
Los procesos de participación ciudadana son complejos, cada vez más. Quizás sea porque cada vez participamos más en las redes sociales y menos en los espacios públicos. Quizás porque hablamos más por el whatsapp que en las plazas sentados con nuestros amigos y amigas. Si miramos las veces que la gente le da un “me gusta” o “comparte” las noticias de actividades culturales, deportivas, manifestaciones, pero que al final queda en eso, podríamos decir que la participación es un problema resuelto.
En estos días en los que he tenido que ir a la hemeroteca y buscar entre fotos antiguas en el archivo, me asombraba cómo la gente participaba hace 40 años en las fiestas de los pueblos canarios. No sólo como meros espectadores de actos hechos por las concejalías de fiestas y de cultura, sino como parte de ellos en todo el proceso. Cambiar la mentalidad de que no debemos ser mero espectadores sociales, sino que debemos ser partícipes de todo el proceso, cuesta.
Las asociaciones ya no son ese referente que era de los vecinos y vecinas ante los problemas, soluciones, propuestas de un barrio. La política, los gobernantes, han “trabajado” para que el individuo piense que la solución está en el clientelismo, en el tú a tú con el político a cambio de un voto al cabo de los 4 años. A eso se ha limitado la participación en política, en acercarse cada 4 años a las urnas, cuando la política la tendríamos que hacer en los bares, en las plazas, en los espacios públicos y privados. Pero no interesa. La población no se ha dado cuenta que en la frase “en la unidad está la fuerza”, está la clave. ¿Qué no podremos conseguir si estamos unidos? Y da igual que nuestro ideario político sea diferente si al final trabajamos por un fin comunitario común.
Veo que la ilusión se ha apagado, nos hemos acostumbrado a que otros lo harán mientras yo me quedo en mi casa y encima, si no me gusta, me quejaré. Pienso que llegará el momento en el que las fiestas volverán a hacerlas los vecinos y vecinas sin pensar cuánto dará el Ayuntamiento este año. Creo que nos daremos cuenta que si nos volvemos a involucrar contribuiremos a una sociedad más rica y humana. Hay que conseguir la autofinanciación para que no nos compren y seamos libres. Tenemos que luchar para que haya una mayor sensación de comunidad e ilusionarnos nuevamente, sin olvidar que hay alternativas y que hacerlas realidad está en nuestras manos.
Gloria García Fariña.