
Los fines de semana en casa de mi abuela eran de disfrute en la ciudad. Bajábamos de la mano hasta la rambla de los laureles, paseábamos hasta el parque.
-Este es el pulmón de la ciudad, decía mi abuela.
Después, el helado de plátano en López Echeto, el dulce de nata en La Gloria, la milhoja en Torre la Paz… Sí, mi abuela era una auténtica golosa que siempre tenía escondida alguna barrita de Cadbury con pasas y almendras. Aquel día caminamos hasta la Plaza de España. Nos pusimos en la esquinita del Cabildo y ella empezó a describir cómo era aquello antes. Me habló de las playitas de piedras que se convertían en arena en verano, de sus pies pequeños en el agua. Me habló de cómo se veía el mar, de cómo estaba la costa ahí mismo, sin las barreras del puerto. Después miró a la avenida de Anaga y me describió los palacetes preciosos, parecidos a los de La Habana, me decía. Palacetes de estilo neoclásico con jardines exteriores, bugavillas rosas junto a sus puertas.
– Una maravilla Yaizita ¿y ves al fondo? eso es lo más bonito de Santa Cruz, las montañas de Anaga. Me encanta verlas desde aquí, ¿a qué son preciosas Yaiza?
– Sí abuela, preciosas.
Pues eso, que antes se veía el mar e incluso te podías dar un baño en nuestra ciudad, pero las geografías han cambiado. Me gustaría estar un poco más cerca de él a través de un proyecto posible, de una marina que nos aproxime de algún modo a la costa, un diseño de ahora que de paso al mar de antes.
Lo que me parece una vergüenza es el engaño previo a las elecciones del grupo santacrucero del CCN, en el que venden una foto de Santa Cruz con una playa de grandes dimensiones justo donde está el Fred Olsen, una playa de arena blanca y paradisiaca según su bajo criterio estético. Es una vergüenza que traten de vender lo imposible, una reestructuración fuera de la realidad. El muelle está allí y hemos vivido de espaldas al mar, pero no podemos obviar que los barcos comerciales o de pasajeros tienen que atracar en algún sitio. Esta gente evade la realidad y se llena la boca de discursos como este.
-Cuando sea alcalde quito de aquí el puerto y planto una playa, la arena la traeremos de algún desierto y haremos un hotel de 5 estrellas en primera línea, mejor dos, o tres y bla, bla, bla, bla, bla…
Un político a la antigua usanza, de esos que venden macroproyectos alegando que estos van a acabar con el paro y la pobreza, proyectos de esos que siempre salen tan bien para sus bolsillos y los de sus amigos.
No trate de engañar caballero, es como si yo me inventara que voy a derruir los feos edificios de la avenida Anaga para reconstruir las viejas casas de principios de siglo XX, es como si yo pretendo que regrese mi abuela y me lo describa todo de nuevo. Déjese ya de cuentos que para mamotretos ya tenemos el de Las Teresitas.