Donde la lava volcó
buena tierra pa los vinos,
bajo de un manto de pinos
se encuentra el pueblo de Icod.
-¡Una ciudad!- remarcó
un viejo todo sangrado,
sin moverse allí plantado
me miraba y presumía,
que miles de años tenía
y que Drago era llamado.
-Créeme, no te miento-
habló el Drago con razón:
El Pico Viejo en acción
creó la Cueva del Viento.
Este volcán flatulento,
que de El Gigante es vecino
iba abriéndose camino
con su lava en un canal,
que es un tubo sin final
con animales albinos.
-Vete a echar una mirada
abajo donde los barcos,
que está la Playa San Marcos,
coqueta y disimulada-
Y comencé la bajada
haciéndole caso al Drago
y allá abajo me eché un trago
de los vinos de la tierra,
con cuidado que no pierda
el tino porque me embriago.
Y por La Vega me veo,
que yo bailo sin reparo,
tajaraste hasta El Amparo,
con la Orquesta del Poleo.
Mas si quiero contoneo,
y liberar el estrés,
respiro y cuento hasta diez
con mi tabla de madera
y me tiro en la lanzadera
el día de San Andrés.
* «Episodios Insulares» recorre los 88 municipios de las islas a través de textos de Aníbal García Llarena. Cada una de las creaciones está elaborada desde una perspectiva personal.