
La lucha en Gran canaria sigue en paro. Lo que comenzó como un camino de rosas, se volvió un calvario. Ya es la tercera semana sin competición. Tras un comienzo fulguroso, en el que nos las prometíamos felices, la piedra cayó sobre nuestro propio tejado. Lo que en un principio favorecía a nuestros equipos con la intermediación de nuestra Federación Insular, se nos volvió en contra. La Nacional (Regional) tiene en sus manos la negociación con las aseguradoras, pero dejó para última hora dichas negociaciones. Según testimonios de un directivo del seguro, desde finales de junio se le mandó la oferta a dicha federación y se estuvo negociando. ¿No hubo tiempo desde junio hasta octubre para cerrar un acuerdo con quien fuese?
Lo cierto es que seguimos con nuestra Liga parada a fecha de hoy. Tras el cambio de aseguradora y tener que hacer efectivo el pago para tener seguro, todavía quedan equipos que no han podido pagar. Por eso lo de la piedra sobre nuestro propio tejado, pues ya no es la Nacional la culpable de que en estos momentos estemos parados. Ellos han puesto su copa en marcha mientras nosotros seguimos envueltos en la nebulosa del destino.
Espero que ya la semana próxima podamos arrancar con tanta fuerza como en el principio, y volvamos a coger el hilo y no soltarlo hasta final de temporada. Una cosa está clara; esto le ha hecho mucho daño a nuestra lucha, nos hemos perjudicado todos, hasta el sufrido aficionado que no sale de su asombro. Todo esto me hace pensar que los equipos tendrán que cambiar el chip para futuras temporadas e ir metiendo en una alcancía los euros para el principio de la misma. No se puede esperar por las subvenciones para comenzar una competición pues, aunque sea segura, puede pasar que se atrasen como esta vez y nos veamos con situaciones de este tipo.
Una última reflexión; los dirigentes de las apuestas estarán tomando nota de lo mal que funciona la Lucha Canaria. Es de suponer que para vender un producto al público debe tener la mejor calidad. Me temo que este no es el mejor ejemplo.