La cultura es como un árbol frutal; se planta, se abona, se cuida, se mantiene limpio de malas hierbas, se riega cuando es necesario, sobre todo en los primeros años. Si se abandona empieza a sufrir de estrés, por la falta de agua, si está en un medio que se perdió hace tiempo, o en una zona de desertificación, por la falta de cuidado. La cultura nacional de un país, como nuestro país canario, necesita cuidados, necesita plantar nuevos matos, necesita mantenerlos libres de malas hierbas. Si los cuidamos menos, las malas hierbas van creciendo e incluso algunas se van convirtiendo en asfixiantes zarzas.
El último episodio del abandono nos viene de Teror, donde el ayuntamiento, presidido por NC, ha organizado y financiado una semana andaluza en octubre, recogiendo, como todo el mundo sabe una larga tradición en Canarias y, concretamente, en esta villa de las medianías húmedas de Gran Canaria. Realmente tenían muchas posibilidades de organizar una semana cultural en este mes de octubre con temas pegados a la tierra, relacionados con esta época del año, pero no, han decidido regar y potenciar el arbusto que ya está asfixiando a nuestra cultura tradicional por otra cultura, de otro país, sacada fuera de contexto.
Hay tanto que hacer que está casi todo por hacer. Viene a la cabeza el avance de la fiesta de los finaos en muchos municipios como nota positiva, pero la potenciación de la cultura andaluza ya no solo en las fechas en las que se desarrolla la fiesta sevillana, abril y mayo, en las que se reproduce como hongos, sino, además, en una nueva época del año, resulta sangrante aunque no sé si lo es más por el hecho en sí mismo que por la indiferencia de la mayor parte de la población. Sin conciencia de pueblo con una rica tradición cultural que aportar al mundo que arranque las malas hierbas y riegue y potencie su árbol, no es posible florecer y dar fruto. En nuestras manos está.