La nueva Ley del Suelo propuesta por el gobierno derechista presidido por Fernando Clavijo y apoyado por la socialdemocracia, viene a dar una nueva vuelta de tuerca para promover la especulación en el territorio.
Esta nueva ley, lejos de ser consensuada y debatida democráticamente por toda la ciudadanía, pasa a ser una ley secretísima, impuesta por el poder fáctico representado en este caso por el sector empresarial ligado a la especulación y al pelotazo.
El gobierno, en su afán propagandístico, dice que es una ley protectora del territorio y un modelo simplificador de los procedimientos administrativos. Con estas dos premisas engañosas, la nueva ley parece la panacea a la que nadie se podría oponer. Pero la realidad es otra, es una norma que se asemeja a la Ley española del suelo de la época de Aznar, que creó urbanizaciones fantasmas, aeropuertos sin aviones, costas urbanizadas, hoteles en espacios naturales… y un sinfín de despropósitos urbanísticos que engrosó las arcas del algún que otro partido político y empresario sin escrúpulos.
En lo que respecta a la simplificación administrativa, habría que recordar que la actual maraña de leyes a la que este gobierno piensa poner cota, fue creada por gobiernos presididos por el mismo partido que el que actualmente está en el gobierno. Siempre la misma táctica de jugar a gobierno y oposición al mismo tiempo, como si ellos no fueran los responsables del laberinto del procedimiento administrativo. En todo caso, esta simplificación, que podríamos entender como algo positivo, no debe ser usada como puente por los poderosos en su beneficio.
Sin entrar en detalles, uno de los artículos (art. 36) da el visto bueno a la expansión urbanística en los asentamientos falsamente llamados rurales. De la misma manera, tanto la nueva propuesta como las modificaciones realizadas en anteriores leyes, usan el suelo rústico para otra serie de actividades que nada tienen que ver con el sector agrario, condenando a este sector a la marginalidad y prácticamente a la desaparición.
Otra de las joyas de esta ley es su afán de que todo vale en tiempos de crisis; por ello, el Órgano Ambiental, que vela por el cumplimiento de la legislación ambiental, es para esta ley un instrumento que se pone en manos de la administración local, que suele estar muy presionada por los poderes especulativos. De nuevo se juega a bando ganador para que ganen los de siempre.
En lo que respecta a la COTMAC, se usa la maña llamada en lucha canaria “toque por dentro”, consistente es desestabilizar y desviar su acción con el propósito final de derribarla sin golpearla.
Mucho nos tememos que el fin último de esta ley es convertir a estas islas en el Hong Kong o Singapur del Atlántico a modo de isla/urbe, con el territorio a modo de gran metrópoli con jardines urbanos que serán los espacios naturales semiprotegidos.
La verdad es que a este gobierno hay que reconocerle el buen uso de la táctica del despiste y premura, ya que en escaso tiempo de gobierno se ha dedicado a tirar cortinas de humo con temas banales para tener entretenida a la sociedad, mientras con alevosía y premeditación elaboraba esta ley que acabará con el futuro de estas islas.
En Creando Canarias, como corriente de opinión, queremos hacer una reflexión para hacerla llegar a todas las organizaciones, colectivos y partidos defensores de este pequeño País, y para ello usaremos un extracto de un discurso del gran pensador y luchador de los derechos de los afroamericanos, Malcom X:
“Ustedes reaccionan contra lo que ellos han hecho. Y todo lo que ellos tienen que hacer para mantenerlos en su puño es continuar creando situaciones para que ustedes continúen reaccionando, para que se mantengan tan ocupados que nunca tengan oportunidad de sentarse a elaborar un programa constructivo propio que nos permita a ustedes y a mí lograr el progreso que tenemos que hacer”.
Por último, también en Creando Canarias queremos compartir la reflexión de D. Faustino García Márquez, exdirector de la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible que afirma: “nos estamos jugando el territorio y esto es muy serio”.
José A. Hernández / Creando Canarias