Phoenix canariensis en Santa Monica Boulevard. Beverly Hills, California. Photo by Geoff Stein.
Una especie de Bejeque, el Aeonium arborecens, se da de maravilla en todos los jardines y solares de la zona de Los Angeles, incluso en los tejados de las casas, pero no ha sido catalogada todavía en los USA como planta invasora. No es así en Australia donde coloniza las dunas costeras del sur del país.
El Pino canario Pinus canariensis está omnipresente en jardines y parques, pero también está colonizando áreas silvestres desplazando a especies locales valiéndose de su capacidad para acidificar el suelo, aparte de que su resistencia al fuego le ha supuesto una ventaja ante los graves incendios que se han dado los últimos años.
Pinus canariensis en San Gabriel Mountains. Los Angeles County, California. Image by Charlie Hohn.
La Magarza de Costa Argyranthemum frutescens ha despertado la alarma de los botánicos chilenos:
“Un número importante de individuos se han asilvestrado, al menos desde hace 10 años, en el borde de la carretera Panamericana entre La Serena y la cuesta de Buenos Aires. Esta especie ha sido reportada como invasora en una serie de países de Europa, en EEUU y en Australia. Se sugiere que los organismos encargados tomen medidas que lleven a su erradicación con el fin de que no se transforme en una planta invasora”
Argyranthemum frutescens en la cuesta de Buenos Aires, Región de Coquimbo, Chile. Sebastián Teillier y Alicia Marticorena.
El Tagasaste Chamaecytisus palmensis, conocido internacionalmente como Tree Lucerne (árbol alfalfa), ha tenido gran éxito en Nueva Zelanda, Australia y Sudafrica como planta forrajera. Sólo en el oeste de Australia ocupa unas 100.000 Has., más del doble de la actual superficie agraria cultivada en Canarias. En Nueva Zelanda ha llegado a naturalizarse y pasar a ser considerada invasora.
Fuentes: https://www.boomlusernsa.co.za y https://www.biotechtreelucerne.com.
El caso extremo de existencia menesterosa en el lugar de origen pero éxito en el exterior es la Siempreviva de Masca Limonium perezii. Según Lázaro Sánchez-Pinto:
“En California abundan las siemprevivas arbustivas, entre ellas, una especie exclusiva de Masca que, en su hábitat original, un barranco basáltico, no llega a los 200 ejemplares en menos de 2 kilómetros cuadrados. Esta planta ha alcanzado las proporciones de una «mala hierba» en las zonas costeras de California, en áreas de arenas consolidadas, como las antiguas dunas de Santa Mónica o Laguna Beach, lo que da muestra de su poder de adaptación.”
Limonium perezii en Disney World, Los Angeles. Autor: Ian Cooke
La Faya Myrica faya, conocida con el expresivo nombre de Firetree (Arbol Fuego), es una competencia tan agresiva para la vegetación local en el parque natural de los Volcanes de Hawaii HAVO, donde hay vulcanismo activo, que los expertos discuten en las publicaciones si vale la pena combatirlo con el herbicida Glifosato a pesar de estar en espacios protegidos, o si es mejor inocularle Botrytis.
Myrica faya en HAVO Hawaii. Autores Forest Starr & Kim Starr
Es evidente que esta capacidad de los endemismos canarios para colonizar nuevos espacios viene de su adaptación a un medio difícil, azotado periódicamente por sequías extremas y devastado muchas veces a lo largo del tiempo geológico por erupciones volcánicas. Es la capacidad de sobrevivir a las catástrofes lo que les convierte en pioneros perfectos.
Llegados a este punto es inevitable comparar, a riesgo de que me acusen de determinismo geográfico, a los paisanos con el país y el paisaje que habitan. A lo largo de la historia los canarios hemos subsistido como hemos podido, arrinconados en un medio limitado y pobre en recursos, soportando también como grupo humano circunstancias sociales y políticas adversas, y no hemos desarrollado nuestro potencial más que cuando hemos salido fuera.
El sabio Alexander von Humboldt, que pasó por las islas en el tránsito entre los siglos XVIII yy XIX estudiando el país, pero sin dejar de hacer observaciones sobre el paisanaje, así lo expone. Para apreciar bien a los canarios no sólo era suficiente verlos en las islas, “donde trabas poderosas se oponen al desarrollo de la industria” -dice-, sino que era necesario estudiarlos “en las estepas de la provincia de Caracas, en las faldas de los Andes y donde quiera que estén aislados en comarcas inhabitadas y han tenido ocasión de desplegar su energía y actividad, que son las verdaderas riquezas de un colono”, comenta Humboldt.
“Los canarios son un pueblo honrado, sobrio y religioso, pero se despliega entre ellos mucho menos industria que en los países extranjeros. Una imaginación inquieta y emprendedora conduce a estos insulares, igualmente que a los vizcaínos y catalanes, a la América y a donde hay establecimientos españoles, desde el Chile y La Plata hasta el Nuevo Méjico. Los progresos de la agricultura en estas colonias se les debe a ellos en una gran parte. Todo el archipiélago no contiene más que 160.000 habitantes, y los isleños son quizá más numerosos en el nuevo continente que en su antigua patria.
(…)
El pueblo bajo es laborioso, pero su actividad se desenvuelve más en los países lejanos que en Tenerife, en donde encuentra obstáculos que una sabia administración podría desterrar progresivamente. Disminuirán las emigraciones si se logra repartir entre los particulares las tierras señoriales no cultivadas, vender las que están anexas a los mayorazgos de las grandes familias y abolir poco a poco los derechos feudales.”
Humboldt, Alexander von. Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, hecho en 1799, 1800, 1881, 1802, 1803 y 1804 por A. de Humboldt y A. Bonpland
Más infomación: https://www.nicolasglemus.com/wp-content/uploads/2011/02/Fifth-International.Berlin.2009.Antonio-Perez.pdf y https://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080018319_C/1080018319_T1/1080018319_MA.PDF
Derechos feudales y mayorazgos que, bajo otras formas y circunstancias, pero con el mismo fondo, continúan obligando a los canarios a desplegar su industria en lugares remotos.