Dentro de un valle muy breve
veo una localidad
con el nombre de ciudad
desde el siglo diecinueve.
Impactante es su relieve,
y su famosa montaña.
Su color verde que baña
variado con los pinares,
acebuches, platanales,
y de azúcar son sus cañas.
Echo un ojo vertical
a su iglesia impresionante,
con esa piedra elegante
más parece catedral.
A pesar de que actual
y reciente es su diseño,
se le puso mucho empeño
en hacerla prominente,
tanto que al ir de frente
me siento lo más pequeño.
Siguiendo mis incursiones,
y saliéndome del centro,
lo primero que me encuentro
es el núcleo de Cardones.
De lejos oigo los sones
de los míticos Granjeros,
que con aire bien fiestero,
terminan con una isa
y me voy que tengo prisa,
cojo rumbo a Bañaderos.
La llevo en el corazón
yo siempre me acuerdo de ella,
no sólo por la botella
de ese tan preciado ron.
Arucas, ¡Ay qué emoción!,
anécdotas hay algunas,
Sobre todo en la «comuna»
improvisada que había,
creo que aquí viviría,
aunque no sea mi cuna.
* «Episodios Insulares» recorre los 88 municipios de las islas a través de textos de Aníbal García Llarena. Cada una de las creaciones está elaborada desde una perspectiva personal.