En una isla cualquiera
señores voy a contar
que me puedo emborrachar
sólo al mirar la marea.
Normal es que no lo crean
yo hasta poco no sabía
pero con la mar bravía
noto que empieza subiendo
y si encima estoy bebiendo
más borracho todavía.
Cuando la mar está echada
un mareo es lo que siento
pero me pongo «contento»
cuando ésta está picada.
Y ya con la marejada
yo no sé qué me produce
que camino haciendo cruces
y hasta parece que baile,
pero, ¿les cuento un detalle?:
Así es como más seduce.
Y ya para terminar
pues aquí en la orilla estoy
ya ni con el papel doy
la tinta se va a acabar.
Y me dejan declarar
lo que va a pasar ahora
y es que dentro de una hora
voy a parecer un ruso
pero el consuelo es que incluso
resacas tienen las olas.