
– ¡Tres percepciones tengo para quien las quiera escuchar!
Ya estamos. Venancio anda con el pico caliente y necesita urgentemente de esa audiencia que tan fácilmente suele conseguir. El uso de la palabra “percepciones” no es sino un rasgo más de su inteligencia natural. Si se equivoca, le bastará con decir que las “percepciones” no son argumentos elaborados ni pronósticos basados en datos objetivos y que desde Descartes sabemos que nuestros sentidos no son siempre de fiar… La noche cayó hace rato y por la ventana del cafetín se divisa una luna saharaui. Me escarrancho en la silla, con mi ron delante dispuesto a escuchar al sofista.
– Primero que nada, no habrá nada ni remotamente parecido a un vuelco electoral. El sistema genera sus propios virus y anticuerpos pero sigue adelante… Habrá nuevos partidos en las instituciones, seguramente con menos presencia de la que dicen los sondeos, pero ni asalto a los cielos ni al Palacio de Invierno ni fin del tripartito. Despacito y de uno en uno, vayan entrando, y a jugar a la política de verdad, la de los pactos y los acuerdos, no sea que dentro de cuatro años los electores te digan: “¿qué hiciste de utilidad con los votos que te dimos además de encontrar trabajo para ti mismo?”
– Hombre, Venancio, ¿no estás siendo un poco injusto? La política no es sólo aritmética, también hay ideas, valores…
– Claro, nadie dice lo contrario pero está por ver que alguien tenga la exclusiva de las ideas y los valores. Todos tienen los suyos y no por hablar mucho de valores… En fin, dime de lo que presumes… A lo que yo voy es a que no hay margen para una política antisistema dentro del sistema. Hacer creer lo contrario es engañar al personal, lo cual no es precisamente un valor… Y ahora, si me dejas, te digo mi segunda percepción.
Ésa es la forma educada que tiene Venancio de mandarte a callar. Después están las formas menos educadas, que por respeto a los lectores no repetiré aquí.
– Segunda percepción: el centro del tablero seguirá siendo de Coalición Canaria. Incluso aunque la apuesta de Nueva Canarias de torpedear el pacto CC-PP de cualquier forma posible, salga adelante, Coalición seguirá ocupando la centralidad del panorama político, serán primera fuerza y además resulta inconcebible un pacto donde ellos no estén.
– Pues, vaya. Cambiarlo todo para no cambiar nada…
– Mientras no cambie la ley electoral… Y, ¡tercera percepción!
A estas alturas ya más de un parroquiano se había arrimado a la conversación. ¿Cómo resistirse a los encantos de Venancio y su animada perorata?
– Allá voy: los escaños de Podemos en el Parlamento de Canarias no superarán el tercio de los que obtuvieron ICAN más Asamblea Majorera en su época, que fueron siete más dos, o sea, nueve. Luego Podemos no sacará más de tres y mucho me parece.
– Ahí sí que no te sigo, Venancio. ¡Pero si todas las encuestas le dan seis, grupo propio…!
– Ya, y tú te las crees, ¿no? No olvides que las encuestas las pagan o los empresarios (de comunicación o de cualquier cosa) o los partidos políticos grandes, quienes suelen compartir intereses. Y que este tipo de encuestas suele ser más un arma para crear tendencia que un ejercicio de prospectiva real. Los partidos grandes siempre están interesados en lanzar la idea de que les va a ir bien pero no llegan, con lo cual buscan movilizar el electorado propio. Para ello, nada mejor que inflar los resultados del enemigo, con el esperado efecto de desmovilizar al electorado ajeno. Ahí es donde entran los partidos comodines, a donde van a parar los escaños que uno se quita a sí mismo para no dárselos a su rival directo. Después ves las previsiones a nivel municipal, insular y nacional y, claro, todo se derrumba.
– Ya me perdí…
-¡Tanta carrera para nada! ¡Pero si está clarísimo! Imagínate que tú eres de Coalición Canaria.
– Oiga, sin faltar…
– Estarás interesado en proyectar una imagen de partido ganador pero menos, al que todavía le faltan miles de votos y unos cuantos escaños para lograr esa posición de dominio, de partido representativo de toda Canarias, por encima de las ideologías y todo ese guineo que llevan treinta años inoculándole a la gente. Te interesa entonces rebajar un poco tus expectativas, pero como los escaños no se pueden volatilizar, no se los vas a asignar al PSOE, tu rival directo. Eso proyectaría la idea de que los socialistas te pueden alcanzar y tampoco quieres que ocurra eso, porque movilizarías al electorado rival, que se ilusionaría con la posibilidad de derrotarte. Ahí es donde entran los partidos comodines, que siempre ven cómo en las encuestas funcionan mejor que en las elecciones. Mira lo de Andalucía.
– Lo que dices es muy maquiavélico
– No, Maquiavelo no escribió nada sobre las encuestas. Todos los partidos hacen lo mismo. Nueva Canarias también lo haría si tuviera dinero para pagar encuestas o un periódico. Es lo que hay, la política está hecha también de esos ingredientes. Y al que no le guste, que haga como yo, que no esté en política.
– ¿Entonces?
– Entonces, volvemos a lo de antes. Lo de cambiarlo todo para no cambiar nada…
Y ahí, con el eco de Lampedusa, la parroquia comenzó a disolverse lentamente, aunque Venancio y yo aún estuvimos unas cuantas horas hablando de lo divino y de lo humano, algo que tendrá que quedar para otra ocasión…