Hoy, en unas elecciones que han sobrepasado el marco autonómico, el pueblo catalán se encuentra en una encrucijada para decidir su futuro como pueblo y como estado independiente. A esta situación se ha llegado, entre otros motivos, por la decisión de una clase política catalana que, por unos motivos u otros, plantea abiertamente la independencia, y la imposición y cerrazón habitual del Estado español frente a las divergencias.
Ante la pregunta de que si existe un elemento diferencial catalán, yo, en mi humilde opinión, considero que sí. Pero también entiendo, y ahí va lo que realmente nos atañe, que existe un elemento diferencial canario muchísimo más evidente.
Este se fundamenta en varios puntos: desde el geográfico, el histórico o incluso el linguísitico: no hablamos otra lengua pero la variedad dialectal del español que utilizamos es diferente en gran medida a las que se utilizan en el resto del estado español.
Esta reflexión que acabo de exponer me hace pensar que sí somos un pueblo con unas diferencias evidentes con el resto del Estado, porque no tenemos ni tendremos a medio plazo un proceso como el catalán. Entiendo que la respuesta a esta pregunta viene dada por el hecho de no tener una clase política con auténticos hombres de estado.
La mayoría de los políticos que ocupan un escaño en el Parlamento difícilmente los catalogaría yo como brillantes en ninguna de sus actividades profesionales, y por otro lado nos encontramos con una realidad todavía más sangrante: la sociedad canaria, que tendría que llevar a cabo este proceso, es una sociedad con un alto grado de analfabetismo funcional, con amplias deficiencias en los aspectos más básicos de la vida y con un desempleo abrumador. No es lo que yo consideraría una sociedad adulta y preparada para plantearse retos de ese tamaño. Una sociedad colonizada y aculturizada que ha perdido la mayoría de sus referentes sociales, y así es muy complicado llevar a cabo ningún tipo de proyecto.
Para terminar con esta opinión, me gustaría hacer alusión a determinados comentarios que revelan el nivel de aculturización anteriormente mencionado. Cuando uno va por la calle y escucha conversaciones de canarios criticando a los catalanes por querer decidir y defender la españolidad de Cataluña, me recuerdan a los esclavos que trabajaban en la casa del amo en las plantaciones de algodón.