De un tiempo a esta parte hemos ido observando la degradación de la industria turística al compás con la profundización de la crisis social y económica. De tal forma, estamos asistiendo a auténticos enfrentamientos entre cifras que lejos de congeniar parecen incomprensiblemente en las antípodas, tanto así que batimos récords en turistas pero al mismo tiempo sufrimos una de las tasas más elevadas de desempleo, explotación laboral o riesgo de exclusión social.
Desgraciadamente, las Islas Canarias no son una excepción. Muchos países que son destinos turísticos consolidados, en países con instituciones menos asentadas que las nuestras, sufren situaciones semejantes e incluso peores, donde el turista no sale de la infraestructura hotelera para no encontrarse de frente con la desagradable sorpresa que supone ver a la población local sumida en la pobreza; pobreza fruto en gran medida de que todo el mercado turístico esté copado por la especulación de las multinacionales hoteleras y del modelo del todo incluido, del cual se encuentra participando el turista como consumidor.
El turismo es mirarnos a los ojos del extranjero como si fuera un espejo, nos reconocemos en gran medida como sociedad a través de un filtro externo que aprueba lo que paseamos como estandarte en las convenciones internacionales y en cada paquete turístico que vendemos y del que directa o indirectamente somos protagonistas, en el peor de los casos, figurantes. Por eso es importante tener claro cuáles son nuestros referentes, qué objetivos persiguen las islas, qué personas ejemplares son nuestro faro en el principal sector económico de esta tierra.
La SPEL, Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote, organismo público-privado sobre el que recae la promoción turística de la isla, lo tiene claro, y los premios que otorga con carácter anual «Isla de Lanzarote» y «Distinguidos del turismo» vienen a designar a estos referentes de nuestro tiempo. El jurado de estos galardones son los integrantes de la Sociedad, entre los que se encuentran mayoritariamente el Cabildo (51%), los siete Ayuntamientos, la Cámara de Comercio, la Asociación Insular de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (ASOLAN), la Federación de Empresarios Turísticos de Lanzarote (AETUR), la FELAPYME y el órgano de los Centros Turísticos. Este año no hubo debate, por unanimidad se designaron a los premiados: según la SPEL el merecedor del Isla de Lanzarote es la compañía de bajo coste Vueling, y del Distinguidos del Turismo como personalidad Helen Lindes, como evento los Carnavales de Puerto del Carmen y como empresa el bar One Bar.
Para el Cabildo ( como institución mayoritaria) por lo tanto, una compañía de bajo coste, propiedad de Iberia y British Airways, y que mueve miles y miles de personas al precio más bajo posible, especulando con la calidad del servicio, haciendo de Lanzarote un destino más barato, y disminuyendo a su vez la oferta hostelera y de restauración hacia esos parámetros, es el máximo referente del turismo lanzaroteño. No dicen para quién es la referencia pero estoy seguro que los que quieren el turismo de masas de sol y piscina con pulserita están más que contentos con esa designación. En 2006 el todo incluido en Lanzarote representaba el 18,4% de los paquetes turísticos. Hoy es el 34,4%.
En cuanto a personalidades, Helen Lindes, nacida en Gerona y de origen andalo-británico, es distinguida esencialmente debido a su victoria hace 15 años en un retrógrado concurso de belleza femenina: Miss España. Este fue su catapulta a lo más selecto del triste mundo de la prensa rosa, que, por cierto, se ha hecho eco recientemente de unas declaraciones en las que en un perfecto castellano de la meseta central la susodicha ha comentado lo feliz de haber celebrado “la boda de sus sueños en una isla tan hermosa”. Hablaba de Mallorca.
El galardón al One Bar también tiene lo suyo porque se encuentra en el Marina Rubicón, muelle deportivo construido sobre la zona de Berrugo. La movilización social contra la destrucción de Berrugo fue una de las luchas más importantes de este pueblo contra la especulación urbanística, el turismo salvaje, la intervención del paisaje y la ausencia de democracia. Pues sobre este enclave, pisoteando aún más si cabe nuestra memoria colectiva, se premia a este bar que, por lo visto, frecuentan los aficionados al elitista mundo marítimo-deportivo.
Este galardón acompaña a la gratuita revitalización del Puerto por parte del Cabildo de Lanzarote, con el empeño inquebrantable de Pedro San Ginés de hacer en la zona un Museo Submarino que se convierta en un nuevo Centro Turístico. Por el momento no sabemos qué aportará, ni tampoco se tienen los permisos, pero si sabemos que uno de sus promotores está condenado por estafa en Alemania, y que se han arrendado dos locales al primo del gerente de los Centros Turísticos. Algo es algo. Además de la vergüenza, según su autor, de origen británico, la obra también servirá para que Lanzarote aparezca en el mapa mundial. Gracias.
Una referencia, además de para comparar, tiene otra acepción que es la indicar dónde te encuentras, tu lugar. Si para el Cabildo de Lanzarote y el órgano de la promoción exterior de Lanzarote, esos son sus referentes, es que están perdidos a voluntad, y además, tienen la firme intención de acabar de desubicar a este pueblo, finiquitar cualquier referencia que ayude a reconocernos en este mundo en beneficio de los intereses económicos compartidos entre los peores carroñeros existentes en los partidos políticos tradicionales y el lobby hotelero.