hablamos de unos 60 millones de euros. «Si eso lo hiciera Euskadi o Navarra, con la mitad de porcentaje de desempleados que Canarias y una economía mucho más equilibrada, resultaría casi chulesco; pensaríamos que andan muy sobrados estos ricos», señala Bethencourt. Mitad de año el ejecutivo de Paulino Rivero y la otra mitad el entrante de Fernando Clavijo, nos dejan bien claro lo que es importante para ellos: cumplir el déficit. Ese tope establecido por un gobierno estatal que rescata bancos y desahucia personas y que, por cierto, es criticado duramente por el aliado de gobierno en ambos casos, el PSOE.
Entre 2012 y 2015 se dejaron de gastar unos 340 millones de euros. De ellos han sido cómplices los gobiernos canarios de esos años, que mientras culpaban de todo a Madrid, algunas cosas con razón pero no todas, aplicaban sus mismas políticas y cumplían a rajatabla sus políticas de ajuste. Canarias tiene el déficit más bajo del Estado. Como lo oyen. Nosotros, los mantenidos, los subvencionados, los ultraperiféricos. 0,54% de déficit, frente al 0,57 de Galicia y el 0,69 del País Vasco, únicas tres comunidades «cumplidoras» o esclavas de las políticas de recorte, como ustedes lo vean. En el otro extremo está Cataluña con 2,70% de déficit, Extremadura con el 2,64 y la Comunidad Valenciana con el 2,51. Como dato, el déficit de la administración estatal es de 2,68%. En el balance 2014-2015 también destaca Canarias, con una mejora del 0,39%, solo por debajo de Galicia.
Todo ello, recordemos, con una financiación autonómica deficitaria, hecho que denunciaron los seis grupos parlamentarios en el último Debate de la Nacionalidad. Con este panorama, el límite del déficit se ha fijado en un 0,3% en 2016. Algunas comunidades parten de casi un 3%, con un 1,66% de media, ¿tendrán que esforzarse las cumplidoras para paliar el gasto del resto de comunidades?
Pero la pregunta principal ante todo este panorama es si Canarias se lo puede permitir. Con una alta tasa de paro, que como hemos contado varias veces en Tamaimos no se alivia con los récords turísticos, los empresarios siguen afirmando que los trabajadores de un hotel son los que son, que no caben más, que son los mismos estén los hoteles llenos o vacíos. A la vez que explotan a trabajadores de recintos hoteleros, algunos de los más importantes que trabajan en Canarias están en los famosos Papeles de Panamá.
Dado que el sector privado no está por la labor de compartir ganancias y el Gobierno no es capaz de obligarlos, entra en escena el sistema público de protección. Canarias ha contado con casi 340 millones que no ha gastado entre 2012 y 2015, en medio de lo más cruento de la crisis económica. Con una precariedad galopante que no se supera, con unos Servicios Sociales deficientes y con una Sanidad a la cola del Estado, nosotros nos hinchamos el pecho porque estamos a la cabeza de los cumplidores. Esas son las prioridades del Gobierno de Canarias de Coalición Canaria y el PSOE: contentar a los que recortan mientras rescatan bancos y complacer a grandes empresarios como Ambrosio Jiménez, que sitúa a Fernando Clavijo como uno de los políticos que más valora. El déficit como prioridad o la casa por el tejado.