Así lo dice el estudio «¿Cómo ha afectado la crisis a las condiciones de vida de la juventud canaria?» del Observatorio Canario de la Juventud del Gobierno de Canarias y dirigido por el profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, José Saturnino Martínez García
Con la eclosión del 15-M empezó a hablarse en el estado español del precariado. El término se refiere a las personas, principalmente jóvenes, que están en el limbo entre la integración y la exclusión social. Esta misma semana ha salido a la luz pública el estudio «¿Cómo ha afectado la crisis a las condiciones de vida de la juventud canaria?» Dicho trabajo se engloba dentro de la aportación que cada año realiza el Observatorio Canario de la Juventud del Gobierno de Canarias. El estudio, dirigido por el Doctor en Sociología de la ULL, José Sartunino Martínez García, afirma que el precariado existía en Canarias antes de la crisis, por lo que es un grupo social reconocido en el Archipiélago desde hace años. El proyecto sociológico estudia la coyuntura 2007-2013, en la que sí aumentan los precarios entre 25 y 29 años. La tasa de precariado en Canarias es la tercera del Estado tras Andalucía y Extremadura, y está cifrada en en 44,9%. La tasa media estatal es de 38,3. La primera conclusión ante estos datos es que la precariedad en el Archipiélago es anterior a la crisis y ni siquiera el boom de la construcción pudo tirar del empleo joven, sino si acaso paliarlo.
60,3% de paro juvenil en Canarias
Los jóvenes entre 15 y 29 años se han reducido. Pasan de ser 433.272, el 21,4% de los 2.025.951 residentes en 2007 a 367.142, el 17,3% de los 2.118.679 habitantes en 2013. Una de las explicaciones puede ser el descenso de la natalidad. La tasa de paro juvenil es el doble de la tasa de paro general, lo que demuestra la gran dificultad del acceso al mercado laboral que existe en Canarias. Pese a ello, podemos hablar en Canarias del paro como problema estructural, salvo la coyuntura 2000-2008, en la que se reduce un poco. En 2008 el empleo cae a casi la mitad. Durante la coyuntura estudiada, la tasa de actividad aumenta, a la vez que los parados igualan a los que trabajan. Entre los jóvenes la tasa de actividad disminuye, propiciado, según el estudio, por el desánimo y la falta de perspectivas laborales. El empleo se desploma entre 2012 y 2013, con una caída brutal. Si hablamos de jóvenes, los parados duplican en número a los ocupados. La tasa actual se sitúa en el 60,3%.
Según datos de la OCDE expuestos en el documento, Sudáfrica lideraba la tasa de paro juvenil en 2007, con el 50% aproximadamente. En 2013 la tasa sudafricana se mantiene, pero ya es superada por la de España y Grecia, con cerca de un 60%. En ese mismo año Canarias supera el 65%, por lo que se sitúa por encima del nivel de paro juvenil en Grecia, país de la OCDE con mayor tasa. Canarias tenía un 25% de paro juvenil en 2007. En cuanto a los tipos de contrato de los que sí trabajan, los jóvenes canarios soportan altas tasas de temporalidad, mientras los contratos de formación y prácticas se mantienen en números estables durante la coyuntura. Además, los sueldos de los jóvenes han bajado en torno a un 22% en el conjunto del Estado. No se ofrecen datos sobre contratación fija en Canarias. Entre los países de la OCDE para 2011-2012, la tasa de empleo fijo de todo el estado es del 75,5%, muy lejos del 97,3% de Lituania, del 96% de Estonia o del 94,1% de Australia.
Aumentan los jóvenes por debajo del umbral de la pobreza
El medidor del umbral de la pobreza se ha reducido de 626 euros a 456, un 37% menos. Esto quiere decir que una persona que era pobre en 2007, según los criterios usados ya no lo sería en 2013. En 2007 el 15% de los jóvenes estaba bajo el umbral de la pobreza. Ya en 2013 se elevaba al 26,4%. Entre los menores de 16 años la pobreza moderada ha pasado de 18,7% al 22,3%, mientras la pobreza severa se ha duplicado, de 4,3% a 8,9%. Entre 16 y 29 años la pobreza moderada pasa de 11,3% a 17,5%, mientras que la severa casi se triplica, de 3,7% a 9,1%. Por lo tanto, uno de cada cuatro jóvenes canarios no puede acceder a un nivel de vida normal.
Género y emancipación
La brecha de género se disminuye en esta coyuntura. Esto puede deberse a tres motivos; que las mujeres de rentas más bajas pierden sus empleos, el mayor nivel educativo actual de las mujeres en relación a los hombres y porque se destruye más empleo en sectores tradicionalmente masculinos (construcción, etc.). Los varones entre 16 y 24 años pasan de una tasa de paro de 22,4% en 2007 a un 65,3% en 2013, casi tres veces más. Casi cuatro veces más es el nivel de paro entre los varones con edades comprendidas entre 25 y 29 años, pasando de un 11,3% a un 42,4%.
Si hablamos de emancipación, la tasa aumenta en 2013 con respecto a 2007 en Canarias. De 39,5 se pasa a 41,4 entre los jóvenes de 25 a 29 años, rango de edad en el que más se emancipan los canarios. Los datos siguen siendo todavía menores a la media del Estado. Las mujeres se emancipan más que los hombres, como norma general.
Formación en relación al empleo
Pese a lo que solemos escuchar, la tasa bruta de fracaso escolar administrativo (alumno que terminan la ESO) se mantiene en Canarias en niveles similares a los del conjunto del Estado. En cuanto a la tasa neta de fracaso escolar, Canarias cuenta con la mayor desigualdad de oportunidades en relación al nivel de estudios de los sustentadores familiares. La tasa se encuentra en 25 puntos por 20 en el Estado. Disminuye el abandono escolar, quizá propiciado por la crisis y la falta de oportunidades de trabajo. En relación a la formación como elemento que sustituye la falta de perspectivas, el estudio destaca que “aunque no siempre se diga explícitamente, las políticas de mayor precariedad laboral o mayor formación no son más que una forma de compensar esta carencia (la experiencia), e impedir que se entre en un ciclo vicioso de que sin experiencia no se encuentra trabajo» y apostilla que «por muy grave que sea la situación de los jóvenes, la focalización en ellos de las políticas laborales no lleva a que mejoren apreciablemente su situación. Por tanto, parece mejor insistir en políticas de intervención sobre el conjunto de la economía».
En el lado positivo, en Canarias el 10,8% de los jóvenes estudiaba y trabajaba en 2007, mientras que en 2013 eran el 6,1%. Los parados activos que estudian pasan del 3,4% al 8,5%. Los que solo estudian pasan del 27,0% al 31,5%. También se analizan a las personas que ni estudian ni trabajan. En 2013 la tasa de jóvenes que ni estudian ni trabajan es la mayor del Estado, cifrada 30,3 por 23,8 de media estatal, casi siete puntos más. La posibilidad de ser “nini” está relacionada con el origen social. Entre clase social más baja, más posibilidades de engrosar este grupo social. Tiene que ver con la imposibilidad de pagar matrículas universitarias y con las dificultades de acceso al mercado laboral. El estudio destaca que el número real de “ninis”, que no se preocupa por los estudios ni el trabajo, ronda entre el 3 y el 8%.
Medidas para paliar el problema juvenil
«En el nivel autonómico posiblemente lo más lejos que se pueda llegar en este sentido es en coordinarse con otros gobiernos regionales europeos para presionar en el sentido adecuado. En el caso específico canario hay más margen de maniobra, pues se puede reformar el Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias para una mejor distribución de la renta y de la inversión pública”, señala el estudio como solución para la delicada situación de la juventud.
El director general de Relaciones Institucionales, Participación Ciudadana y Juventud del Gobierno de Canarias, Teófilo Martínez, destacó en la presentación del estudio que el Gobierno canario tiene intención de iniciar en breve la segunda fase del programa “Juventud Comienza”, destinado a la orientación laboral de los jóvenes con poca o ninguna cualificación.
Pese a ello, es necesario destacar dos cuestiones. Por un lado, el REF no sirve tradicionalmente para redistribuir la riqueza, más bien para el enriquecimiento de unos pocos. Es loable que se pida vehicular para aspectos más sociales, pero permítanme que dude. Como diría Thomas Carlyle, «para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción». Una acción que resulta complicada de creer. Por otro lado, es muy interesante el proyecto «Juventud Comienza» para los jóvenes con baja cualificación, pero ¿cuándo se preocupará el Gobierno de Canarias por los formados? Me refiero para ofrecer alternativas más allá de invitarlos a emigrar…