Está de moda esa expresión. Ahora hay “líneas rojas” para casi todo. Hasta hace no mucho la expresión en boga era la “hoja de ruta”. Creo que se empezó a popularizar con algunas de las conversaciones entre israelíes y palestinos. A partir de ahí, pasó al País Vasco, con aquello del Plan Ibarretxe, ¿se acuerdan? Y finalmente, como casi todo, acabó llegando a Canarias, donde los canarios, con ese indisimulado apego por las cosas ajenas, también tuvimos nuestra “hoja de ruta”, que no nos conducía a la autodeterminación sino a cualquier otro lugar.
Dice Fernando Clavijo que las “líneas rojas” para pactar el próximo Gobierno -tiene tan claro que él va a ser el Presidente- serán las siguientes: el REF, el Estatuto de Autonomía y la financiación. O sea, que es como decir nada, puesto que los tres temas se discuten sistemáticamente en cada legislatura, sin que ello signifique que se llegue a ningún buen puerto. El primero, porque ha acabado por convertirse en una especie de plan septenal, que ya en su parte económica, ya en su parte fiscal, siempre está o a punto de ser discutido o en proceso de discusión y que ha acabado por transformar las libertades económicas isleñas en una suerte de ventajillas para la clase empresarial y los demás que nos pongamos a la cola.
En cuanto al Estatuto de Autonomía, nos adentramos en terreno igualmente movedizo, puesto que, como forzosamente se necesita el acuerdo de tres quintas partes de las Cortes para su reforma, es inimaginable que se pueda aprobar una Reforma del Estatuto sin el acuerdo entre el PP y el PSOE. Ya que CC, sí o sí, pactará con alguno de los dos, se pueden imaginar ustedes el recorrido que tendrá dicha reforma cuando finalmente llegue a Madrid. Por no hablar del interés que tanto unos como otros le echan al asunto.
Por último, la financiación autonómica, que, como todos sabemos, es un tema por el que Coalición Canaria, haciendo gala de su tradicional valentía y asertividad, se deja la piel, con el fantástico resultado de 700 millones de euros anuales menos de los que nos corresponderían a los canarios, además de alejarnos quizás para siempre de la inversión media estatal per cápita que consagra el eternamente discutido REF. En un impagable ejercicio de amnesia inducida, Clavijo se suma al más puro estilo coalicionero de hacer como que ellos no llevan treinta años gobernando y no tienen absolutamente nada que ver con los modelos de financiación aprobados durante las tres últimas décadas. Y habrá gente que se lo crea, oigan, porque hay gente para todo.
Con estos antecedentes, comprenderán ustedes que uno vea con algo más que escepticismo todo este teatrillo de las líneas rojas. Por supuesto, de la Ley Electoral, ni hablar. A CC no le conviene y el resto puede soportar otros cuatro años sin hablar del asunto. No es algo que, como primero la “hoja de ruta” y luego “las líneas rojas”, vaya a estar de moda después del próximo mayo.
P.S: Nuestro lector Fernando Ríos tiene a bien hacernos notar que la Reforma del Estatuto de Autonomía precisaría de la mayoría absoluta y no de los tres quintos de la Cámara como se señala en el artículo. Pues a peor la mejoría. Agradecemos su rectificación.