Hay veces que la vida le hace a uno encontrarse con personajes singulares. Hombres y mujeres que consiguen que uno se reenamore del ser humano. Cada vez que veo una entrega de premios yo, sin dejar de reconocer el mérito de los premiados, pienso en toda la gente talentosa y totalmente desconocida que jamás recibirá una distinción; situación tremendamente injusta por otro lado pero, así es la vida… tan hermosa como dura.
Todos conocemos a personas poseedoras de una tremenda sensibilidad artística y con unos dones excepcionales que, desgraciadamente, permanecen aletargados para el resto de los mortales. Generalmente se dan situaciones en la que los vecinos, amigos o familiares nos sorprendemos de las inquietudes artísticas de esas personas, quizás en un deseo soterrado de no divulgar nuestra propia mediocridad, y procuramos que desistan de su empeño.
Una de estas personas es don José Antonio González, más conocido por Tonono. Para muchos un señor de Telde, y para mi uno de los más grandes actores que habitan en estas islas, y todo ello sin haber pisado una escuela de arte dramático. Hombre bueno y sensible al que me precio de llamar amigo.