Hoy es día de reflexión. La tradición política reserva un periodo de “abstinencia” en el que los votantes se puedan dedicar exclusivamente a meditar acerca del sentido final de su voto, sin por ello ser bombardeado con mensajes electorales. En Venezuela cierran las licorerías, por ejemplo, como medida para evitar la peligrosa mezcla de alcohol y pasión política. Sin embargo, nada impide que uno dedique tal jornada a acabar con las provisiones etílicas que tenga en casa. En el Estado español se prohíbe expresamente la organización de actos electorales o pedir el voto. Sin embargo, las carteleras -las pocas que ya se ponen- quedan con su mensaje al borde del camino. ¿Y qué decir de internet? Es directamente incontrolable. Tal vez no en el caso de los líderes o personajes públicos más o menos reconocidos, pero nada impide en la práctica seguir haciendo campaña en las redes sociales, por ejemplo. El hecho mismo de la reflexión, admitámoslo, no sale bien parado de una convocatoria electoral. ¿Cuántas personas conocen suficientemente -no ya en profundidad- el programa de las fuerzas electorales a las cuales van a votar? ¿Y el de las fuerzas oponentes, por aquello de comparar? Ni pensamos en dedicar un minuto de nuestras vidas a leer las propuestas de aquellos partidos con los que no simpatizamos. A lo mejor, ni siquiera las de aquellos con los que sí lo hacemos.
Las campañas han devenido -acaso siempre lo fueron- en un griterío donde gana el que chilla por encima de los demás. Se te tiene que ver y oír, aunque sea para dar imagen de tipo centrado, responsable, al que puede votar todo el mundo independientemente de lo que piense. También hay candidaturas que tienen en el silencio su mejor aliado. Mejor no hablar, no decir, no salir. Se notaría mucho que no se tiene ni idea y, total, los votos ya vienen solitos, porque la tele nos los trae casi, casi, desde Madrid. Se vota también muchas veces porque uno es de tal o cual partido, al igual que uno es de un equipo de fútbol. Y si estás harto de tu equipo, sus jugadores, el entrenador o la directiva… llegas hasta a celebrar los goles del contrario, como más de una vez vi en el vetusto Estadio Insular cuando la peor versión de la Unión Deportiva. O sea, a votar al otro partido. Ahora, todo parece indicar que habrá nuevas opciones en el Parlamento y, sin embargo, los trillizos CC-PP-PSOE seguirán representando a la mayoría de los votantes canarios, con una parte importante de los escaños. Nada indica que esta jornada de reflexión vaya a significar un vuelco del panorama actual. Tal vez será cuestión de sustituir el actual día de reflexión por cuatro años de reflexión continua y dedicar este sábado simplemente a descansar.