Se abre una nueva etapa en el CB Gran Canaria. El que ya es el quinto presidente en la historia del club, Miguelo Betancor, esbozó hace unos días las líneas maestras de su gestión en rueda de prensa.
Tinta Amarilla, para su crónica, eligió el titular siguiente: «Canarios, sí; pero con talento». Ese «pero» me parece toda una radiografía del sentir generalizado que ha habido durante décadas en y en torno al club claretiano: «El jugador canario es técnico y tiene talento, pero le falta motivación y constancia; a veces, también, ambición y capacidad de superación», parece querer indicar ese pero.
En 1986 entré en el todavía CB Claret en su cadena de filiales. Mi paso por el club fue una experiencia que nunca podré olvidar. Ayudó a formar a la persona que ahora soy. Hice amigos y fue uno de los pilares de mi formación. Con catorce años y procedente de la Escuela de Baloncesto Santa Brígida (donde entrenaba bajo las órdenes de un enorme entrenador y de una gran persona, Antonio Herrera), mi intención era comerme el mundo. Y a mi manera lo conseguí.
Años más tarde hice la pretemporada en la Santa Sport de Lanzarote con el primer equipo, a las órdenes de Manolo Hussein. Tener la oportunidad de enfrentarte al poderoso Cajacanarias y al FC Barcelona es algo que no se olvida nunca, créanme. Luego, diferentes circunstancias me apartaron del equipo senior, primero, y del club, más adelante. No sé cómo hubiera sido mi vida de haber continuado por la senda del deporte profesional. Lo que sí sé es que desde aquella época llevo al Gran Canaria en el corazón y que es un club cuya cadena de filiales conocí desde dentro y bien.
Mucho ha llovido desde entonces. El Gran Canaria cuenta ahora con una estructura expandida por colegios de toda la isla y con un equipo en la liga EBA (la cuarta en importancia en el baloncesto español). Desde hace años es normal que los equipos de la cadena de filiales del club participen en las fases finales de las competiciones estatales (no era el caso en los ochenta y noventa del pasado siglo). El equipo cuenta, por tanto, con una cadena de categorías inferiores amplia y bien respaldada.
Durante estas dos últimas décadas en que he seguido al Gran Canaria como simple aficionado me he repetido una y otra vez la misma pregunta: ¿Por qué no hay jugadores de la cantera que lleguen al primer equipo para quedarse y que se conviertan en estandartes del sentir amarillo?
¿Por qué no hay jugadores de la cantera que lleguen al primer equipo para quedarse y que se conviertan en estandartes del sentir amarillo?
Miguelo Betancor ha entrado con buen pie. No vamos a descubrir ahora el curriculum de uno de los mejores árbitros del baloncesto mundial, un caballero del deporte, un docente universitario respetado por todos. Sus primeras declaraciones con respecto a la cantera son bastante alentadoras:
- «Hay que seguir en la línea de los acuerdos con los colegios de la isla»
- «El club no es sólo el primer equipo, sino también la cantera. Quiero estar con ellos y en los 21 municipios de la isla»
- «Me interesa una escuela de valores en la cantera. Todos no pueden llegar al primer equipo, pero el placer de hacer deporte es para toda la vida»
Estas palabras y la trayectoria de Betancor hacen presagiar que la cadena de filiales va a ser tratada en el club con un mimo nunca visto hasta ahora. Pero que no se engañe el nuevo dirigente del Granca: claro está que no todos pueden llegar al primer equipo; pero el problema del Granca y de su cantera en las últimas dos décadas es que cuesta encontrar jugadores de la casa que hayan sido titulares.
la trayectoria de Betancor hace presagiar que la cadena de filiales va a ser tratada en el club con un mimo nunca visto hasta ahora
Lo cierto es que desde que en la temporada 1994-1995 el club lograra su definitivo ascenso a la liga ACB, en el Granca (como en el resto de clubes de la categoría) ha habido jugadores que serán más recordados por su pundonor, su espíritu de equipo o su condición física que por su talento. Normal, de todo tiene que haber en un combinado deportivo.
Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Por qué, entonces, sigue siendo la excepción -y no la regla- el contar con jugadores canarios en el primer equipo? Sinceramente creo que la nueva dirigencia del club tiene que plantearse esta pregunta e intentar darle respuesta.
¿Por qué sigue siendo la excepción -y no la regla- el contar con jugadores canarios en el primer equipo?
A estas alturas se trata, a mi parecer, de creer en las posibilidades de los pibes y de arriesgarse cuando llegue el momento para darles la oportunidad. Con vistas a que se queden y a que alguno de ellos -incluso- se convierta en el estandarte del nuevo Granca; en el espejo en el que puedan mirarse los chinijos de todos los colegios de la isla.
Porque pensándolo bien, Miguelo, yo titularía la crónica de su rueda de prensa de la siguiente manera: «Con talento, sí; pero más canarios en el primer equipo». El tiempo dirá.