“El apartamento que tengo alquilado es escenario de continuos robos. (…) Pero a un blanco no le resulta fácil vivir en un barrio africano. Los primeros en indignarse y protestar son los europeos. (…) Tampoco la parte africana contempla con entusiasmo mi idea. (…) La cuestión del agua, sin ir más lejos: hay que acarrearla desde la bomba, que está al otro extremo de la calle. Es trabajo de los niños. Las mujeres lo hacen a veces, pero los hombres, jamás. Y de repente ante el pozo, se planta un señor blanco haciendo cola junto con los niños”. Este testimonio corresponde al libro «Ébano» (2007) de Riszard Kapuscinski y narra una situación vivida en Lagos (Nigeria). El polaco recorrió países de África, Asia, Europa y América como corresponsal. Contó los días posteriores al asesinato de Patrice Lumumba en el Congo, la situación política en Argelia o la Guerra del Fútbol entre El Salvador y Honduras, entre muchos acontecimientos. Hablamos de un ejemplo para corresponsales de todo el mundo, el periodista que abandona las notas de prensa, los teletipos y los despachos por contar la realidad in situ.
Esta senda fue la tomada por José Naranjo Noble (Telde, 1971). Naranjo se especializó en los fenómenos migratorios africanos hacia Canarias. Pero no se quedó en el estudio interior, sino que viajó al continente para conocer las razones internas de estos movimientos. Su libro «Cayucos» (2006) comienza con esta declaración de intenciones: “si Dios quisiera que estuviéramos quietos en un lugar, nos habría dado raíces en lugar de piernas”. En un Archipiélago tradicionalmente emigrante se abre una nueva etapa en 1994 con el fenómeno de la recepción de personas migrantes al modo que los canarios habían salido a buscarse la vida principalmente a América. En «Cayucos» describe la situación suscitada a finales de los 90, como el episodio dantesco de los emigrantes hacinados en la terminal del Aeropuerto de Fuerteventura, que el joven Ministro del Interior Mariano Rajoy califica como «recinto idóneo», la manifestación racista de Las Palmas de Gran Canaria «en contra de la inmigración», los traslados de inmigrantes a Madrid de un joven alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, José Manuel Soria, o las declaraciones xenófobas de Antonio Hormiga y Domingo González Arroyo desde Fuerteventura. También la solidaridad con los que llegan a buscarse la vida o el homenaje de Morro Jable a los naufragios de 1999 al sur de Fuerteventura.
Todo ello con acento canario, mirando a nuestra costa de enfrente y poniendo a Canarias en el mapa. En la página 15 de «Cayucos» señala:
“En enero de 2002, una zodiac desembarcó a cuarenta africanos en las costas gaditanas en medio de un intenso temporal de levante. Hacía meses que no llegaba ninguna a la Península. Un periodista informó a través de Radio Nacional: «A pesar del fuerte temporal, las pateras vuelven a arribar a las costas españolas cargadas de inmigrantes». Por esas fechas, en Fuerteventura prácticamente no había noche sin patera, la mayoría de las veces de dos en dos o de tres en tres. Un inevitable sentimiento de abandono cundió entre los canarios y se extendió durante esos doce años, hasta que los cayucos hicieron saltar todas las alarmas”
En medio del debate sobre el maltrato europeo a los refugiados, un periodista canario lleva años analizando los flujos migratorios africanos, esos que han cambiado la historia de Canarias entre finales del siglo XX y el XXI. Pepe Naranjo, en su mirada a los ojos a los invisibles, indica que «la inmigración forma parte de un eslabón de la cadena de la esclavitud, en las falsas fronteras impuestas por el colonialismo en África, en las guerras promocionadas desde Occidente y en la lucha por los recursos naturales». Siguiendo con este trabajo, creó en 2009 el portal de información sobre África Guinguinbali, junto a Txema Santana y Laura Gallego. En 2013 quedan como tercer mejor blog en español en los Premio Bobs, destinado para bloggers, activistas y periodismo comprometido.
Como pasa en muchos casos, tuvo que ser valorado primero fuera para que recibiera un premio aquí. En 2006 le concedieron el premio Antonio Mompeón Motos de Periodismo y en 2007 el Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española. Lleva muchos años impartiendo charlas en diversas universidades del Estado español como especialista en África. Este año recibe el Premio Canarias de Comunicación. Naranjo rompe en parte el paradigma de este galardón. Primero por el mismo perfil del comunicador, que rompe la estética de los anteriores y en segundo lugar, porque no es de la isla de Tenerife. Casualidad o no, seis de los siete premios anteriores son de Tenerife o han ejercido su labor en dicha isla. El otro fue Antonio Lemus del Moral, periodista deportivo que ejerció en Gran Canaria y que obtuvo el Premio Canarias de Comunicación en 1998.
Este año podemos sentirnos orgullosos del Premio Canarias de Comunicación. Hablamos de un periodista que siguió la senda de Kapuscinski, que escribe sobre personas y no sobre ilegales, que fue a conocer las claves de un fenómeno al lugar de origen. El deseo es que este solo sea el comienzo de una verdadera dignificación del Premio Canarias de Comunicación, a todos se nos viene a la cabeza cuatro o cinco nombres que, como Pepe Naranjo, contribuyen a mejorar la sociedad canaria en todos sus aspectos. El propio Riszard Kapuscinski describe las cualidades que debe tener un periodista en «Los cínicos no valen para este oficio» (2009): sacrificio y estudio. Dos características que, desde la distancia de solo conocerlo por su trabajo, le sobran a José Naranjo Noble, un Premio Canarias de Comunicación de parte de los más débiles y no de los poderes fácticos.